Cinelandia (June 1931)

CINELA L PROBLEMA de las parlantes his panas se halla en el mismo estado de E incertidumbre que se encontraba hace un mes—todo el mundo pretende poseer la solución de este arduo problema de las parlantes multilingúes — hasta nosotros pretendemos tener una teoría—¿ pero quien no la tiene? —la Metro ha cancelado todos sus contratos con artistas, directores y escritores extranjeros—y en algunos casos ha pagado un precio altísimo por ese privileeio—es decir, todos menos dos que se han negado; José Crespo y Juan de Landa— quienes desde ahora se convierten en rene P JUAN J. Director gados en la opinión de los estudios—las noticias más desconcertantes nos llegan de los xhibidores de nuestras tierras—algunos de ellos achacan el disgusto del público hispano a las criticas adversas de los periódiGales—otros a la mala dirección y peor actuación—o a argumentos absurdos y cos—otros le echan la culpa al Príncipe de malas adaptaciones —el público hispano americano protesta contra el uso exclusivo de la pronunciación peninsular en los flms—algunos lectores de CINELANDIA se sorprenden de que varios estudios hayan suspendido la producción hispano parlante—a la mayoría parece agradarles la noticia—la confusión reinante hace que los productores se retraigan más cada día — hasta que pase el chaparrón y se aclare de nuevo el horizonte. NOSOTROS nos parece que existe una causa más importante que todas las que han causado el fracaso de las parlantes hispanas y que seria más que suficiente para impedir su éxito por ahora. Bien es sabido que nuestros públicos están acostumbrados a presenciar films de la mejor calidad que Hollywood ha podido darles, y que nunca más queAl mismo tiempo el mercado no es lo suficientemente grande de por sí darán satisfechos con un producto inferior a ese. para sostener un producto especial del tipo e importancia que merecen. | Los films mudos o parlantes en inglés con sus astros de priMera magnitud y sus costosos decorados han podido ser exhiDidos en nuestros países gracias a que, en la mayoría de los Casos, el inmenso mercado norteamericano reembolsa el costo y produce las ganancias necesarias. Por consiguiente, la exibición de esas cintas en nuestros países producen ganancias adicionales, aunque en muchos casos ese ha sido el único margen de ganancias obtenido. Considerando estos factores indiscutibles, es pues, fácil de “omprender que los films hablados en español, con artistas y directores de poco calibre, pero que costaron tanto como films americanos de primera, hayan fracasado económicamente. Y aquí se nos ocurre una cosa que apenas (wa ala página 71) | PUBLICADA EN -JUNIO, 1931 HOLLYWOOD NDICAS HE Spanish talkie situation seems to be as muddled as it was a month _ago—every one seems to have a pet theory for the solution of this annoying problem of foreign talkies — we claim to have one—but haven't we all? Metro has cancelled all contracts with foreign players, writers, directors—in some cases paying highly for the privilege—we mean all but two, José Crespo and Juan de Landa— who thereby declare themselves outlaws— most disconcerting news arrives from the various theatre fronts in Spanish-speaking countries — some exhibitors blame adverse newspaper criticism—others blame Prince of Wales—others poor acting and direction —.or absurd stories and bad adaptations—sensitive Spanish-American ears rebel against harsh Castillian accent—a few readers of CINELANDIA express surprise at sudden suspension of Spanish production in some quarters—the majority seem to be elated by it—confusion everywhere adds to producers” well-founded fears—and wisely they reef sails until the squall blows over. It seems to us that beyond and above the many causes resulting in the failure of Spanish talkie production, one thing in itself would be more than sufficient to prevent its success. The Spanish fans will never again be satisfied with pictures below the high standard to which they are accustomed and at the same time, there are not enough of them to absorb by themselves a special product of the costly type they demand. e a quality American pictures, with their high-priced stars and costly mise en scéne, can be shown to the Spanish-speaking public because, in most cases, the domestic market is able to absorb their cost and turn in a profit besides, and the foreign receipts are in the nature of additional velvet. Although in some cases, the foreign receipts have been exactly the only profit garnered. Such being the case, it is hardly to be expected that Spanish talkies, turned out hurriedly, with unknown actors and untrained directors, but costing as much as many good American pictures, would be the success that their producers anticipated. And here is the crux of the whole matter. One would think that a well-organized industry would consider these important points before starting out on an expensive campaign of production. “That before startine on a new and untried venture, they would weigh and carefully consider all the chances of success. That, of course, would be done in any other well-organized business but the motion picture industry. All that the studios considered was that someone had made a profit of two or three thousand per cent on a so-called first Spanish talkie, and they has(turn to page 72) MORENO