Cinelandia (March 1928)

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¡1928 actores pasan largas semanas esperando (que les crezca la barba o el bigote o estudiando un make-up apropiado para la caracterización. Después viene el disfraz, y con él multitud de pequeños detalles. Cuando la película es de época hay que buscar modelos especiales, sufrir prueba tras prueba, para corregir cualquier defecto, dado que para un buen actor no hay nada insignificante. Ya en el taller los actores tienen que presentarse con una absoluta puntualidad, proceder a caracterizarse con sumo cuidado, de tal modo que su figura no cambie en lo absoluto de un día a otro; atender a todas las órdenes del director y pasar horas y horas frente a la cámara bajo los rayos de las lamparas mercuriales que tantos daños causan a la retina, hasta el extremo de que en algunas ocasiones ha habido actores que han tenido que sufrir largas enfermedades en los ojos. Finalmente, apuntaré las molestias de la publicidad. Las compañías gastan millones de dólares anualmente para dar a conocer la vida de sus actores, y en la mayoría de los casos en una forma que desdice mucho de su honorabilidad. Los | más insignificantes detalles son amplifica dos por los publicistas. (Continuamente se publican escándalos que estallan en Hollywood, sin que éstos sean verídicos. Tal ha sido el afán de dar a conocer al mundo el nombre de los actores de cine, que algunos han visto desaparecer su fama como humo de paja y otros han sufrido perjuicios en su reputación. A últimas fachas, por fortuna, se ha efectuado una reacción en este sentido y algu CINELANDIA Página cuarenta y nueve Así creen los chicos y chicas soñadores que se desliza la vida de las actrices del cine: en escenas de lujo y ocio, como parece demostrarlo la acariciante rubia Greta Nissen en esta escena de THE PoPULAR SIN (El pecado popular). nas empresas llevan a cabo su publicidad en tal forma que evita se ponga en entredicho la vida íntima de los actores. No se piense que con las anteriores líneas pretendo salir en defensa de la moral de las gentes de cinelandia. Pero es justo decir que muchas de ellas llevan una vida ejemplar, en tanto que otras no han sabido aprovecharse de las grandes sumas de dinero que perciben, y han Otra escena causante de la idea de la vida de lujo y placer de los intérpretes del ciñe es ésta de la película The Tener Hour, de Billie Dove. Aparece aquí un grupo de chicas extras, muy alegres y lujosas en apariencia, pero cuya eterna vida de lucha por conseguir trabajo es la verdadera tragedia de Hollywood. buscado por sí mismas el escándalo, y con éste su ruina y su desgracia. Esta es en términos generales la vida de aquéllos que podríamos llamar consagrados y a quienes se supone una existencia placentera, perfecta, sin considerar que la carrera cinematográfica es la que sin duda alguna ofrece mayor número de sinsabores. Ahora me ocuparé de los que se inician, pero antes dejaré apuntada esta. observación. No existe en el mundo ninguna industria como la cinematografía que tenga desarrollada tantas ramas de especialidad, pues que a medida que el mercado de las peliculas ha aumentado, nuevos artesanos han sido requeridos, siendo incorporados en la gran familia que trabaja para los entusiastas de la pantalla. Se ha comprobado que las películas no pueden hacerse únicamente a base de “estrellas” o principales actores, sino que ha sido necesario en muchas escenas presentar calles llenas de gente, cabarets, salones de baile y, en general, todos aquellos lugares concurridos por infinidad de personas. De todo esto nació una nueva profesión, que es la de los “extras,” y en la que desde luego hay que advertir están representadas todas las razas del mundo. Desde las más grandes ciudades hasta los más apartados rincones del mundo ha llegado el eco de la fascinante industria cinematográfica, y de aquí que de algunos años a esta parte se haya formado en dirección de Hollywood una corriente incesante de hombres y mujeres. La cinematografía ha dado origen a muchas tragedias y a muy crueles desengaños. Aquél o aquélla que abando