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AFÍSÍAS
El cine hablado ofrece un nuevo campo de acción a los aspirantes a artistas de la pantalla,
más próximos, que en esta era de imperio del maquinismo el hombre es otro hombre o un verdadero hombre nuevo.
La velocidad de transformación de la materia bruta en materia útil es formidable, se puede medir con precisión y poco a poco tan familiar que ya nadie se sorprende de encontrar cotidianamente un desayuno de maravillas.
El fenómeno de la cinematografía parlante es uno de los ejemplos más flexibles para demostrar el alcance del ingenio humano y las aseveraciones anteriores, Hace tres años un mundo que nacia hoy es un universo perfectamente constituido en el que priva un sistema en absoluto reglamentado en el que casi se han resuelto todos los problemas a la vista. :
Lo más interesante respecto a los famosos talkies es que su más directo progenitor fué un hombre alejado por completo de las
Arriba: Helen Phillips en su vestido a la antigua en “Disraeli” de Warner Brothers. Abajo: Hal Skelly y Jean Arthur en “The Show Off” de Paramount.
L hombre contemporáneo tiene todo el
primitivismo del bárbaro. Este apli
caba a su vida la violencia de su fuerza muscular y la pujanza de su desprecio por la vida. Ninguna barrera estorbaba su avance y siempre marchaba hacia adelante, destruyendo con júbilo y construyendo lo necesario para su existencia. El primero cuenta con el regocijo de una fuerza nueva, que le restituye a la ingenuidad pristina tras de más de veinte siglos de filosofía y refinamiento. La violencia mecánica es su certera arma de combate y bien intensa es su alegría destructora al destrozar montañas, socavar profundidades y ejercitarse en la acción inmediata que consiste en suma, tan solo en transformar el Cosmos en su propio ser, ya en la forma directa de sustento o en las circunstanciales de casa y vestido y comodidades.
Nada le detiene, nada le arredra, tramonta los imposibles categóricos para las generaciones anteriores y se va modificando de tal suerte, que difiere tanto de sus antepasados
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