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Página dieciocho
Una escena de “La sufragista,” Young, en 1911.
CINELAN DIA
dirigida por James Young, marido de Clara Kimball Las cuatro mujeres delanteras, de izquierda a derecha, son: Anita
Stewart, que trabajaba como extra; Clara Kimball Young, estrella de la cinta; Edith Halloran, y Flora Finch, con los brazos extendidos.
me han sido odiosas; al contrario, me agradan. Una invitada a un té, al contemplar mi riquísimo servicio de plata cincelada, que perteneció al rey de Hanover, más tarde rey de Inglaterra, me dijo:
—¡ Norma, te debe dar escalofríos al pensar ahora en los días escuálidos de tu infancia!
—Al contrario—repliqué—era yo tan feliz entonces cuando hacía mi paquete de té de diez centavos en una taza comprada en uno de los almacenes de cinco a diez centavos por artículo. En realidad, me alegro de haber conocido la pobreza; me ha enseñado la diferencia entre ser pobre y rico y me ha hecho apreciar las cosas: También, me ha enseñado la belleza de la simplicidad doméstica. A menudo me coge un loco deseo de escaparme de nuestra gran casa de Hollywood, con sus criados y mil responsabilidades, y acogerme, por uno o dos días, a mi casita de la playa de Santa Mónica.
Es una delicia tenderme alli en la arena en traje de baño y observar el vuelo de las gaviotas; o leer tendida en la hamaca, envuelta una falda cualquiera y una blusa sencilla, sin temor a los visitantes curiosos, siempre ávidos de ver lo que “las estrellas del cine llevan en casa.”
Allí, hago mi comida yo misma, deleitándome en pelar papas, zanahorias y cebollas; desgranar arvejas, hervir carne y componer un lÍrish stew (estofado irlandés) que se deshace en la boca.
ko Ro o*
En 1910 la casa Vitagraph envió a Mr. Albert Dorris a hacer una gira por
el país y consultar con los exhibidores sobre las preferencias del público, y tratar de descubrir si había más demanda por tragedias, comedias, dramas históricos o cintas de cowboy.
Años más tarde tuve ocasión de a
el tenor del informe de Mr. Dorris sobre mi. 'Decta asi:
“Muchos exhibidores la consideran como comedianta de primera clase, mientras otros opinan que su éxito futuro está en las caracterizaciones dramáticas y emocionantes.”
Noviembre
Mi variada experiencia en toda clay de papeles, desde los más cómicos y grotescos hasta los más lacrimosos y dolientes, me fué de gran provecho, pues provocó esta interesada discusión sobre mí entre los exhibidores de los Estados
Unidos.
Casi todos los otros actores continuz ron en su caracterización especial : Flora Finch, Billy Quirk, Kate Price, los es posos Sidney Drew y John Bunny de cómicos ; Clara Kimball Young, Florence Turner, Julia Swayne Gordon, Ros Tapley, Maurice Costello, Antonio Mo: reno, Earle Williams, Leo Delaney, etc, para caracterizaciones dramáticas; Anita Stewart, Leah Baird, Zeena Keefe y Edith Storey para ingenuas. En cuanto a mi, no era yo “ni carne ni pescado, sino ambas cosas a la vez.”
Dos hileras de botones bronceados, un gorrito ladeado y un uniforme ajustado me transformaban en un paje de hotel, para comedia. Trenzas colgando por la espalda, pestañas agitadas y mirar aniña: do, me hacian tan pura e inocente como la blanca nieve.
Un lunar en la mejilla, tacones altos, pechera abultada con tres capas de en: cajes me tornaban en una mujer de vida sospechosa. La cara tiznada, una falda rota y zapatos viejos me ponían de pert: llas para un papel de Cenicienta. Hl cabello partido al medio, peinado liso
hacia: “abajo y cogido atrás en un moño
pequeño, y espolvoreado con polvos de aluminio para blanquearlos, una gorra de encajes, un bastón de apoyo y la ex
presión de beatífica dignidad me trans
formaban en una vieja y santa abuela En otras palabras, andaba yo de un lado a otro por todos los escenarios del taller interpretando toda clase de papeles.
Norma Talmadge y Harry Northrup en una película de 1913.