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FLECTORES
por Carlos F. Borcosque
Vistazo intimo a la filmación de algunas cintas notables
L PECADO DE LOS PADRES, Paramount, con Emil Jannings, Ruth Chatterton, Jean Arthur y Barry Norton. Dirección de Ludwig Berger.
Un trozo de calle berlinesa, en los exteriores de los talleres Paramount de la calle Marathon. Pero como las escenas deben ocurrir de noche, todo aquel enorme decorado ha sido cubierto, envuelto por decirlo así, con telas negras. Grupos de grandes lámparas están aquí y allá, amontonadas, esperando su turno. La escena ocurre en el interior de un café desde donde llegan los sonidos de una orquesta vulgar.
Entramos. Hay una extraña muchedumbre adentro. Son alemanes de todos los tipos, que celebran alguna fiesta nacional; hombres graves y obesos con gorros de papel, mujeres viejas de gesto envilecido, pavoneándose y entonando la canción que la orquesta toca. Un aire caldeado y humo espeso envilece el ambiente del local, iluminado a giorno por las lámparas que lanzan sus rayos desde lo alto de los decorados. En el mostrador, el dueño, en mangas de camisa, mira con gesto de felicidad, aquella muchedumbre ebria que dejará buenas utilidades, y comenta con un cliente amigo, el opiparo
Lupe Vélez, la petite mexicanita tiene que estirar el cuello para besar al gigantote de William Boyd que tiene seis pies de estatura. Sin embargo, esta diferencia en los tamaños no parece ser obstáculo para que simulen un gozo auténtico en esta escena osculatoria. Esta escena es tomada de “La Canción del Amor,” película de Artistas Unidos.
El famoso actor alemán Emil Jannings tan pronto caracteriza un gran duque de Rusia con brocados de oro, como se disfraza de cantinero. En todo caso, el gran Jannings actua su papel con la maestría que le es natural. En la película, “El Pecado de los Padres” actua de propietario de un barroom, (de los antiguos). Por supuesto que el lector reconocerá a Jannings en el hombre de los sendos bigotes y en mangas de camisa.
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