Cinelandia (June 1928)

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E filma una escena para “Grillos de diamantes” (Diamond Handcuffs), en Metro-Goldwyn-Mayer. El set es una taberna de baja egoría, pero cuyos parroquianos usan tros, dando la exacta sensación del bajo mundo que se divierte a espaldas de la . Hay una realidad extraña en ese . La orquesta de negros, las facciones m seleccionadas de los clientes, los gritos y los aplausos, la atmósfera pesada icon tanto cuerpo amontonado, haciénlose a codazos sitio para bailar, todo ha ontribuido para llegar a dar una reali | El director, Min P. McCarthy, tá satisfecho. ¡Hay mucho tumulto, "y no parece sino como si la misma realidad del ambiente difi ¡y detalles. MfPorfin todo está iilisto. El hueco libre “al centro de la taberna “queda limpio de “ex “tras,” ayudantes, elec 1:58: ip profesiones de un esMdio. — Los parroquianos forman pare s para bailar. Zum y un grito de Stop?/, un electricista corre al centro a encender una lámpara lateral que se obstina en permanecer apagada. Nuevos gritos, “nuevas órdenes, y nueva partida falsa. sta vez es el director; aquel “extra” Jjito y gordo que está sentado en esa esa tiene una figura que no cuadra a la scena; se le cambia por otro. Tercer liComienzo. Esta vez la concurrencia “baila algunos pasos, la orquesta se detiene en seguida, y todos vuelven a sus “asientos. Sam Hardy, sentado al fondo de la escena junto a Eleanor Boardman, anuncia la aparición de una bailarina, Mo Melena. Entre ésta a escena, con ¡poca ropa y mucha pintura rojiza para ii dar el típico aspecto de una africana, y Por Carlos Francisco Borcosque comienza su danza. Nuevo stop. MecCarthy no está satisfecho de la presentación, y ordena parar. Pero hay ruido de orquesta, chirrido de lámparas, gritos y aplausos de los parroquianos, y el director enronquece sin hacerse oir. Debe ir al medio de la escena y detener allí la danza. ¡A comenzar de nuevo! Lena Melena oye las explicaciones un poco temerosa; el ambiente caldeado y los ruidos obligan a todos a hablar a gritos. Si alguien entrase allí inopinadamente sólo vería gestos violentos, personas que gesticulan. “Todos parecen furiosos, y en realidad están trabajando apaciblemente. McCarthy ensaya y hace algunos pasos de baile, indicándolos a la actriz. Lena Melena y Sam Hardy, momentos después del accidente que sufrió Lena durante la escena. Si no fuese porque todos tienen igual y honesto deseo de hacer una escena excelente, hubiese causado gracia ver al director danzando. Pero esto es trabajo, como es trabajo el más infimo detalle para obtener un buen shot. Nuevo comienzo . . . Esta vez la danza marcha bien. Lena Melena llega al momento lujurioso de su baile, y se inclina, Insinuante, hacia los parroquianos, toscos y semsuales. Corre de uno a otro sin perder el compás de su baile. Yo observo entre tanto al director y su ayudante que siguen, con un pintoresco balanceo acompasado de la cabeza, esta vez satisfechos de la acción, Página diecisiete Reflectores y Megáfonos Vistaso intimo a la filmación de algunas notables escenas el baile de la actriz. Ella hace un nuevo gesto de triunfo ante un parroquiano más “emocionado” que los demás, y al pretender un nuevo paso cae pesada y duramente sobre el pavimento. Hay un grito general, y las miradas de los “ex tras” se cruzan inquiriendo. ¿Es así la acción? ¿Es accidente? El primer momento nadie se mueve. Director y asistente son los primeros en correr al centro de la escena, mientras las cámaras se detienen y las luces se apagan. Lena Melena ha sufrido un desmayo, y al caer se ha herido bajo la rodilla. Hay una pequeña confusión, pero pronto alguien aparece con elementos para curar la herida. McCarthy se sobrepone gentilmente a la amargura que esa interrupción debe haberle causado, y ayuda a la danzarina. Se hace una curación rápida, mientras los extras permanecen en sus sitios para mo cambiar el aspecto de la escena. Lena Melena se pone de pie con dificultad, y ensaya algunos pasos. “Podrá Seguit? Todos se hacen la misma pregunta. Si no puede continuar, muchas cosas quedarán interrumpidas, mucho esfuerzo detenido, y se perderá también aquel ambiente, aquella cohesión que será la causa principal de que aquel día la escena haya salido, hasta aquel momento, tan perfecta. Ella parece pensar todo esto rápidamente. McCarthy espera, con gesto ansioso. Y antes de que nadie le pregunte, Lena Melena declara de que no es nada lo ocurrido, y que puede continuar. Brillaron de alegría los ojos del director, encendiéronse las luces, sonó la orquesta, tomó Lena una postura, forzadamente al principio, con un rictus de dolor en el gesto, mientras la capa de pintura fresca apenas cubría la rojiza herida de su pierna, y danzó de nuevo, entre los gritos de triunfo, los aplausos, las sonrisas y las carcajadas. Y cuando la cinta se exhiba, todos verán una escena espléndida y alegre, y muy pocos