Cinelandia (March 1930)

s perdían eso y mucho más. Joseph Ccpdekraut, catalogado en Hollywood como O cinesco del jugador empedernido, siendo de jugador casi todas sus más impor: tantes caracterizaciones peliculeras, terminó la aventura de la Bolsa de valores con algunos buenos miles de dólares a su favor. Y así unos pocos mas. Pero en general, todo Hollywood ha perdido y está de quiebra: los parties se han liquidado por la temorada, y los cabarets han estado mas 0 menos desiertos. Sin embargo, en el balneario de Agua Caliente, en Tijuana, al otro lado de la frontera de México, se pagaban _ciento cincuenta dólares la noche de fin de año por dl derecho a un asiento en la cena de año nuevo, y hubo quien ganó treinta mil dólares en una noche a la ruleta, mientras al día siguiente las apuestas en la temporada de carreras que se inauguraba subieron de tres millones de dólares. | a ¡Que nadie se aflija! En las películas, sean habladas o silenciosas, nuestros astros favoritos seguirán apareciendo sonrientes y satis" fechos, y la voz de Norma Shearer o la de John Gilbert, o su expresión, no denotará que un momento antes de comenzar a glrar las cámaras estaba, lápiz en mano, poniendo números que significaban miles de dólares erdidos . . . Seguirán sonrientes y satisfechos porque así lo exige la película, y porque, de este modo, cada sábado cobrarán un cheque por muchos miles de dólares, suficiente para pagar las últimas deudas, para llenar de nuevo la libreta bancaria y para comprarse nuevos trajes, nuevos automóviles, nuevas alhajas y nuevos palacios de estilo español en Beverly Hills. DENSores Y... (viene de la página 39) importantes, con voz y voto, y en extremo celosos de la dignidad y trascendencia de su especialidad, a quien el director ha de oir y aun acatar a veces. Y por fin, tras infinitos cambios, rectificaciones, añadiduras, supresiones y otras mil peripecias que silenciamos en gracia a la brevedad, la película se da por concluida y pasa al salón de proyección en que se exhibe y corta de acuerdo con el criterio del director y sus otros colaboradores. Esta es una de las funciones más delicadas y peligrosas en la elaboración de una cinta. Refiriéndose a este particular momento nos decía Ramón Novarro hace algún tiempo, que era el más temido por él, pues, sus mejores interpretaciones habían muerto siempre entre las tijeras del cortador que arregla los trozos de película a su gusto. Y John Barrymore nos afirmaba en otra ocasión que sus actos más heroicos jamás habían logrado escapar a la saña y carencia de sindéresis de los jueces del salón de “cortar”. Una vez depurada la cinta en el cutting room de todo aquello que se estima superfluo o inadecuado, viene el visto bueno del productor, quien tiene el derecho de veto sobre todo lo hecho por los que han colaborado en la cinta. Por lo general, el magnate supremo aprueba la labor realizada y la cinta queda tal como salió de entre las tijeras del experto; pero en no escasas ocasiones el productor sugiere alteraciones, ya en el sentido de añadir o de suprimir, o simplemente ordeha una nueva filmación de determinada escena a no le dejó satisfecho. Otras, decide sa ivar la obra por no creerla propia para a exhibición, como ha sucedido con la última a de Von Stroheim y Gloria Swanson, que G e una fortuna en ella, se ha deidido no darla al público y dormirá el sueño ¡PRUEBELO, SENORA ¿£OMO ASTRINGENTE! LISTEP IN Destruye 200,000,000 d a 59 ¿Ha probado usted la Listerine como astringente? Es en extremo agradable y económico. Su costo es casi insignificante comparado con el de otros astringentes. No obstante, dificilmente encontrará otro tan eficaz. Cierra los poros sin ejercer una acción violenta, toniAR fica los tejidos relajados y dá al cutis un aspecto fresco y a y juvenil. Indudablemente el cutis requiere un astrinU gente para conservarse de la mejor manera posible, y una vez que usted haya probado la Listerine la preferirá a cualquier otra preparación. Aplíquese la Listerine al cutis sin diluirla. El resultado le encantará. Combate la infección Use la Listerine diariamente para refrescarse y contrarrestar el olor de la transpiración; para hacer gárgaras y evitar el dolor de garganta y otras infecciones graves; para desinfectar cortaduras y heridas y acelerar su curación. Usela también para enjuagarse la boca y corregir el mal aliento (Halitosis). Desde hace medio siglo, la Listerine ha venido mereciendo la confianza de los médicos y del público en general, por ser un antiséptico eficaz e inofensivo. Destruye los microbios en 15 segundos sin causar el menor daño a los tejidos del cuerpo. Tenga siempre un frasco a la mano. El antiséptico de confianza 1936