Cinelandia (September 1930)

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Fué a escoger a una de las Duncan Sisters, que no se le llega a la chanclcta a la bella Garbo. Nunca una pareja habría sido más perfecta que la de Greta Garbo y Nils Asther. Hasta concurría en ellos la circunstancia de haberse conocido y haber trabajado juntos en la escena, en su país, en Suecia. Son jóvenes, expresivos, inteligentes. Tienen una estatura ideal, y cuerpos bien formados dentro de un canon de estatuaria muy definido. Sus proporciones son magníficas, pues pertenecen a la misma raza, de la cual son estupendos ejemplares. Aquí en Hollywood tenían además el aliciente de poder reunirse y hablar en su propio idioma; rememorar cosas de la tierra; cambiar impresiones entre sí en una base de mutua comprensión. Han sido y siguen siendo excelentes amigos, pero .. . . Yo he llegado a creer que la inquietante Greta es irreductible. Sus más ostensibles amadores, estrellas como ella, John Gilbert y Nils Asther se han estrellado ante la esfinge de su dilección cordial. No obstante ser el viaje largo, nuestros amigos parecen aguantar todas las tentaciones de la promiscuidad cotidiana y la reiterada intimidad, por más superficial y artificiosa que sea. Sentirán infinidad de veces el deseo de abandonarse a sus ensueños a sus preferencias más espontáneas. Estarán a menudo abrumados por el cosquilleo de una pasión incipiente que amenaza su tranquilidad. Pero serán firmes y fuertes, porque así lo requiere el porvenir de su carrera, porque así lo exige el decoro artístico que establece acusadas diferencias entre lo histriónico y lo natural. Una cosa es transportarse mutuamente a paraísos de deliquio amoroso en la escena y Otra cosa es hallarse frente a frente en la vida, tal cual, con todo su rimero de preocupaciones, exigencias, intereses creados, etc. Acontece a los artistas exactamente lo que al público. En la filmación de sus escenas de amor están viviendo otras vidas, diferentes a las suyas propias, pero como en un momento dado es difícil separar a los personajes que representan de su propia personalidad, esos ratos de abandono en realidad entran a formar parte de lo más intimo de sus seres. El público encuentra entonces perfecto el que esa comunión se prolongue fuera de la es: cena; en todas partes, quizá con un vago anhelo de no perder, de esta suerte, la oportunidad brillante de la pareja que encaja tan bien, por su tipo y por su gracia en ciertos aspectos del transporte amoroso. Sin embargo es incontable la serie de actores y actrices de la pantalla, que siendo admirables parejas de enamorados, en la vida práctica y real, andan cada uno por su lado, como los que he citado más arriba. Recuerdo, por ejemplo a la encantadora rubita que es Anita Page. ¿Con quién mejor que con William Haines, podría ella casarse? William Haines es un chico la mar de simpático con quien muchas de nuestras lectoras estarían dispuestas a contraer matrimonio en seguida. Por su parte, Anita es una rubia capaz de remitirlo a uno por express a la gloria con una caída de sus ojos .. . una caída intencionada por supuesto. Y sin embargo .... Hemos visto filmar muchas películas en so ciedad a Dorothy Jordan y a Ramón Nov y a fé mía que se ven muy bien Juntos. ] Dorothy tiene sus amigos predilectos, y cuanto a Ramón conserva siempre su ñ independencia que le ha mantenido incól en la resaca del mar proceloso de Hollyw mar de escándalos y chismes a granel, se le conoce a Ramón ninguna debili especial. Ha preferido “estar siempre lis Esa creo que es su actitud frente a los pro! mas del amor. Estar siempre listo. Fres Dispuesto. Amable. Pero sin encastillarse ningún capricho. Además Ramón tiene un hogar, el de padres, con los cuales vive. Este hogar pat no, muy decoroso, muy cordial, muy unidc compacto, parece colmar sus anhelos y necesidades de vida espiritual y de cariño. basta el calor de sus padres y hermanos, amor para él ha sido solamente hasta h una miel gustada en distintas flores. No ha dejado rastro. Por lo menos Hollywo no lo sabe, si es que él lo oculta. Desde “El séptimo cielo” la Opinión g neral dijo, al ver a Charles Farrell, tan bus mozo, tan dulce y tan varonil, y a Janet Ga nor tan inteligente, tan emotiva, tan men dita: “Se van a casar. Se quieren. Tiene que quererse. No se pueden filmar esas e cenas tan tiernas, tan apasionadas, tan du zonas, sin que se acaramelen los corazones d ambos y caigan queda y deliciosamente e la trampa del himeneo. Estan hechos el un para el otro, etc., etc. El mundo entero les había echado ya |] bendición cuando he aquí que Murnau film: “Sunrise” y en ella Janet es infiel a Charle Farrell. Se casa con O'Brien. Es su espos delicada y pequeña, a quien amenaza un: gran tragedia. Ser burlada en la trama de l: pantalla. Confusión de dominios. Resultado final. Que Janet se une en nupcias con un señor desconocido; un buen banquero y ne: gociante rico. Ha triunfado no el sueño, no el ideal, sino el sentido práctico, gris, de esa “estrellita”” que hemos aplaudido tanto y que tanto nos ha gustado por la maravillosa ma nera de interpretar las emociones más pro fundas de un alma enamorada. Hay veces en que los tipos de los artistas se acuerdan perfectamente. En el “Precio de la gloria”? y otras películas recientes, Ed mund Lowe ha estado tiernísimo con Dolores del Río y no se diga nada de ella. Sus arre batos de pasión con él hacen la boca Agua a cualquier hijo de vecino con el corazón bien plantado, en su lugar . . . . Hay además en tre ellos un contraste magnífico que los apare ja divinamente. El, rubio, de líneas fuertes y de gran carácter, muy elegante de porte y con una sonrisa simpatiquísima. Ella, mo rena, espléndida, de ojazos exóticos de lo muy nuestro, criolla preciosísima, con arranques se expresión y de fuego que conmueven las pie dras . . . . ¡Caramba! casan muy bien los dos. Pero únicamente en el set, únicamente en los momentos de tomar la escena de amo! alegre y selvático, de dos seres fuertes J sanos, llenos de vida y de pasión. Fuera set volverán a ser los mismos seres indiferen tes que antes de conocerse, y en muchas :d siones.no sólo indiferentes sino pa cb trarios, enemigos . No hablo de a caso, pero sí ha habido ocasiones en EE amantes rendidos de la escena, se han de 4 tado cordialmente fuera de ella. No e fueran enemigos Aileen Pringle y Lew S A que por mucho tiempo formaron lo 0 llama un “team amoroso”, pero si es Cie as me consta que no había ninguna e entre ambos y que además Lew Cody he: al casado con la infortunada Mabel Norm como a todos les consta. de Vamos a ver ¿por qué no se a inmediatamente, Lois Moran, la pan triz de la Fox, con George O'Brien: (va a la página 70)