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POR
añoranzas de A. HOLLYWOOD “im
| La familia de Lupe Vélez
A LINDA tiplecita del Teatro Lírico resultó ser miembro de una familia a la antigua usanza mexicana, de una familia patriarcal, con no menos de quinientos miembros reconocidos. Sólo
“sí podía uno explicarse encontrar a tantísimos “primos” de Lupita regados, ya por Hollywood, ya por Los Angeles.
Unos la habían conocido desde recién nacida, otros habían sido su 'brimer amor,” otros sabían el número de su teléfono privado, y en in, todos alegaban algún lazo de unión consanguínea dando multitud ; pruebas.
Había uno muy audaz que contaba de Lupe curiosas anécdotas, “por ejemplo: que cuando el combate en Celaya entre Obregón y Mincho Villa, la mexicanita iba huyendo de la ciudad en brazos de iú madre en un caballo blanco y que ese caballo sirvió de “blanco” a los primeros disparos del enemigo. Que la caída fue tan terrible y la 'inpresión tan grande, que desde entonces se quedó Lupita muy excitable; muy temperamental. Otra anécdota refiere que siendo como de . trece años jugaba con sus hermanitas en el legendario Bosque de Chapultepec, en la Ciudad de México, y tenían un tilburí tirado por Un poney minúsculo. Un automóvil pasaba por ahí, y el ruido del ¡scape asustó al caballito. Lupe estaba en un prado y su hermana en “el cochecillo. Entonces empezó una carrera desenfrenada del aniMilito y Lupe se vino corriendo más aprisa, excitada por los gritos de u hermana hasta poderse lanzar al cuello del poney y detener su marcha, mientras sus piernas eran horriblemente golpeadas por las zuñas del corcel. Un oficial muy bien plantado que por ahí pasaba, tuvo presto a salvar a Lupe y así nació su primer idilio y se fortipicó lo exaltado de su temperamento.
J ISTORIAS, o nó historias, el caso es que ese “Drimo” pretendia “11 saber mucho sobre Lupe y se jactaba de poder arreglar entrevistas con ella, sacarle dinero para ayudar a sociedades fraternales y hasta poder verla a cualquier hora. Dudando el cronista de tanta iirmación, una tarde aceptó ir con él a hacer una visita a Lupe, a su “mtonces, nueva casa de Laurel Canyon. Llegaron a la puerta, llama“ron y apareció un criado; el “primo” se anunció y se refociló en su triunfo de aparecer como un íntimo de la casa. Regresó el criado y “fríamente, aunque sin dejar de ser cortés, exclamó: —La señorita no
mede recibirle—. Naturalmente que en inglés.
Las Cuatro Estaciones en Hollywood
Invierno, llueve y llueve, de día y de noche; hay bruma, hay una humedad que se introduce hasta los nervios más rebeldes; piensa uno ela decepción que experimentaron Rodolfo Valentino y Rex Ingram, tada quien por su lado, cuando llegaron a California, anunciada como la tierra del sol, sunnyland, en guías de viajeros y catálogos de loteles, huyendo de la nublazón densa, implacable y larguísima de "Nueva York. Valentino por poco se regresa; pero su buena fortuna ls hizo tener en esos momentos poquísimo dinero disponible. Y siguió lloviendo: ¿es éste el tan men
tado clima de Hollywood? HollyAyer enferma de gravedad
wood parece un suburbio de Londres. Y hoy, de nuevo dedicada a sus tareas cinemáticas,
Las casas, construcciones ligeras, proLila Leo es ejemplo fiel Msionales, están muy desabrigadas; de lo que puede el cuerpo la calefacción cen(va ala página 58) cuando el espíritu ordena.