Cinelandia (September 1929)

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Arriba vemos a Ben Lyon, tan buen piloto como artista de la pantalla. En el centro lo vemos con James Hall, en una escena de “HelPs Angels” de la casa Tiffany Stahl... Abajo, estos dos actores en otra” escena de la misma cinta. INGUNA palpitación de la vida moderna puede permanecer agena a la expresión artística. Si convenimos, al fin de cuentas, en que-el cinematógrafo es un vehículo capaz de dar expresión por sí, a manifestaciones de arte, entonces no extrañará a nadie la afirmación anterior al tratar de sus actividades. Vivimos una época febril, inquieta, extraordinaria. Alguien ha dicho, y con razón, que estamos en una temporada auroral en muchos campos. El arte es uno de ellos. Al soplo caliente, agitado, rítmico, de los émbolos de la maquinaria y de la desarticulación aparente que es el jazz, el arte ha revivido y después de una sacudida que necesitaba, se lanza por derroteros viriles, sólidos, bien apoyados en la gesta heróica y silenciosa de los que en diversas épocas de la historia avizoraron el porvenir con ojo de neblí, y cumplieron. El cinematógrafo, arte de pantomima por excelencia, arte mudo, asiste ahora a una crisis de nuevos tanteos; pero en lo que lleva de vida ha realizado ya, sin duda alguna, muy excelentes aciertos. Y cuando ha sido sincero y honesto, ha producido verdadera obra emotiva, que se recuerda con placer. Todavía quizá mo hemos visto la obra en que culminen en magnífica vertebración todos los momentos, tan complejos, del tiempo en que estamos viviendo. Pero con todo, podemos recordar muchas películas que estaban a tono con el ambiente, y que por tanto satisfacian al hombre renovado, o en vías de renovación, que es nuestro contemporáneo. La máquina, que es como una especie de suma de esfuerzos humanos, 12 Estrellas Hay estrellas fugaces y astros fijos asi Como “estrellas voladoras” en el firmamento cine. lándico. Aquí presentamos algunos de ellos ha estado y está incorporada a la obra cinematográfica, que refleja todo momento vital con gran elocuencia y claridad. No hay que insistir sobre este hecho que a todos consta. Sin embargo, es interesante observar por ejemplo cómo, gradualmente, el cine se has percatado de las posibilidades de emoción auténtica, fresca, que las evoluciones de los aeroplanos impresionadas en el enorme campo de acción de la pantalla, podían brindar al que lograra utilizar bien este nuevo elemento. De esta suerte, asi como surgieron hac tiempo, las cintas de vaqueros, en que un simultaneísmo de escenas ayudaba a la impresión estética y emocional, asi ahora el avión con sus sorpresas y su ambiente traslada al público a grandes immensidades, y lo hace vibrar de entusiasmo y de terror, con las maniobras del aparato, con el arrojo de los que lo manejan, y con lo inesperado de todo lo que siempre surge en ese contacto de la enorme ave de acero, con el mundo circundante. Primero asistimos a un registro gráfico de los vuelos más célebres. Teníamos la impresión de levantarnos nosotros mismos, al par que el aparato en esas arrancadas lentas, progresivas, en que poco a poco se iba dejando atrás la tierra y una es muchedumbre es tupefacta, Ccom