Cine-mundial (1920)

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El Teatro Moderno — Su Construcción El Sr. Eduardo Biinard Kinsüa, encaroaáu de esta sicción, cu un arquitecto que viiiu especializando desde hace años en la coyi^truccióón de teatros y ha escrito además varios libros sobre la materia. Los planos y inemorias descriptivas. Que en números subsiguientes se irán publicando, serán de gran udlidad para todos los ittte.csados cit el negocio de cfipectáculos. — N, de R. VENTILACIÓN f Confín Lücií'}} ) El principal objeto de la ventilación consiste en suprimir el aire que esté enrarecido y sustituirlo por aire puro, cuya operación puede hacerse por medios naturales o artificiales. La generalidad de las personas consumen en <,liez y seis respiraciones consecutivas alrededor de un pie cúbico de aire por minuto. Este aire, a una temperatura y humedad de 70 grados, se compone de un quinto de oxígeno y cuatro quintos de nitrt'igeno. Al efectuarse la operación de respirar, se pierde una quinta parte, o un 20 por ciento del oxígeno, en la formación de gas de ácido carbónico. De esto se deduce que el aire enrarecido de esta forma y esparcido por todo el auditorio, es totalmente inservible. Si fuese dado expeler del local el ácido carbónico, sin que esta operación implicase la expulsión de grandes cantidades de aire puro, la operación de ventilación quedaría simplificada en gran forma. Debido a la rápida difusión del ácido carbónico, y para mantener constantemente una buena y sana atmósfera, es necesario introducir con frecuencia aire puro. El aire puro del campo sólo contiene 4 partes de ácido carbónico por cada 10,000 partes. Si se consiguiese mantener en una sala de teatro, aunque fuese el doble de esta proporción, o sea ocbo partes de gas de ácido carbónico por cada 10,000, nos podríamos dar por muy satisfechos. La cantidad de aire puro que se necesita en un teatro es de 1,500 a 2,000 pies cúbicos de aire, por persona, por hora. Es más importante la forma en que se surte el aire puro, en un teatro, que la cantidad surtida, puesto ({ue el aire que atraviesa la sala sin pasar por la zona de respiración no tiene valor práctico alguno. Mil pies cúbicos de aire convenientemente distribuidos valen luás que diez veces esa cantidad introducida sin mezclarse con el aire de la zona respiratoria. Son muy pocas las personas que van al teatro que se den cuenta que por más de tres horas están respirando e! aire enrarecido por las exhalaciones viciosas de los que se hallan sentados a su alrededor. Muchas de ellas serán quizás personas que insisten en no beber agua que no sea filtrada, en copas o vasos higiénicos, y no obstante pagan por sentarse y permanecer en un ambiente insalubre, de atmósfera enrarecida, y a veces tan impura que produce un olor desagradable. Importancia de la frescura La importancia de la frescura que debe tener la temperatura, generalmente, se aprecia tan escasamente como la importancia de la circulación. Si se baña el aire, para limpiarlo, antes de introducirlo en el local, este detalle tendrá un efecto benéfico en la comodidad del público, pues bará desaparecer del aire todo el polvillo que irrita las glándulas mucosas, haciéndolas susceptibles a los gérmenes y microbios malsanos. Este baño o ducha de agua que se le da al aire aumenta, al propio tiempo, la cantidad de humedad del mismo, haciéndolo así más fresco en los cálidos meses de verano. Si se hace que el agua destinada a regar el aire, esté artificialmente enfriada, el aire que pase por ella se enfriará más, por consecuencia. Enero, 1920 < En los teatros que se calientan por método de radiación directa, y en los cuales no se surte el aire mecánicamente, ocurrirá un cambio o renovación natural de la atmósfera, hasta de dos y tres renovaciones completas por hora, debido a la natural infiltración del aire. La cantidad de aire que se infiltra de esta forma en la sala, depende muy especialmente de la amplitud, arreglo, carácter y localización de las diversas aberturas. Sistema Natural para Teatros Pequeños Los teatros pequeños pueden ventilarse convenientemente por medio de ventiladores de escape. Para ventilación adicional, en los meses de invierno, puede emplearse una especie de chimenea de hierro galvanizado, colocada en el centro de gran chimenea. El calor que se eleve por esta chimenea interior producirá una corriente de abajo arriba que se llevará consigo el aire enrarecido, que pasará por la cavidad exterior que rodea a la chimenea interior tan rápidamente como \'aya siendo admitido por las aberturas del local. Para los grandes teatros, o para conseguir ventilación perfecta en los pequeños, los sistemas llamados de ventilación natural son lo mismo que si no existiese ventilación alguna, es decir, no sirven absolutamente para nada. Para comprender liien la ventilación es necesario tener algunos conocimientos de circulación <le aire. El