Cinelandia (February 1930)

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por Jorge Juan Crespo dora que le atormentaba con ese delicioso tormento que es el mal de amor. Estaba enamorado. Había encontrado la mujer que se lleva todas nuestras exaltaciones; que hipoteca todos nuestros pensamientos; que llega a ser el alfa y la omega de nuestra existencia; sin la que no concebimos que se pueda seguir vi* viendo; sin cuyo amor somos los seres más desgraciados de la tierra, pobres piltrafas, sonámbulos, sin brújula, sin fé, sin vida. ... Pero la oportunidad de acercarse a ella y hablarla no llegaba nunca. En vano acechaba febril el “paso de la que se le figuraba, ya, una reina. Ella surgía elegantísima, distinguida, pletórica de belleza y fascinación. Mas ni una sola mirada de simpatia era para Valentino, ni un movimiento que le diera alientos para una sonrisa de inteligencia con ella. IENTRAS la contemplaba en discusiones sobre asuntos de la producción con la Nazimova o con otros de los técnicos que andaban en el estudio, se encendía aun más en su corazón la llama de la pasión. Quería explicarse en que consistía esa atracción de los ojos misteriosos, sombreados por obscuras cejas; ese efluvio de majestad y de fuerza que emanaba de la extraordinaria criatura, divinamente soberbia, con un turbante de seda verde que realzaba la hermosa y enérgica nariz y todo el porte de su esbelto cuerpo. Todo en ella le atraía. Sumaba a la admiración por la mujer, la que inspiraban sus joyas, sus vestidos, su manera de andar, su voz. En todo había algo de bárbaro, de independiente, de poco vulgar, que rememoraba una visión antigua, de una reina célebre en la historia, por su belleza y su seducción : Cleopatra... | Y sin embargo, la deliciosa mujer no había nacido a orillas del Nilo sino en la ciudad mormónica del Lago Salado, en Norteamérica. Sus padres gozaron de esa distribución caprichosa e inexplicable de la riqueza que influye en el destino de mucha gente. De pequeña fué a Europa. Allí sus ojos atesoraron para siempre la belleza de las pinturas, tapicerías, monumentos arquitectónicos, estatuas y demás obras de arte que habrían de formar, más tarde, el espinazo de su actividad preferida. Dotada de talento y de sensibilidad, gustó de la musica y del baile, y más tarde, en Hollywood, perfeccionó bajo la dirección de Kosloff, sus conocimientos coreográficos. Fué en el estudio de este notable ruso donde, de pronto, notó que tenia gran facilidad para dibujar, y de ahí salió la idea de dedicarse al arte de la pintura. Sentía Natacha, como pocas personas, la sugestión del arte moderno y procuró aplicar sus ideas sobre la materia en sus proyectos de settings para Camilla y para Salomé, de acuerde con la Nazimova, con la que la unían muy estrechos lazos d simpatia. N todo este tiempo Natacha había ido incrustando et alma la idea de que al arte hay que sacrificar todo; y * si uno nace artista de talento y cree que debe hacer llegar mensaje a los demás, debe uno dedicarse en cuerpo y alma la consecución del ideal que se ha propuesto, con preferencia todo, con sacrificio a veces, de las cosas más caras al corazón. En esta etapa de su desarrollo artístico se incorpora a su vida Valentino. La hace una corte sumisa, tierna, apasionada. Le declara su amor. La hace conmoverse, vibrar. La esfinge de hielo que hubo siempre en ella, siente derretir su fortaleza ante el envite ardoroso, fresco, lleno de entusiasmo y de juventud, de su amante caballero. ; Es el momento triunfal dé el Julio de los “Cuatro Jinetes del Apocalipsis” y del “Jeque.” Valentino, al representar de una manera tan maravillosa sus conocidos papeles de conquistador amoroso, fuerte, tierno, seductor como un Casanova, está preso en las redes de un gran amor él mismo, del gran (Va a la página 60) 37.