Cinelandia (December 1930)

Record Details:

Something wrong or inaccurate about this page? Let us Know!

Thanks for helping us continually improve the quality of the Lantern search engine for all of our users! We have millions of scanned pages, so user reports are incredibly helpful for us to identify places where we can improve and update the metadata.

Please describe the issue below, and click "Submit" to send your comments to our team! If you'd prefer, you can also send us an email to mhdl@commarts.wisc.edu with your comments.




We use Optical Character Recognition (OCR) during our scanning and processing workflow to make the content of each page searchable. You can view the automatically generated text below as well as copy and paste individual pieces of text to quote in your own work.

Text recognition is never 100% accurate. Many parts of the scanned page may not be reflected in the OCR text output, including: images, page layout, certain fonts or handwriting.

Dominó el artista su incredulidad y aceptó: —No tengo por qué dudarlo, —Debo decirte, además—continuó Mrs Patrick—, que he decidido cambiar completamente de vida... —¿Luego es cierto lo que se dice por ahí? —interrumpió extrañado José Manuel—. Yo creí que era una fantasía de los desocupados. Pero dime: ¿qué es lo que piensas hacer? —Ya te lo dije: cambiar de vida. —¿Meterte monja, acaso? —No precisamente; pero sí alejarme del bullicio, —¿Vas a hacer penitencia ? Mrs. Patrick no respondió, pero sus glau cos ojos, al posarse en la alfombra, hablaron con elocuencia singular... Al cabo de una pausa que José Manuel no se atrevió a interrumpir, dijo con voz entrecortada: —Lo que quiero—y lo que intentaré por todos los medios posibles—es hacer la felicidad de Eugenio. Te parecerá una locura, pero he llegado a ilusionarme con la idea de que fuera mi hijo. ¡Ilusión amarga, pues Eugenio es un muchacho puro y y0....! No terminó la frase: aquellos labios que no supieron nunca de un sollozo, sollozaron ahora desconsoladamente. —Cálmate, María, estás muy excitada— murmuró con terneza José Manuel, cogiendo las manos de su munificente protectora. Hizo ella un esfuerzo y se tranquilizó.: Luego dijo: —Creo que no volverás a interpretar mal mis sentimientos; pero si a pesar de todo sigues pensando horrores y pecados de mí— _porque nuestras vidas no se han elevado nunca a un plano superior—, sólo te pido que reserves tus juicios para mejor ocasión: puede que llegue el día en que conozcas la pureza de mis intenciones. —Bueno, pero dime, ¿en qué crees que puedo servirte?—evadió José Manuel. —Primeramente, haciendo valer tu influencia para que Eugenio llegue a sentir algún afecto por mí. —Es curioso: lo he estado haciendo sin que me lo pidieras. —Lo había notado ya—repuso. Mrs. Patrick, con un aplomo que desconcertó a José Manuel—. Sólo que el afecto que yo quiero de él no es el que tú, con intención maligna, has tratado de inculcarle. José Manvel se estremeció ligeramente. Luego, fingiendo enojo, protestó: —Eres injusta al calificar mis sentimientos. ¿Por qué había de tener yo una in tención maligna? —Perdóname; retiraré la expresión si es que te mortifica. No he querido ofenderte. Y puesto que te creo bueno y noble, insisto en la súplica que te hacía antes. —Puedes estar sin cuidado: creo que Eugenio llegará a sentir afecto por ti. —Así lo espero, José Manuel, así lo espero. Además, quisiera proveer por tu conducto a sus necesidades. —Nada le falta desde que vive conmigo. —Lo sé, José Manuel, lo sé perfectamente. Y eso te honra más de lo que tú te figuras. Pero ¡qué quieres! Tengo el capricho de ayudarlo en todo lo que esté a mi alcance. Vivo sola en el mundo y estoy gastando sin provecho mi dinero. Pero como él es soberbio y orgulloso, estoy cierta de que rehusará mi ayuda. Por eso quiero valerme de ti. Mañana recibirás un cheque a tu nombre: tú buscarás la forma de hacer llegar el dinero a su poder. —Con todo gusto. Y, a propósito, tengo una curiosidad: ¿fuiste tú quien Lizo que lo contrataran? Pues has de saber que anda desde hace días on location, filmando con Adelina Sanderson. —Lo sabía. Y sé también que regresa de mañana a pasado. Yo lo ayudé, si, pero estoy segura de que él vale por sí mismo. Esta opinión tienen también Adelina y Mrs. ¿Precisamente lo que los niños necesitan y quieren! OS niños comen con avidez Kellogg?s Corn Flakes — estas crespas y crujientes -ho Un buen tazón con leche fría o cre juelas de nutritivo maíz. ma (frescas o evaporadas) apetece a los pequeñuelos a todas horas. Y el Kellogg les hace mucho bien, porque es tan fácil de digerir para los chicos como para CORN FLAKES Creadores también del Kellogg's ALL-BRAN—el salvado laxante y del Kellogg?s PEP—sabrosas conchillas de trigo integral con su salvado, ligeramente laxante. los mayores. Puede servirse de mil maneras—pruébelo con fru ta o miel. La crujiente fragilidad de Kellogg?s es inimitable. Un doble forro de papel parafinado garantiza su frescura. No tiene sustituto. De venta en todas las tiendas de comestibles en su paquete verde y rojo. No hay que cocetlo.