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^Mensa/era paramount
veces, apenas si podían resistir por unas horas la tentación de emprender nuevos, j al parecer más cabales, amoríos.
Rafael veíase privado, frecuentemente, de asistir a tales expansiones sociales, ya que con el iíii de curso se acercaba asimismo la fecha de la gran regata, > él tenía que someterse a la más rigurosa disciplina puesto que tenía asignado el lugar principal entre los remadores de su equipo. Celebrábase la víspera de la regata el gran baile de despedida, y Rafael, perdida la ecuanimidad, sin poderse contener, impulsado por su grande aun ir. decidió aprovechar aquella memorable noche para declararse formalmente a Carolina, y abandonó su cuarto, llena el alma de las ilusiones más floridas, alado y ligero cual si marchara por las nubes donde le transportaban sus altísimos pensamientos, pronunciando una palabra dulcísima, que sonaba a sus oídos con acentos de música divina: Carolina, Carolina. . .
VDOI.IMl /l M>R > JESSE L. LASKY Presentan
"MEDIAS ENROLLADAS"
("Rolled Stockings")
con los Actores Juveniles de la Paramount James Hall, Lovise Brooks, Richard Arlen, Nancy Phillips y El Brendel Dirección de RICHARD ROSSON Asunto de FREDERICA SAGOR Versión cinematográfica de PERCY HEATH
Productor asociado: B. P. SCHULBERG Película Paramount
REPARTO
Jainiito James Hall
Carolina Louise Brooks
Rafael Richard Arlen
La vampiresa Nancy Phillips
Rodolfo El Brendel
El padre David Torrence
El entrenador Chance W ard
Tras el tamiz inquieto de una enramad cuyas hojas el viento sacudía débilmenti divisó Rafael la silueta esbelta y elegant de su amada. Dióle un vuelco el corazó dentro del pecho y, sin darse cuenta, ib pronunciando palabras incoherentes, si duda aquéllas con las que esperaba hacer s declaración de amor, las torpes palabras qu llegado el momento se niegan a salir y s convierten en monosílabos ridículos, en ex presiones que tienen todo el fuego de la ele cuencia pero que suenan a simplezas, a ton terías sin ton ni son.
Acercóse a la enramada con la timide del colegial que se dispone a hacer una eos propia de hombres, mas, a los pocos paso: detúvose repentinamente al oir la voz de s hermano, que, al parecer reconciliado co Carolina, la hablaba de amor, en aquella frases que él sabía pronunciar tan bien, y qu ella, por lo visto, no sabía podido menos que corres
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