Cinelandia (April 1929)

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Janet CENICIENTA De la obscuridad más completa de una vida burguesa, Janet Gaynor llegó a la fama en una cinta inolvidable: “El Séptimo Cielo” de la Fox; por Marcelo Alfonso A historia de Janet Gaynor, artista de la Fox, revela las posibilidades que encierra la industria del cine. Janet no posee las cualidades físicas que parecen ser requisitos indispensables de las estrellas del cine, y sin embargo se ha sabido conquistar un puesto envidiable en la pantalla. Nadie al verla, puede creer que esta niña pudiera llegar al lugar que hoy ocupa. Es decir, a no ser que uno descuente su apariencia de chiquilla feuca y endeble, y se fije en la inteligencia y tenacidad que se vislumbra en sus ojos intensos. Cuando uno conoce a Janet por algun tiempo, se da cuenta de que siempre ha de lograr lo que se propone, pues posee una fuerza de voluntad que no cede ante los obstáculos más insuperables. Janet vino hace cuatro años a Hollywood acompañada de su madre, su padrastro y su hermanita Helen. Desde un principió pensó en ser artista, su sueño dorado, y creyendo que el mejor medio de conseguir ese objeto era empezar de comparsa, se fue a los talleres a buscar trabajo. Al principio, su timidez no la dejaba aproximarse a las oficinas del encargado de repartos. Consciente de su falta de presencia, le parecía oir los murmullos de burla del personal de la oficina. Casi podía adivinar lo que pensaban de ella estos personajes importantes que la miraban con sonrisa irónica, como asombrados de que esta chica tuviese la osadía de querer entrar al cine. Poco a poco fue cobrando valor y al fin obtuvo algún trabajo de extra de vez en cuando. El supervisor Winfield Sheehan la llegó a conocer, y reconociendo su innata Janet Gaynor de la casa Fox, es una de esas anomalías que habilidad para actuar ante la cámara, un día la llamo ? te el cine ha producido y que hace rascarnos la cabeza de oficina para decirle tres cosas que la dejaron atónita y le puro asombro. Esta niña feuca, diminuta y sin ninguno de produjeron una alegría tan emocionante, que por poco se esos atributos que despliegan la mayoría de las estrellas, ha a le SA ha sabido conquistarse un puesto firme en el arte por la mera desmaya. En primer lugar, Mr. Sheehan le dijo q valía de su mímica y expresión artística. (Va a la página 58) 12