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Página cincuenta y seis
CINELANDIA
La Doncella Puritana de la Pantalla
“La letra infamante” nos muestra a Lillian Gish en una caracterización que pudo haber
sido escrita especialmente para ella.
JUANDO alguien me dijo que Lillian Gish era de mi mismo pueblo, me fui a entrevistarla y preguntarle si era verdad. Lillian movió la cabeza con tristeza; sus Ojos brillaron con luz soñadora..... Había una vez una niñita que iba incesantemente de un lugar a otro, siempre, soñando quimeras. Tenía una hermanita llamada Dorothy, su única
compañera. Vagaban por todas las ciudades y aldeas como verdaderas gitanas. Las dos hermanitas, Lillian y
Dorothy, eran hijas de actores de la legua.
La mayor de las dos hermanas se extasiaba ante las flores del campo, el azul del cielo, las aguas de los arroyos saltando por sobre las rocas. . . ...
Cuando el camión de los cómicos ambulantes pasaba ante la verja de un jardín soñoliento, Lillian miraba ansiosamente las madreselvas y lirios del valle; ¿llegaría ella algún día a poseer un jardincito como aquél ?
Y así pasaron los años hasta que llegó un día en que Lillian descubrió con gran
Por Bess MICHEAU POTTER
desilusión que ya mo podía pasar erecta bajo las barandillas de la boletería en las estaciones ferroviarias. Se dió cuenta, con tristeza, que ahora ya era persona crecida y que en adelante tendría que pasar la noche sentada en el asiento del tren con el resto de la compañía en lugar de verse levantada y acurrucada cariñosamente en el porta-maletas del vagón.
Así, con ese movimiento suave de su mano y esa sonrisita torcida que ha cautivado el corazón del público, relató su pasada niñez.
Lillian Gish posee en la vida real los mismos característicos que revela en la pantalla: mansedumbre, dulzura, buena educación. . . . . Habla con voz lenta y suave; sus palabras suenan como melodía lejana o música encantada.
Parece tan débil y sumisa, en medio de esta moderna sociedad de tanto ruido y animación, que causa la impresión de un jardincito sombreado y húmedo en el centro de una llanura tostada por el sol. Esta misma dulzura y mansedumbre hace que todos cuantos la tratan sientan vivos deseos de ayudarla y evitarle toda molestia o preocupación.
Karl Dane, el fornido y burdo Slim de “La gran parada” me dijo en el talle que nunca ve a Lillian sin sentir el dese imperioso de tomarla en sus brazos 1 llevarla a algún sitio donde esté; cubierto de la rudeza del mundo real.
El encanto de Miss Gish es demasiad: elusivo, demasiado etéreo para des cribirlo en el papel; porque su encanti no es físico, es algo encerrado en 8 personalidad; algo que sólo la fuerz, artística de Lillian puede descorrer € velo que lo oculta y dejárnoslo entrever
O E
Sin saberlo, Nataniel Hawthorn escribió su novela “La letra infamante para el cine. Al escribir su obra n conocía a Lillian Gish, naturalmente pero la caracterización de la dule doncella puritana le sienta tan bien, qu cualquiera diría que la obra fué escrit especialmente para ella. Le proporcion nuevas oportunidades para todos su graciosos y dulces manerismos y para S patética sonrisita que tanto nos cautlv en “Broken Blossoms.”
(Va a la página setenta)
Lillian Gish y el nuevo actor sueco Lars Hanson, en una escena de “La letra infa
II mante,
notable película de la vida puritana de Boston a mediados del siglo XVII. 3