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Madame
O VEINTE AÑOS
EN VEINTE MINUTOS,
por Marcelo
Alfonso
Po
ARA el público español p e hispano-americano, la
talentosa actriz de las tablas neoyorquinas, Ruth Chatterton, es un enigma, y su fama de artista, algo que aun tiene que probarse. Ruth acaba de filmar con gran éxito, la versión fílmica de la famosa obra teatral “Madame X” y para los fanáticos hispanos, ella es todavía una verdadera “mujer sin nombre.”
Ruth Chatterton es un producto del teatro hablado norteamericano y en él llegó a alcanzar un puesto envidiable, cuando llegó el cine parlante a revolucionar el teatro y los artistas que aquí se conocen por “legítimos,” como si el cine fuera un hijo bastardo.
Por ser Ruth del teatro hablado y haber entrado al cine por la fuerza de su habilidad de poder hablar a la par que gesticulaba artísticamente, se nos ocurre que quizás el público español no podrá nunca apreciar su trabajo en todo su valor.
Y no es que Ruth no posea el arte de la pantomima tan necesaria a los artistas de la pantalla, sino que su verdadero arte se funda mas que nada en la expresión de su voz, que
Pocas damas jóvenes de la pantalla norteamericana poseen las facultades dramáticas de Ruth Chatterton y pocas son las que siendo tan bonitas como ella es, intentarían interpretar roles en que han de aparecer como mujeres de edad y degeneradas como lo fue la célebre “Madame XxX.” En esta obra de Metro-Goldwyn-Mayer,
Ruth alcanza un éxito
asombroso
tan admirablemente secunda sus cambios de expresión faciales. Pero quizás seamos un poco pesimistas y será posible que nuestros lectores podrán apreciar en la pantalla muda el arte sublime de esta nueva estrella del cine.
Desde que Ruth se unió a la empresa Paramount, hace cuestión de algunos meses, no ha tenido un momento de descanso. Desde su primera parte en “Pecado de los padres” en que actuó opuesta a Emil Jannings, hasta su último film
“Madame X” de la Metro-Goldwyn-Mayer, Ruth ha sido (Va a la página 47)