Cine-mundial (1945)

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EL MAS FINO DE LOS WHISKIES AMERICANOS LD Deus suport whiskey combines $ tper PUTAN ey LOW E Lehi 4 AFA E) mocthnesy w. th fall fle moved E Ra A gully SCHENLEY RESERVE Blended Whiskey BOTTLEG FOR SCHENLEY DISTILLERS Corporation NEW YORK. N y Or a ma! j Área. GIRE N WHISKEY ( SCHENLEY S E gw SCHENLEY INTERNATIONAL CORPORATION Empire State Building, Nueva York, E. U. A. Página 304 Luego habló despectivamente de Humphrey Bogart y de Charles Boyer como galanes, que, a juicio de la Negri, no se pueden comparar con Rodolfo Valentino. También nos confesó que se había hecho muy religiosa y que cada día le atraía más la astrología. Vestía muy elegante y tenía un maquillaje que le daba la apariencia de una mujer de no más de 30 años. EN CASA DEL MARQUES “de Cuevas, hace unas semanas, se improvisó una juerga con la Argentinita, el torero Gitanillo de Triana, que estaba en Nueva York de paso, procedente de México, Soledad Miralles y otros artistas, la que duró, entre cante jondo y taconeado, hasta las 9 de la mañana... Peter Lorre, en Nueva York, habló de casarse con Kaaren Verne, que tiene su novio en Ingla La Vida Matrimonios Intima de terra... José López, mayordomo del cabaret “Copacabana,” se ha ido con la familia a la Florida, como un potentado, a pasar unas vacaciones... Gabriel Escobar Casas, colombiano, que compone musica para la NBC y CBS... Nuestro poeta “Lirón” se fué a la Habana, y de allá nos manda la siguiente postal: Desde la Perla Antillana, donde la musa me sopla les quiero hacer una copla en esta hermosa mañana. ¡Viva la mujer cubana! Esa que “el mango le zumba, con cuyo vaivén nos tumba y que al mirar enloquece; esa que al andar parece que va bailando la rumba! , los Norteamericanos (Viene de la página 287) este pequeno porcentaje, hubo, de las interrogadas, 16 que desearian imitar a las que no usaban prenda alguna para dormir, pero no se atrevian o les parecía demasiado provocativo, durmiendo acompañadas. Lo asombroso es que la encuesta dió un porcentaje grande de esposas con la costumbre de dormir boca abajo, y cerca de la mitad de las interrogadas dijeron que se entregaban al sueño con una pierna o un brazo colgado fuera de la cama. ¿Qué hacen los maridos? Ya tenemos al marido dispuesto a irse a la cama. Un 22 por ciento se entrega a la lectura, por lo general de un periódico. El 12 por ciento charla con su señora. De cada cien, siete prefieren, antes de dormir, escuchar la radio. Buena anda la religión en Estados Unidos. Sólo un 3 por ciento de maridos reza antes de dormirse. Hay un 2 por ciento que fuman el último cigarrillo del día, el mismo número los que cuidan de cerrar todas las ventanas y otro porcentaje semejante que toma algo antes del descanso nocturno. El 50 por ciento ni dice nada, ni hace nada. Se meten en el lecho y nada más. Desde que se disponen a acostarse hasta que apagan las luces, los maridos yanquis invierten un promedio de 19 minutos. Las mujeres lo hacen en 14. ¿Cuál es la queja más frecuente, respecto a los dormitorios, del marido? Que siendo en general reducidas las habitaciones en los Estados Unidos, los maridos tropiezan en los muebles, especialmente si se levantan a media noche. Comparación con las esposas No creamos que los que leen, por ejemplo, son solamente maridos. Un número mayor de esposas tiene la costumbre de leer antes de acostarse. El 29 por ciento para ser exactos. Hasta charlan menos, por cuanto la curiosa investigación revela únicamente un 11 por ciento. No hay más que un entero de diferencia entre el número de mujeres casadas que oyen la radio antes de acostarse y el de maridos que hacen lo propio. En cuanto a rezar, dijimos que el 3 por ciento se entregaba a tan piadosa práctica; y de las mujeres entrevistadas, la proporción tampoco es muy impresionante. De cada cien, tan sólo 5 musitan oraciones al entrar en la cama. El número de las que fuman es igual al de los maridos fumadores. Un uno por ciento nada más de las esposas come algo antes de dormir. Y el 40 por ciento no hace cosa alguna que desnudarse y acostarse. ‘ éDe qué se quejan las mujeres casadas en Estados Unidos? La mayoria expresa la misma queja, la de que los dormitorios son demasiado pequeños. De las entrevistas, 26 confesaron padecer de claustrofobia, lo que les perturbaba el sueño. También a la mayoría les parece engorroso que los vecinos puedan ver desde sus casas las habitaciones de dormir. Ahora que a un 3 por ciento no les parecía preocupar la curiosidad de los vecinos, por cuanto ni siquiera, según dijeron, bajan los visillos de las ventanas de sus dormitorios a la hora de acostarse. ¿Y el baño? La manía de cerrar las puertas, tan prevalente en nuestros países, no parece haber arraigado en los Estados Unidos. Una razón poderosa es que siendo los departamentos tan minúsculos, en general, escasean las puertas. De ahí que únicamente un 15 por ciento de los matrimonios preguntados dijeron que cierran de noche la puerta de sus dormitorios. Respecto al cuarto de baño, el 80 por ciento, mayoría abrumadora, declaró que jamás cierran la puerta del mismo, por dentro, al efectuar sus abluciones. Y lo curioso es que ya sea el marido o la mujer la que tenga la manía de encerrarse en el cuarto de baño, lo hace aunque esté completamente solo en la casa. Y ya se desnuden en los dormitorios o en el cuarto de baño como lo hacen algunas, las mujeres se desprenden de sus ropas más lentamente que los hombres. Hay una queja común, en maridos y esposas, ` respecto al cuarto de baño, y es que el ruído se oye fuera, en otras habitaciones. Se impone, pues, para después de la guerra, el cuarto de aseo silencioso, a prueba del más insignificante ruído, como el de rascarse, por ejemplo. Y no nos metamos en más intimidades matrimoniales por ahora. Cine-Mundial