Cinelandia (January 1932)

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Así fué también, por medio de trucos, que el director Howard Hughes filmó la mayoría de las escenas de “Angeles del Infierno.” No menos de cincuenta aviones fueron empleados en la película, pero poseer un dirigible y aun destruirlo era ya demasiado gasto. Se le hizo en miniatura, absolutamente exacto en todos sus detalles, y se hicieron “nubes artificiales” de las cuales se le vé emerger en su vuelo sobre Londres. Y una miniatura fué también la que cayó, ardiendo, casi al lado de James Hall y Ben Lyon, causando la exacta sensación de que la mole aérea habiase destrozado allí, Pero a pesar de ello, también se hacen a veces escenas reales y se corren verdaderos peligros. En todas las cintas aeronáuticas hay accidentes y caídas de aviones, muchas de ellas verdaderas. Hay pilotos californianos que tienen a su haber más de 30 “caídas” cinescas, producidas a propósito, y que poseen ya especial habilidad para hacer llesar el avión a tierra bamboleándose. El “truco” consiste en hacerle “pivotear” sobre un ala, luego sobre la otra, y que en seguida se invierta sobre la “nariz.” Se rompen generalmente los extremos de ambas alas y la hélice, pero el piloto no sufre nada. Sin embargo hay películas en las cuales se ha salvado el peligro y el gasto de la destrucción de un verdadero avión, fotografiando la caída de este en spin y completándola con otra escena, hábilmente unida a aquella, de una máquina igual, en miniatura, que cae, se destruye y se incendia. En “El arca de Noé,” por ejemplo, las escenas del diluvio, hechas mediante la lluvia artificial de cientos de cañerías, fueron una de las reconstrucciones más formidables del cine. Pero causaron por cierto numerosos accidentes y enfermedades en muchos de los que actuaban, poco acostumbrados a sufrir un chaparrón semejante. En “Way for a Sailor” las escenas del naufragio y hundimiento del barco en que viaja Wallace Beery, en la edición en inglés y Juan de Landa en la castellana, costaron largas noches de sacrificio en el barco mecánico movido por un poderoso motor que poseen los estudios de Metro-Goldwyn-Mayer, mientras por medio de potentes turbinas el agua azotaba el puente con la fuerza de las olas en un temporal. Todo era allí artificial y preparado debido al ingenio humano; no había peligro de morir ahogado pero sí de ser arrastrado y estrellado contra la borda por el agua, de modo que, si lo artificial y lo ficticio da al público la sensación de realidad, también la produce a los intérpretes que, tal como en la naturaleza misma, tienen que actuar como instrumentos de los elementos desencadenados, exponiendo la vida o los huesos, para reproducir la realidad. Así es el cine: no se sabe cuando termina lo ficticio para comenzar lo verdadero. LOS VESTIDOS . .. (viene de la página 15) supuesto un tanto por ciento del costo, por el uso de dichas ropas, aun cuando sólo haya sido este uso, de un día, es decir, de unas horas, De esta manera se surten de ropa elegante y bien cortada, muchas esposas de la baja y hasta de la alta burguesía. ¡Qué sorpresa llevarán las que adquieran estos vestidos, cuando vean en la pantalla los modelos de los mismos en el cuerpo de una Gloria Swanson, de una Norma Shearer, de una Lilyan Tashman! En algunas ocasiones las propias estrellas son quienes compran los vestidos que han usado en las películas, lo cual se explica también porque en realidad estos han sido hechos a su medida exacta y de acuerdo con su tipo, y nada tiene de particular que los vuelvan a usar del mismo modo que los demás de su extensa guardarropía. Este e sencillamente el caso de encariñamiento con determinada prenda, que va más allá de convencionalismos y de prejuicios y que dicta esa fidelidad y esa predilección por una cosa, que nos caracteriza de vez en cuando y de lo cual no se salvan ni las estrellas. Se cuenta que Gloria Swanson compró re: cientemente un precioso vestido de encaje color de marfil viejo, que usó en la película “Obedezca su impulso,” hecha hace poco Representaba en realidad la última moda en cuestión de vestidos de noche. así que la fa: mosa estrella pensó que podría usarla en reuniones y en bailes, fuera de los escenarios, con muchísima y cuerda razón. Una noche se lo puso y salió a tomar el automóvil, cuando un perro de sus vecinos, a quien ella hace demostraciones de cariño, salió inesperadamente de algún lado y saltó con las patas sucias de grasa y fango arruinando el vestido irreparablemente para siempre por lo fino y costoso que era. Como era im: posible pensar en limpiarlo y que quedara con la frescura que debía, tomó el camino de la Salvation Army, donde suelen ir muchos vestidos desechados, aun cuando no precisa: mente éstos de los estudios. Los talleres tienen días de gangas en. los cuales el departamento de utilería vende a figurantes algunos de los trajes ya usados por las estrellas y que han pasado también por un uso de las mismas figurantes principales en la mayoría de las películas. Hay tiendas que especializan permanente mente en este comercio exclusivo. Nada menos que Marion Davies y Mary Pickford tuvieron hace tiempo la idea de abrir una de estas tiendas, para ayudar a algunas perso: nas necesitadas, dando vestidos y demás prendas de vestir a precios irrisorios, única: mente porque habían sido usados por las estrellas. A veces se suelen encontrar verda: deras preciosidades en lo que concierne 4 abrigos de pieles y también en toilettes de estas que no podrían comprarse a ningún precio, por la gente que puede pagar el pre cio pedido, gracias a haber sido ya usadas Como decía más arriba hay una verdaders industria de esta reventa, y muchas tiendas de fuera de Los Angeles se benefician con esta enorme producción de vestidos hechos y creados por grandes modistos tales como el famoso Adrian de la Metro-Goldwyn-Mayel, cuyo nombre es conocidísimo no sólo aquí sino en el resto del mundo. COMO SE DISEÑAN . .. (viene de la página 14) serán el comienzo de una moda que sin dud: veremos durante la estación venidera. Según las mismas palabras del modisto basta con que éste vea a la joven que lucir su creación, para que se forme en su mentt la imagen de la joven con el traje que mejo! se verá su cuerpo. En seguida pone mano a la obra dibujando en papel lo que su ment ha forjado. Su imaginación es fecunda en inspiraciones en las que toman parte importante telas de extraña belleza. Prueba del sentido práctico de este señor es el modo con que atrevida: mente diseña los medios que habrán de cam * biar las modas y tradiciones. Por ejemplo, en un traje de noche pañ funciones de etiqueta, que el modisto ha dist: ñado para Linda Watkins, substituye el crepé color beige que el noventa y nueve p0 ciento de los modistos hubieran usado en 9