Cine-mundial (1944)

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hs y o Xavier Cugat: pintor, dibujante, virtuoso del violín, y "El Rey de la Rumba" para el público norteamericano. En la actualidad, se disputan su orquesta los teatros, los programas de radio, los grandes hoteles y los productores de Hollywood. Acaba de hacer dos películas para M-G-M: "Dos Novias para un Marino" y "Aquí Viene un Hombre". @euicn Fuera Músico —y que Fuera CATALAN! C ASI parodiando el famoso cantar cubano cuyo final reza “Dios mío, quién fuera blanco, aunque fuera catalán!” hace poco un cómico popular del Broadway neoyorquino usó como chiste la exclamación que sirve de título a este artículo. Esto lo decía precisamente durante una representación en que el catalán Xavier Cugat, proclamado “el rey de la rumba,” se llevaba la mayoría de los aplausos. En realidad, existe una relación extraña entre los catalanes y la música. Comentándola en tono humorístico, hace algunos días, otro músico catalán que también triunfa por tierras de Yanquilandia, decia: —La música es casi un producto de exportación típicamente catalán, semejante a los paños Marzo, 1944 Por J. Carner-Ribalta de Tarrasa. El día que dejaran de existir los catalanes, el mundo se quedaría sin música, o lo que es igual: olvidaría la manera de apreciarla. Eso nos trajo a la memoria una historieta que ilustra una cualidad peculiar de los catalanes. Se dice que una vez un barco tripulado por negros y cargado de naranjas, recogió a un náufrago blanco, que resultó ser catalán. En el curso de la travesía, salió al paso del barco una enorme ballena, que, abriendo su boca descomunal, se tragó la nave, las naranjas, los negros y el náufrago catalán. Luego, en Groenlandia, pescaron la ballena, la abrieron, y dentro encontraron . . . al catalán vendiendo las naranjas a los morenos. Algo parecido pasa con los catalanes y la música. Parece una especialidad o un cometido destinado a los hijos de Cataluña servir al mundo la música—propia o ajena —en forma parecida a la de un genial cocinero sirviendo un riquísimo manjar. Algo de la genialidad de un chef culinario hay en la función de un Xavier Cugat o de un Enric Madriguera, sirviendo al pueblo americano el plato fuerte de la música tropical, que los propios indígenas de Cuba y otras tierras hispano-americanas apenas llegaron a descubrir. Indudablemente estaba escrito que, a pesar de existir magníficos músicos en Cuba, Méjico y en toda la América, tenía que venir algún (Continua en la página 150) Página 119