Cine-mundial (1946)

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siera ser artista, yo no la obligaria nunca. Pero por mi parte pienso darle el entrenamiento básico de la profesión, haciendo que aprenda baile, gimnasia y deportes, al mismo tiempo que se educa con el mayor esmero. Y en tanto mi alegría y mi felicidad mayor son las horas que paso a su lado, siempre que mi trabajo me lo permite. Barbara Stanwyck me mira con sus expresivos ojos verdosos y me dice, cuando le presento el tema de discusión : —Creo que los hijos de las artistas tienen una gran ventaja sobre los demás. Nosotras vivimos en un mundo de fantasía, en el que más o menos viven los niños, y podemos por ello comprender mejor sus problemas. Siempre me he puesto a tono en todo con mi hijo Dión, y he sabido interpretar sus pensamientos y sus sueños desde que era chiquito, con el resultado halagador de que ahora que tiene catorce años es para mí un compañero excelente. Joan Bennett, que tiene ya tres hijas grandes: Diana de 16 años, que es más Ella Raines en brazos de Red Cameron en la cinta "Ella no Quería", de la Universal. Es seguro que se trata de un rapto sin protestas. alta que ella; Melinda, de 12 años, y Stephanie de tres, es una de las madres del cine más devotas del hogar. —Es cierto—dice—que cuando estoy trabajando no puedo verlas mucho; pero cuando no trabajo no me separo de ellas y no hago más vida que la del hogar, siendo más una amiga que una madre para mis hijas. Joan gusta de vestir con frecuencia como las niñas, y cuando me recibe se halla en uno de esos momentos. Las cuatro se sientan en el jardín de la casa, vestidas con falditas azul marino y con “sweaters” blancos con dos interrogaciones bordadas con lana rosada en los bolsillos. La unica diferencia entre las hijas y la madre es que Agosto, 1946 Derecha, Claudette Colbert y John Wayne. El expresando sus intimos pensamientos y ella encantada de que se los comunique en un instante de "Pasaje de Amor” (eso es) por cuenta de RKO-Radio. Debe tener algo en el ojo Orson Welles. Loretta Young trata de averiguarlo en un instante de "El Extraño", de RKO-Radio. ésta lleva también como aretes dos interrogaciones, mientras que las hijas no llevan pendientes. Se me ocurre que las interrogaciones pueden tener un sentido simbólico, haciendo pensar cuál es la madre y cuáles son las hijas, ya que más que madre e hijas parecen hermanas las cuatro. Jane Withers (en "Danger Street” de Para mount) haciendo que guarde las distancias Robert Lowery, que ha perdido la noción de la ley de gravedad. Jane Wyman, madre devotísima desde el nacimiento de la primogénita de los Reegan, me dice una cosa que me convence por completo de lo injusto de la acusación lanzada contra el sentimiento maternal de las artistas: —Hace algunos años las artistas pensaban que la maternidad les quitaba popularidad entre sus admiradores y querían seguir siendo a los treinta años niñas insulsas de quince, sin más aliciente en la vida que las fiestas y los cabarets. En la actualidad eso ha cambiado, y las estrellas al casarse lo hacen con el pensamiento de crear una familia. Aún las más jóvenes, como Judy Garland, Diana Durbin y Shirley Temple, sueñan con los hijos y no se conforman con uno, como suele ser la regla entre la mayor parte de las familias que no tienen nada que ver con el arte, sino que los desean por medias docenas. Lo que dicen las artistas es cierto. Los tiempos han cambiado y ya no se concibe el tipo egoísta de la “fapper” de antaño, que no pensaba más que en sí misma al casarse. Claro está que también había entonces sus excepciones, como la de Bárbara Stanwyck y la de Joan Crawford, que tiene dos hijos adoptados, y que acaba de comprar un rancho para adoptar a seis más. Mientras esto llega se ha convertido en madre de los dos hijitos de David Niven, a los que se ha llevado con ella hasta que Niven se reponga de la tragedia que le ha privado repentinamente del amor de su esposa, al morir ésta a consecuencia de una caida por la escalera de un sótano, mientras se hallaba el matrimonio entretenido en un juego de charadas en casa de Tyrone Power. 399 Página