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Lonto
N -CAPIROTE
Una reseña breve y al punto, de un actor cómico que en poco tiempo llegó a alcanzar un éxito ruidoso y la causa de su desaparición de la pantalla.
por
Lorenzo Martinez:
La cara de Harry Langdon podría llamarse un mapa en el cual se encuentran ciertas líneas y curvas que parecen querer decir algo, pero que a simple vista no tienen significado. Es una cara donde no existe expresión alguna, a no ser que llamemos expresión a ese aspecto de perplejidad que parece ser el único gesto que se puede contemplar en la fisonomía inerte de este payaso de la
en otras palabras, el tipo sublime del “Happy Hooligan” de las páginas cómicas. ¿Quien podía aguantar la risa al ver sus ademanes
pantalla.
ARRY LANGDON el cómico de fisonomía impasible ;
cuya cara cinemática era reflejo de una inteligencia
adormecida, es uno de esos actores que al primer soplo de la diosa suerte, parecen perder la cabeza.
Harry, como otros muchos actores y actrices de la pantalla, empezó su carrera cinematográfica vía los talleres de Mack Sennett, el productor de peliculas cómicas con sus coros de bañistas encantadoras y sus comedias burdas, en las que la pieza de resistencia es el inevitable pastel de merengue lanzado a embarrar las caras de los actores.
Sacado de la obscuridad de hacer papeles de mala muerte en aquellos talleres, Harry pasó a la casa de First National a filmar películas de primera clase como protagonista, y no tardó mucho en que bajo la acertada dirección de esos talleres, llegara a alcanzar un puesto envidiable como actor cómico, único en su especialidad. Esta especialidad, como lo sabe todo aficionado al cine, consistía en representar el papel de tonto, timido como él solo, incapaz de determinarse a hacer una cosa sin una mano que lo guiara.
Era el tipo de tonto de buenos sentimientos, pero de tan poca inteligencia, que todo lo que hacía para ayudar a una persona, resultaba más bien un perjuicio que un favor. Era,
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inciertos y aquellos ojos inocentones? ¿Y quien
podía contener una lágrima, al realizar que aquel
payaso, era en el fondo un alma caritativa, cuya vida en verdad era una serie de acontecimientos funestos que 0currían sin intención alguna de su parte?
En aquellos días de gloria, pudo Harry haber pedido lo que se le antojara y la compañía lo hubiera complacido a cual: quier trance. ¿No era él acaso, al actor más popular de todo el “entourage”; la atracción sin rival de aquellos tiempos? Y fué eso precisamente lo que la compañía hizo en su afán de complacer a su estrella favorita y lo que ocasionó el que Harry perdiera la cabeza.
ESDE entonces su carrera artística fué de capa caída,
Creyéndose más grande y más importante que la mism compañía productora que lo “creó” y que las personas que lo rodeaban, no tardó en olvidarse de actuar. Pero para el público no pasó desapercibido el cambio. Ese público 4 quien la “intelligentsia” gusta de tachar de “muchedumbre inculta,” le volvió las espaldas a este actor, y el resultado fu el único posible y el que aguarda a todos los actores 0 4
trices que se creen más importantes que el público que los crea.
El olvido y el abandono. Y dicho sea de paso, lo sentimos
infinitamente, porque aun recordamos con delicia aquellos
días en que Harry nos divertía con sus tontadas.