efecto (pie produce el calor en el aire es disminuir su densidad y aumentar su volumen. El aire recalentado o enrarecido tiende a elevarse por causa de su menor densidad, y, por lo tanto, es sencillo el evacuarlo por medio de ventiladores de escajie mecánico instalados en el techo. Hay varios tipos de estos ventiladores, pero el tipo más práctico, en uso, es el de sifón. Otro procedimiento bueno, para el escape de aire para ventilación, consiste en ventilador de liélices, enjaulado armazón, y equipado con sistema de cierre que se cierra y sobrepone por gravedad y se abre ¡lor la fuerza de la corriente de aire expelida al exterior. Si fuese necesario establecer un conducto para llevar el aire de escape desde el fuelle o ventilador al exterior, dicho conducto debe ser igual en diámetro al del corte diagonal del ventilador. Al ser expelido al exterior por los ventiladores, el aire enrarecido del local, se forma en el interior del mismo una presión mucho más débil que la. que existe en el exterior, y, por consecuencia natural, el aire puro de! exterior se precipitará al interior de la sala por todos los conductos naturales, como puertas, ventanas y demás aberturas, para rellenar el espacio vaciado por el aire impuro expelido. Aunque esto resultaría agradable en los meses calurosos de verano, no así ocurriría en los de invierno, en que esas corrientes de aire que penetran del exterior proporcionarían una desagradable sensación de frío. Esto último puede evitarse haciendo que el aire fresco que penetra del exterior pase primeramente por una antesala calentada por radiadores, o por compuertas especiales destinadas a ese efecto y que se hallen colocadas a retaguardia de radiadores de pared. El Sistema de Plenitud Sin embargo, el mejor sistema de cale Por E. B. KINSILA facción y ventilación de un teatro es el llamado "sistema de plenitud" o de corriente forzada, por medio del cual se interna el aire del exterior en una cámara aislada, en ella se calienta o enfría segxm el caso, y desjíués se fuerza en el auditorio por medio de ventiladores de fuelle. Esta cámara puede ser instalada, bien sea en la parte superior del local, o en los sótanos como se hace ver en la figura que acompaña. La adopción de este método implica la modificación del sistema de radiación directa, combinado con otros sistemas, y proporciona calefacción y ventilación simultáneamente. Asimismo admite la instalación de un arreglo mecánico especial para i>urificar el aire antes de ser forzado en el local. Puriñcación del Aire En dicho sistema, el aire se obtiene del exterior por medio de una compuerta destinada a ese efecto, compuesta de lumbreras o cierres que se cierran con un regulador, siendo su abertura propocionada al tamaño del ventilador y la capacidad del teatro. Es conveniente que esta compuerta sea colocada a bastante altura del suelo para evitar que por ella se introduzca el polvo del exterior. Después, el aire se pasa por un filtro de aire de pantalla seca que se baila encubierto, a una cámara de radiadores, en invierno, o a una cámara fri,n:orífica que contiene grandes bloques de hielo, en verano. Una vez en estas condiciones, el aire se fuerza por los mismos ventiladores de ruedas de paletas en unos conductos de hierro galvanizado que lo introducen en el local. En algunos sistemas, el aire se lava por medio de un rocío de agua, caliente en invierno y fría en verano. Corrientes de Aire Para evitar las corrientes, el aire entra en el local por medio de pequeñas aberturas, en forma de hongo, instaladas debajo de los asientos. Existen varias casas que se dedican a la instalación completa de este sistema de ventilación, pero un arreglo casero, como el que se indica en la figura anteriormente mencionada, resolverá igualmente el problema. Para construir e instalar esta cámara plena, casera, hágase que un hojalatero construya un juego completo de lumbreras o compuertas, de hierro galvanizado, a las que va instalado un regulador corriente, e instálense, después de cubiertos por una malla de alambre grueso, en el muro exterior, en la forma que indica la figura. LTna vez hecho esto, sepárese un espacio para la instalación dei filtro de aire. Este se compone de <,l"s hileras de maderos circulares dispuestos en posición perpendicular con una separación de cinco pies y sujetos al suelo y techo. Coloqúese, de arriba abajo y sujeta fuertemente, una espesa alambrada en forma de zig-zag, cuyo objeto es el de que se pueda sujetar a ella una estopella de quita y pon que va colocada a los postes circulares con tachuelas. Estos filtros de tejido debieran hacerse con tiras anchas de estopella, cosidas unas a otras y debe procurarse que queden bien pegados a la alambrada. De esta forma, el área total filtrante será como diez veces el área seccional de la lumbrera. Estos tejidos filtrantes deben ser quitados con frecuencia, limpiados y vueltos a colocar. > PÁGINA 104