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Página veinte
Así se representan los norteamericanos en la guerra. Para coteje y compare la los tipos de sus películas guerreras escogen a muchachos manera en que nos hermosos y agradables, como Charles Rogers, que aparece pintan a nosotros, los
aquí,
grafía norteamericana viene ejerciendo sobre nuestras multitudes desde hace algunos años, agregaré que han sido necesarios todos los atropellos cometidos por la soldadesca de este país en los pueblos de nuestra raza, y la perseverante y valiente prédica de los mejores de nuestros escritores, que siempre han denunciado ante el mundo las torcidas intenciones de nuestros vecinos del norte, para contrarrestar, hasta cierto punto, la acción narcotizante de la pantalla norlándica. Por lo general, su política es la de presentarnos todo lo norteamericano idealizado hasta deformarlo y adulterarlo completamente. De esta manera,. quien no los conozca mas que a través del cinematógrafo, tendrá del norteamericano
la más alta idea, y de este país una con=s.
cepción completamente fantástica. Y ésa es, precisamente, la finalidad que se persigue: el desarrollar ad infinitum el orgullo nacionalista, en el interior, el propiciar un patriotismo estrecho y mezquino, ignorante y belicoso, que aquí llaman con frase intraducible jingoism, y que favorece los fines y propósitos de la clase dirigente. En cuanto al exterior, su finalidad es arraigar en la conciencia colectiva la idea de que éste es el país modelo, de que aquí se han realizado a la perfección los ideales políticos, sociales y económicos porque la humanidad viene luchando desde in ¿llo tempora; de que ésta es la verdadera tierra de promisión, el legítimo pais de Canaán prometido por Jeovah a los mortales. Su deseo es infiltrar en nuestras conciencias la idea de que el norteamericano es un ser
en una escena de “La rosa de Irlanda,” los soldados norteamericanos en Francia durante la guerra.
superior, en quien se realizan todos los anhelos de justicia, democracia y libertad.
Y como complemento de esta propaganda pannorlándica, nos dan las películas de asunto exótico, en que la realidad aparece siempre deformada, en que preside siempre un propósito malévolo, a fin de que contraste bien con la visión idealizada de su país.
Ya en la edición de CINELANDIA correspondiente al mes de agosto se estudia este aspecto de la producción cinemática de Hollywood, y no es mi propósito insistir sobre el particular. .. Pero. s1 deseo llamar la atención del lector para que
como uno de : : hispano-americanos, y
la forma en que se presentan ellos. Allí se nos degrada y envilece a nuestros propios ojos; allí se procura que resalte bien todo lo que hay de retrógrado y deleznable en nuestros paises, seleccionando siempre temas ridículos o asuntos semi-bárbaros, y exagerándolos hasta la saciedad; en cambio, cuando de ellos se trata, tienen buen cuidado de elegir temas poéticos, y de idealizar los caracteres y el me
dio ambiente hasta darle. ar arcádicas.
Mas en este caso, como en casi todas las controversias o contiendas de la vida, la culpa o responsabilidad no está toda de una parte, sino que, muy al contrario, por lo general se reparte por igual entre ambos contendientes. Y en este viejo — ya secular — conflicto entre las dos razas que pueblan el continente americano, a nosotros, los latinos, nos cabe quizás más responsabilidad que a ellos. Si fuéramos a depurar responsabilidades con un sincero propósito de encontrar la
americanos la vida estudiantil de los Estados Mostramos aquí tres tipos de la película “Medias enrolla* De izquierda a derecha aparecen” J James Hall, Richard Arlen y Louise Brooks.
das” (Rolled Stockings).
verdad y de enfrentarnos con ella viril y honradamente, y, sobre todo, con un
profundo y acendrado anhelo de rectifi-!|
cación renovadora, con un sincero y decidido empeño de rehabilitación y ennoblecimiento de los pueblos de la Raza, probablemente habríamos de reconocer que en el fondo, nosotros mismos nos hemos labrado nuestro infortunio, que, como decía Cervantes, hemos sido artífices de nuestra propia fortuna.
Si en las veinte repúblicas de la América Latina existiera, universal y potente, el espíritu de estrecha unión, de considerarse todas como una misma nación, sintiendo, tanto la Argentina, como
Méjico, Chile y el Brasil, cualquier ata
que a alguna de ellas, y tomando medidas para hacerle frente, de otro modo se conduciaría nuestro común enemigo. Porque la pérdida de un palmo de terreno en Méjico, en Nicaragua o en
Panama, es una pérdida para la América |
Latina, para el mundo de la Raza, que algún día verá a las claras que en su unión está, no ya sólo su fuerza sino su existencia misma.
A separarnos, a atizar y mantener siempre viva la discordia entre las repú
blicas de la América Latina, ha tendido.
siempre la política norteamericana. Mas esta crónica se va alongando
demasiado, y el tema no se puede despa=. Quédese ello para un futuro artículo y hagamos. aquí punto final por ahora.
char en unas cuantas líneas.
Firmes en su campaña de cautivar a la América Latina con | su propaganda cinematográfica, presentan así los norte
Unidos.