Cinelandia (November 1928)

A industria de la fabricación de películas parece, en cierto modo, haberse reconcentrado en Hollywood. Después de nacer en ensayos de =p MA e) IHR l haberse establecido los primeros ta| lleres en Paris, en Roma y en Nueva ' York, Hollywood, con su cielo siem| pre transparente y su sol radiante de hombres de ciencia de Francia y luego de los Estados Unidos; después de pureza, ha venido a amontonar alrededor suyo cerca del ochenta por ciento de los productores de películas. Fabricadas en los Estados Unidos, poseyendo este pais el mayor número de teatros y una moneda de cambio tan alta que representa el mejor pago del espectáculo hasta ahora silencioso, ha sido en cierto modo mecánico y natural que la orientación de los productores hollywoodenses se haya vuelto hacia producir cintas para el público del país, para sus gustos y su cultura, descuidando en absoluto los mercados extranjeros, donde debe aceptarse la producción “made in U.S.A.” tal y como de aquí parte. Es, pues, simplemente, una industria nacional. Esto es lo que parece a primera vista. Pero si nos damos el trabajo de revisar, de hacer observaciones y recuerdos, veremos que la industria cinematográfica de Hollywood, aunque tan devota de la opinión y el gusto del público norteamericano, no sólo no es nacional, sino extranjeros Por Germán Garcés que en gran parte utiliza el elemento extranjero. La colaboración europea entra por mucho en la produción de buenas cintas en Hollywood y también Tres Actrices Extranjeras de la cinematogra fía norteamericana: Pola Negri, polaca; Greta Garbo, sueca; y Dolores del Río, latinoamericana. la colaboración latinoamericana. Es tan grande la influencia foránea en el cine norteamericano, que bien puede decirse que se dividen igualmente los honores entre el talento neto del pais y el del extranjero. Esto demuestra, de una manera convincente, que el productor norteamerlcano, en su mayoría, reconoce el talento cualquiera sea su origen y no está influido, ni por su gobierno, ni por los capitalistas a proteger los individuos de su propia raza. No debemos olvidar nunca — dijo el productor Sam Goldwyn, no hace mucho, en un banquete de corresponsales extranjeros, en el Hotel Roosevelt de Hollywood — que uno de los actores que han dado más gloria al cine en el mundo entero, desde Hollywood, es un inglés: Charlie Chaplin — y enumeró la muy larga serie de hombres y mujeres de otras razas que forman parte integra de esta industria que se conoce por el “cine norteamericano.” Página diecisiete ¿Es Nacional el Cine Norteamericano? ¡Muchos de los grandes actores, actrices y directores del cime norteamericano son Pasando por todos los caminos — primero la cinta infantil, luego la comedia grotesca, después la obra histórica, más adelante el melodrama trágico, para llegar por último a la purificación cinematográfica que significan hoy obras de humana verdad en que todo está en el conflicto real y doloroso que presentan, el cinematógrafo digno no es otra cosa, actualmente, que la presentación de temas que signifiquen pintura de un trozo de la vida. En este sentido, cualquier país de la tierra, cualquier raza — el campo, las minas, la ciudad — todos podian ofrecer temas de indudable valor, de ternura, de tragedia. Por eso la pantalla norteamericana puede lucir orgullosamente, grandes temas hechos a base de la vida de otros pueblos con la misma imparcialidad que si fuesen de origen nativo. Y si agregásemos que' para encontrar un intérprete que sienta sus pasiones, que emocione, que tenga una personalidad en muchos casos completamente agena al caracter sajón, hay que recurrir, casi sin excepción, a actores de otras razas, agregaríamos una nueva verdad. En este sentido el recuerdo puede hacerse muy rápidamente. Entre las mejores intérpretes femeninas de Hollywood a quien pueden confiarse roles de caracterización emocionante se hallan muchas que vinieron de fuera. Allí están Dolores del Rio, Pola Negri, Vilma Banky,