We use Optical Character Recognition (OCR) during our scanning and processing workflow to make the content of each page searchable. You can view the automatically generated text below as well as copy and paste individual pieces of text to quote in your own work.
Text recognition is never 100% accurate. Many parts of the scanned page may not be reflected in the OCR text output, including: images, page layout, certain fonts or handwriting.
una sola! El caso era, pues, para llenar de alarma al corazón menos sensible.
Con el alma oprimida por la esperanza defraudada, pasaba Isabel horas y horas acechando al cartero. ¡Y la ansiada misiva no parecía que fuese a llegar nunca a sus manos!
Una tarde, con afectada indiferencia preguntó a José Manuel, que había llegado a visitarla: SA
—¿No has tenido alguna noticia del señor Santibáñez ?
A lo que él respondió fríamente:
—Sólo sé lo que dicen los periódicos: que ya se está filmando la película.
Naturalmente, no la satisfizo semejante respuesta y con trémulo acento se atrevió a observar:
—Es extraño que no se haya comunicado contigo ....
—¿Extraño? No tal: ya es estrella y lo más lógico es que se le hayan subido los humos. Por otra parte, rodeado como debe de hallarse de muchachas alegres y bonitas
. ¡ya me imagino que está pasándose la vida en un sueño!
El golpe fué demasiado cruel. La joven estuvo a punto de sufrir un desmayo, y aunque hizo un supremo esfuerzo por seguir fingiendo, un impulso más fuerte que su voluntad la obligó al cabo a desgranarse en sollozos José Manuel se estremeció al darse cuenta de que había llegado la hora de las revelaciones.
—¿Qué te pasa? —preguntó con voz seca.
—José Manuel .. . ¡no puedo callar más! ¡Estoy muriéndome de angustia!
Se mordió él los labios y maquinalmente expresó:
—-Todo lo comprendo...
—¡Cómo! ... , ¿sabes...?
—Lo supe siempre, Isabel . . . ¡por mi mala fortuna! :
La joven dió entonces rienda suelta a su desolación. Bañada en lágrimas, se dejó caer en el sofá.
—Algo le ha pasado . . ., algo le ha
pasado . . . —murmuró, como hablando consigo misma—, ¡o será que se ha olvidado de mi!
—Y si fuera esto último . . . ¿culparías a alguien?—preguntó José Manuel con tono áspero—. ¿Lo culparías a él? ¡El hombre se olvida tan pronto de sus conquistas fáciles! ¿Qué fuiste tú para él? ¡Una ingenua muchacha que se prendó de sus cabellos negros, de sus ojos llorosos! Una muchacha ilusa que creía en los hadas, que veía la vida a través de jazmines y de madreselvas, que quería calzar el zapatito de la Cenicienta enamorada ...
—¡ Calla, José Manuel; calla, por favor!
—. . . ¿Lo canocías tú acaso? ¿Conocías su pasado? ¿Penetraste más allá de su corazón? Pero ¿es que siquiera penetraste hasta su corazón?
Desorbitados los ojos por la angustia, irguióse la joven, al escuchar aquellas frases corrosivas:
—Eugenio me ama .. . ¡a pesar de todo lo que estás diciendo!
—Entonces . . . ¿por qué lloras?
—Es que temo que le haya ocurrido alguna desgracia !
—¡Eso no, eso no! . . . .—prorrumpió él con voz tonante. Luego, reprimiendo su frenesí importuno, y afectando la más protunda conmiseración, añadió—: Me apena mucho ver que te estés atormentando de tal modo. Si me prometes que desterrarás de tu cabecita loca cualquier idea siniestra, te juraré por mi honor de caballero que Eugenio ha estado tan bien y tan sin novedad como tú y yo.
—¿Sabes algo? . . . ¿Te ha escrito? . .. ¡Habla !—imploró Isabel, con una entonación que parecía presagio de histerismo _—Lo único que puedo decirte es que está bien, o que, por lo menos, estaba hasta hace pocos días. El no me ha escrito—no vayas
59
LAS AVENTURAS DE NENA Un obstáculo quitado
Gracias a la CREMA HINDS
¡QUÉ TALLE! ¡QUÉ GRACIA! ¡QUE
AQUI ME TIENES
A TUS PIES RENDIDO
LOS POLVOS
La Crema Hinds es una excelente base para el polvo. Evita que la nariz se vea brillante y la cara aceitosa
+. . y esto apresura el matrimonio