Cinelandia (September 1931)

slo el mundo que los actores y acprices veteranos, por sus conocimientos xperiencia son. quienes más legítipamente han triunfado en este nuevo módulo del arte cinematográfico. De dique todos, sin excepción, quieran | probar esta oportunidad para sentirse mo dice la Kimball Young “que pertenecen al arte de la pantalla en . 5 33 todas sus manifestaciones”. TRA de las que han hecho su O reaparición es Mae Marsh, mtrona de aspecto maternal que ha permanecido alejada del cine activo cerca de diez años, sin que se oyera la nombre pronunciado en ninguno de los mentideros en donde se bara| jan la vida y milagros de los cineas| tas conocidos, y los que tienen prohabilidades de triunfar. No pensaba para nada reingresar | en las filas de los que “hacen” el | | cine. Feliz como la señora de Lee Arms, con tres chiquitines a quienes adora, vivía retirada y tranquila hasta que hace pocos días un amigo de la familia, que tiene vara alta en los talleres de la Fox convenció a la exestrella para que aceptara un pingúe contrato. Se trataba del papel de una madre en la película “Over the Hill” en cuya versión silenciosa interpretó Mary Carr años a el mismo con gran éxito. . Si hubiera sido otra película o un papel distinto del que se me ha asignado habría rechazado la oferta” dice Mae Marsh, pero me ha fascinado el interpretar en la pantalla algo de 0 Mismo que yo siento en la vida. Mi familia, mis hijos, quieren también verme en la pantalla hablando como en la vida real, así es que estoy encantada de poder volver a mis antiguas actividades en tal carácter.” An ! no hubiera de hacer ninguna otra película más en el uro”, añade, “me sentiría orgullosa y satisfecha, después EN todo, de haber estado entre los que van a producir esta ta tan cordial y tan simpática.” Cuatro artistas que vuelven por sus fueros: Eleanor Boardman en “Las mujeres aman una vez”; Ricardo Cortez en “El Falcón Maltés”; Billie Dove en “La edad para amar”? y Dolores Costello en “Mujeres costosas”. Las empresas de cine estaban hace poco tiempo ocupadas y llenas de entusiasmo con todas' las importaciones de Broadway y hasta de Londres, y no pudieron prestar oídos a la voz suplicante de la preciosa y sin par Pola Negri, que abandonó Europa tan pronto como empezaron las talkies, y vino presurosa a Hollywood, a fin de reconquistar el puesto prominente que ocupó durante tantos años en el favor del público. Nada le fué ofrecido. Constance Bennett, Ann Harding, Ruth Chatterton, estaban entonces en el candelero y Pola tuvo que regresar a Europa decepcionada y triste. HORA, sin embargo, cuando después de la fiebre de cambios y de tentativas que sucedió inmediatamente después a la realización del invento del cine sonoro, el agua ha recobrado su nivel y con más calma y más imparcialidad se revisan valores y se restituye a muchos en los puestos envidiables que perdieron ocasionalmente, Pola ha sido llamada. Si Greta Garbo ha continuado siendo un gran atractivo y la Dietrich, y Chevalier, y Lupe gustan a los públicos a pesar de su acento inglés, lógico era que se probara esta vez a la tempestuosa polaca. Después de todo tiene sus partidarios, sus admiradores en todo el mundo. Y bien puede ser que constituya un suceso su: retorno. Estas son las consideraciones frias, calculadoras, que se han de haber hecho los productores, para los cuales no hay más que posibilidades de lucro y nada más. (va ala página 60) 9