Cinelandia (December 1927)

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siempre ávida en pedir y obtener todos los informes posibles sobre cada fase de la para mí única industria en el mundo. Respiraba yo cine como otros respiran el oxigeno del aire. ¡Algunas veces, las muchachas del elenco sacábamos a hurtadillas de la sala de guardarropas lujosos vestidos de tertulía, para lucirlos por la noche en algún party de la vecindad o en algún cabaret. Nos introducíamos en la sala de guardarropas con el pretexto de devolver l alguna prenda usada en la película que filmábamos, y salíamos después con algu Ñ'na codiciada creación de soirée escondida bajo los pliegues de amplia capa que nos poniamos para este propósito. Una vez persuadí a Lillian Walker que me prestase su hermosa colección de diamantes falsos, y con un vestido que saqué de la guardarropía me presenté esa noche en un cabaret acompañada de James Morrison, y más lujosa y ufana | que la reina de Sabá. "Los domingos nos reuníamos todas en la playa de Brighton, con nuestras familias y amigos, luciendo vistosas prendas, cuya propiedad nadie sospechaba. Debido al costo de estas creaciones no éla raro ver a tres o cuatro actrices llevar el mismo vestido en otras tantas películas. Una mañana apareció colgado de una percha de la guardarropía un magnífico Uyestido de baile de exquisito corte y “confeccionado de satin blanco y negro en listas verticales, con una hilera de enormes botones de perlas que cala por la espalda del cuello al ruedo. Todas nosotras nos abalanzamos a él codicioas. k Sucedió que algunas semanas después de la aparición del notorio vestido, uno de los teatros de cine del barrio de lFlatbush, donde vivíamos algunas de las actrices de Vitagraph, anunció para CINELANDIA Página cuarenta y nueve Antonio Moreno y Norma Talmadge en una escena de ¡ ADIOS, VERANO!, filmada en 1914. cierta noche un programa compuesto totalmente de películas de Vitagraph. Las cinco estrellas de las cinco películas que se daban éramos Anita Stewart, Lillian Walker, Edith Storey, Clara Kimball Young y yo. ¡Cuál no sería nuestro asombro y bochorno cuando vimos el mismo malhadado vestido lucido por cada una de nosotras! Como era de corte y apariencia tan llamativos, el público lo notó inmediatamente y recibió cada nueva aparición del traje con las más escandalosas carcajadas. Nosotras tratábamos en vano de mostrarnos despreocupadas, pero nos escurrimos del teatro en la oscuridad, temiendo las miradas burlonas que nos echarían al salir. IS La semana pasada, Peg y yo fuimos a ver una refprise de “Los cuatro jinetes del apocalipsis,” la película que hizo famoso al nunca olvidado Valentino. Al verle bailan el” tango me vino a la ' Norma Talmadge y o Moreno en otra escena de ¡ ADIOS, VERANO!, E (Good-by, summer!) memoria las muchas veces en que Rodolfo, Constance y yo nos ibamos a comidas y bailes en los cabarets de Holly Flora Finch, una de las antiguas actrices de Vitagraph que aún permanecen en el cine. Ultimamente ha filmado en “The cat and the canary” (El legado tenebroso) y en “Rose of the Golden West” (La rosa de Monterrey).