Mensajero Paramount (1937–1938)

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WACD 4CNCLD en ^JÉ A" ce. CAY MILLAND, MACr ¡f Hcrnblov, Jr. • dirección de /Viitchell Leisen serva que los aceros subirán dentro de poco. La señora de Ball, que ha leído en los diarios la noticia de la inminente ruina de su marido, apresura el regreso de California. Aunque cree, como todo el mundo, que J. B. Ball tiene a María Smith de amante, no se presentará en calidad de esposa ofendida, sino dispuesta al perdón y a acompañar abnegadamente al esposo víctima de la adversidad. Realmente, ninguna de las dos cosas será necesaria ; pues ni hay nada que perdonar, ni sobreviene la temida ruina, esto último gracias a haberle telefoneado María a Hulgar tan a tiempo. En momentos en que Juan y María se abrazan, J. B. Ball, que advierte que la joven tiene puesto el famoso abrigo, se lo arrebata de los hombros y lo tira por la ventana. Por segunda vez, la famosa prenda desciende en fantástico vuelo, y, como en la ocasión primera, cae en la cabeza de una linda transeúnte. PARA EL EXHIBIDOR Muchos son, aparte del que representa la manera como está dirigida, los elementos que se alian en esta producción de la Paramount para darle tanto brillo como variedad. El argumento, original de Vera Caspary, adquiere en el desarrollo que Preston Sturges ha hecho en el guión cinematográfico movilidad y gracejo muy superiores a los que generalmente ofrecen en la pantalla aun las comedias mejor planeadas. Jean Arthur y Ray Milland, a quienes toca, juntamente con Edward Arnold, el desempeño de los tres personajes principales, no pueden rayar a mayor altura. Ni cabría, por muy exigente que uno fuese, pedir nada más chistoso que Luis Alberni en el papel de hotelero o Franklin Pangborn en el de gerente de una casa de modas. Si la popularidad de los principales intérpretes de esta película de la Paramount es garantía cierta de que los espectadores acudirán a cientos al teatro donde se exhiba "La suerte la perseguía," no será menos seguro que lo que vean en la pantalla les haga aplaudir al unísono y convenir unánimente en que podrá haber otras películas tan divertidas como ésta, pero más que ella, ninguna. PARA EL RECLAMO El siguiente medio de publicidad callejera, aunque pide un poco de trabajo, compensará, por los buenos resultados que es casi seguro se obtengan con su empleo, el tiempo y el esfuerzo que se gasten en prepararlo. Consiste en disponer sobre un camión una decoración que represente el tocador de una mujer elegante. Ha de cuidarse que tanto el arreglo en general cuanto los pormenores den la impresión de lujo, comodidad y abundancia. A fin de animar el cuadro, habrá, como parte del mismo, una o más jóvenes cuyo atavío y actitud sean los que corresponden al papel que representan, que es el de mimadas de la fortuna. Como complemento de todo esto, llevará el camión rótulos que digan: ¿Les parece a ustedes envidiable? Pues esto no es nada en comparación de la vida que cula de risa: risa misma! lleva Jean Arthur en "La suerte la perseguía." ¡Véanla en el (aquí el nombre del teatro) ! Para la consecución del camión y de los muebles necesarios a este reclamo, podrán hacerse arreglos con empresas de transportes y tiendas, a las cuales se les ofrecerá, en pago del alquiler, intercalar el anuncio de sus establecimientos entre los rótulos referentes a la película. • Repártanse hojas volantes, que podrán utilizarse asimismo para fijarlas como anuncios, redactadas de esta manera: Todos dicen que es lo más gracioso que se ha visto en (aqui el nombre de la ciudad). Vea a Jean Arthur, Edward Arnold y Ray Milland en "La suerte la perseguía," y se convencerá de que tienen razón. • Las ampliaciones de las dos fotografías que indicamos a continuación pueden utilizarse para sendos reclamos de vestíbulo: No. 1685-17, que representa a Jean Arthur y Ray Milland sentados, con montones de billetes de banco. Con la ampliación de este grupo irá bien la siguiente leyenda: Unos buscan el dinero, y a éstos les llovió del cielo. f Adolph Zukor presenta a Jean Arthur y >j Edward Arnold en "La suerte la perseguía" (título provisional de "Easy Living" ) con Ray Milland, Luis Alberni y Mary Nash — Guión cinematográfico de Preston Sturges — Basado en un argumento de Vera Caspary — Ted Tetslaff, fotógrafo — Farciot Edouart, efectos especiales de fotografía — Dirección musical de Boris Morros — Dirección artística de Hans Dreier y Ernst Fegté — Doane Harrison, corte y montaje de la película — Earl Hayman y Don Johnson, fonografistas — Travis Banton, vestuario— A. E. Freudeman, decorados interiores— Producción de Arthur Hornbloiv, b^ Jr. — Dirección de Mitchell Leisen. f No. 1685-68, en donde aparece Jean Arthur cubierta de joyas. El rótulo que cuadraría a esta ampliación habría de ser por el estilo del siguiente: Aunque ustedes no lo crean, esto le sucedió el mismo día en que había amanecido sin un centavo. PARA EL ANUNCIO % Un abrigo de $50,000 se convierte en talismán de una muchacha neoyorquina. % La empleadita que no sabía cómo arreglárselas para comer al día siguiente, hace danzar los millones en la Bolsa de Nueva York. % Una aventura tan real que parece imposible. % Sentimental como una novela romántica y más divertida que la más graciosa de las comedias. % Otros van a caza de la fortuna, y a esta muchacha de Nueva York la persigue la buena suerte. MENSAJERO PARAMOUNT PAGINA 9