Cinelandia (July 1930)

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¡ Vena, vida, UIC ! Unas horas con el “detective” Ramon Pereda AMON PEREDA no es “detective” ni ha pensado jamás pertenecer a ese cuerpo de podencos inter nacionales, cuyas proezas ha contado tan elocuentemente, en más de una ocasión Conan Doyle. Ramón Pereda es un joven español recién llegado a Hollywood que nunca ha tenido tentaciones de ser un émulo de Sherlock Holmes. —Entonces no veo por qué le llama usted “detective” en el título de esta entrevista — dice un amigo mío que ha tenido la imprudencia inocente de mirar lo que escribo por encima de mis hombros. —Debía usted haber asistido a la representación de la película “El Cuerpo del Delito” de la Paramount — le contesto—. En ella, Pereda hizo sus primeras armas en el mundo del cine. Interpreta el papel de un detective famoso de reciente cuño, Philo Vance, que ha sido el protagonista de varios films policiacos de estos últimos tiempos. De tal modo se incorpora a 14 J. Sánchez Escobar la psicología del personaje cp singular habilidad y Maestría, que logra realizar la ilusión más completa: cree uno estar habién doselas con el ya nombrado escudriñador de casos difíciles Sus palabras, sus gestos, toda su actitud, denotan al individuo avezado en el arte de desembrollar estas intrigas. Conserva siempre su calma y divulga solo pocas ideas, las muy Precisas que le ayuden a precipitar los hallazgos o las confesiones ner viosas, delatoras de la falta cometida. En una palabra, es Pe reda la personificación genuina de esa clase elegante de poli zontes, sabuesos de laboratorio que antes que ser pagados por sus servicios inestimables para la conservación del buen “orden,” pagarían cada vez que se presenta la oportunidad de solazary en el desenmarañamiento de esos “casos” pseudo-científicos Dije antes que Pereda es un recién llegado. Esto parece increíble una vez que se le ha visto y oído en la película que cito, brillantemente analizada por nuestro Darío Varona en el número anterior de esta revista. En efecto, parece un w terano de las tablas, quiero decir, de la pantalla sonora. Me explico: un veterano actor que se hubiera dado cuenta a tiempo, de que el cine no es el teatro y viceversa; y que pur lo tanto hay que adaptar una técnica especialísima a la inter pretación de los papeles cinematográficos. ¡Qué sorpresa y ber que Ramón Pereda no ha sido jamás actor y que como digo más arriba, es este papel que tan brillantemente ha de sempeñado su paso inicial en la carrera del cine! Pereda es nuevo, pero viene con todo el ímpetu y la conciencia de los predestinados, de ahí que su triunfo haya de ser ineludible Claro está que me refiero a un triunfo definitivo puesto que ya se puede considerar como tal, su primera prueba. En la película toman parte figuras conocidas ya de nues tros públicos, como Antonio Moreno, Barry Norton, Mara. Alba, Andrés de Segurola, y otros. Y sin embargo, te salta más natural, más ponderada y más fácil la labor de este neófito, que, si los augurios no mienten llegará a ocu par muy en breve uno de los primeros puestos en el cine parlante. Acabo de regresar en este momento de los es tudios de la Paramount, en la avenida Me: rose, de Hollywood. El sol de California parece haberse ido de veraneo por otras playas y cae una llu via fina que cala. Hace un frío nórdico y todo convida a recogerse en lo intimo de las casas. Esta circunstancia me ha sido propicia. Las huestes espa ñolas de la Paramount, debían hw ber salido a filmar unas escenas tl el famoso rancho de Mr. Lasky, presidente de la organización; Pt ro han suspendido esta salida a causa del mal tiempo y ello me brinda ocasión inmejorable par conocer a Ramón Pereda y char lar con él. En la portería del estudio Mm (va a la página 44) Aquí vemos al actor hispano Ramón Pereda en una pose Ca: racterística del rol de Phil Vance que ejecutó con tan buen acierto en la película “El cuerpo del delito”, de Paramount.