Cinelandia (October 1928)

u próxima cinta, y no sería extraño le que el gran actor approveche la portunidad para darnos una edición | harlante de “Hamlet”, que es su terna obsesión. Fox, a pesar de ser propietaria del Movietone”, no anuncia nada aún, alvo cintas de actualidad y comedias le dos rollos. Pero recorriendo sus “alleres hemos visto hacer numerosas ruebas de escenas habladas, a fin de Idadiestrar a los actores y corregir desectos. Es probable que, como una doorpresa, lance Fox una cinta íntegra bajon “Movietone”. If Carl Laemmle, presidente de Unilawersal, ha anunciado al regresar a imlas sesenta y ocho cintas especiales que ll ssus talleres producirán durante 1929 llevarán escenas parlantes. tiaO, entretanto, Gloria Swanson filma ex El pantano” (The Swamp), con ioigual sistema, dirigida por el capriiEchoso y derrochador von Stroheim. st Cecil B. de Mille es el único que con¡ltinúa fiel a la producción muda. Nada mha dicho aún el gran director sobre sesto, sI bien ese silencio puede deberse al dhecho de que posiblemente vuelva de niMille a unirse a alguna otra empresa "productora, desapareciendo como producleltor independiente. loni los cómicos, han podido sustraerse a Gotham está haciendo “La asmuchacha de Argentina” con diálogos, un tema que es de esperar, teniendo en -cuenta lo que aquí se hace siempre, se asalyaje, con villorios indígenas en vez de acludades. Charles Chaplin acaba de dee clarar que en su próxima película, Y “Luces de la ciudad”, se oirá su voz; igual cosa ya a hacer Harold Lloyd. + Buster Keaton no ha dicho : nada, pero, ¿qué aditamento lante puede poner un actor > que como él no abre jamás o la boca. mientras actúa? ¿El teatro del silencio está desapareciendo. O E . He aquí, pues, el comienzo de esta nueva era del cine | parlante. Es imposible — y | NO €S tampoco tarea grata — discutir ni comparar los di| ferentes sistemas. Todos ellos SON extraordinarios Y: parten de la disco de fonógrafo, basándose casi todos en la fuerza luminosa de algunos rayos que al hacer Edmund Lowe y Mary Astor observan en los talleres de Fox un aparato parlante Movietone. vibrar un micrófono imprimen una pequeña faja en el mismo borde de la película, y que un nuevo aparato, siempre a base de luz, transforma luego en el proyector esos rayos en sonidos. No existen chillidos, la sincronización es perfecta y jamás puede fallar, desde que escena y sonido están impresos en el mismo celuloide. La transformación del proyector y la instalación en el teatro son rápidas y sencillas en todos los sistemas; todo esto son razones que facilitarán la popularización del invento. Estamos, pues, en una época de transición del espectáculo cinematográfico, y como esa transformación es muy importante y definitiva, deseo estudiarla en interés de nuestros lectores. Claude Gillingawater, Anders Randolph e Irene Rich, en una de las escenas parlantes de “Mujeres de quienes se habla” (Women They Talk About). Página cuarenta y siete Este dato bien merece ser recordado por lo menos para la historia de este invento: diez años atrás, Griffith incluyó en su película “La calle del ensueño”, escenas habladas por medio de un invento muy rutinario, “Kellen Process”, obteniendo un éxito de curiosidad en el Broadway neoyorquino. Pero ningún capitalista productor se interesó por llevar el asunto adelante, lo que no quita que Griffith tenga un lauro más que agregar a sus muchos méritos de innovador en tantos puntos básicos de esta industria y este arte. E NN De todas las películas estrenadas hasta la fecha, aquélla que lleva mayor número de escenas habladas es “Mujeres de quienes se habla”, de la casa Warner Brothers. Hay en esta pelicula tres largas escenas entre sus principales personajes, en que se oye la voz de los intérpretes. Warner ha tenido la ingeniosa idea de hacer una sincronización musical para sus nuevas cintas parlantes, de modo que se puede decir que con el nuevo invento el teatro no necesita poseer una orquesta propia, pues los rollos de película “traen” su propia música. Durante las escenas habladas la música no desaparece, sino que se oye apagada. Esta innovación es un hallazgo digno de elogiarse, pues las primeras exhibiciones de estos inventos, especial mente del “Movietone”, demostraron que así como las voces principales se oían muy distinta y claramente, todos los restantes ruidos de cada escena, indispensables para dar “ambiente” a una vista hablada, no eran recogidos por el micrófono. De este modo, entre una frase y una contestación existía un silencio absoluto muy desagradable. Warner Brothers ha salvado muy bien este error manteniendo el sonido muy suave del acompañamiento musical. He visto todas las últimas cintas estrenadas en el nuevo teatro de esta empresa en el Boulevard Hollywood, y, realmente, es imposible dejar de reconocer que el nuevo invento sorprende al espectador como una nueva maravilla. Después de una sucesión de escenas silenciosas, en que las frases han estado como siempre, en los títulos impresos, repentinamente el sonido musical disminuye, y en un diálogo que va a tener interés dramático el actor hace su gesto y se oye su frase. La primera sensación (Va ala página cincuenta y dos)