Cinelandia (January 1932)

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62 S ) VELLO SUPERFLUO EL DEFORMADOR DESARRAIGADO PARA SIEMPRE Cuantos han viajado por los paises orientales, sin excepción alguna, se han quedado maravillados de la hermosísima piel, tersa y mórbida, de las mujeres indostánicas. Creían que era natural, y que ningún artificio empleaban éstas para obtener tan aterciopelada suavidad. Por ello se debe a que las mujeres indostanas profesan una religión que les prohibe tener pelos superfluous, y les impone la más absoluta tersidad de su piel. Durante varios siglos ha sido un secreto para todos los remedios que esas mujeres empleaban, y si yo logré descubrirlo, se lo debo a una circumstancia verdaderamente extraordinaria, Por demás desolada y entristecida me'encontraba yo por un horrible y detestable crecimiento de vello superfluo en la cara y en los brazos, y basta decir que pocos días de tratamiento me fueron suficientes para que no me quedara ni rastro y se volviera mi cutis como una seda. Y jamás me ha vuelto a aparecer pelo alguno. Habiendo probado. cuantos métodos puede conocer para librarme de tan horrible desgracia, ya puede suponerse mi gratitud cuando volví a ver mi cara y mis brazos libres, y esta vez para siempre de esta deformidad. Desde entonces he participado este secreto a miles de mujeres, de las que he recibido cartas rebosando gratitud y que prueban que el remedio que se demostró tan e eficaz en mi caso, lo ha sido también con ellas. La posesión de este secreto cambió por completo mis ideas sobre la vida, extirpó en absoluto el vello y pelos superfluos, que no han vuelto a aparecer, curó mis torturantes sufrimientos morales y restableció mi salud. Estoy, por lo tanto, dispuesta a comunicar gratuitamente este secreto a cuantas mujeres se vean afligidas con vello y pelo superfluo, y que me manden el adjunto cupón o una copia del mismo. Por arraigado que esté su mal, se verán completamente libres de él. Escríbame hoy mismo, uniendo el cupón y un sello de 40 centavos para los gastos de correo, e inmediamente les mandaré las instrucciones necesarias para borrar para siempre todo rastro de vello y pelo superfluo. Me mandará usted este CUPON GRATUITO o copia del mismo, con su nombre y apellidos y dirección de su domicilio, uniendo un sello de 40 centavos. Señora Hudson: Sírvase mandarme instrucciones detalladas e informes gratuitos para la extirpación del vello y pelo superfluo. Seña: FREDERIA HUDSON (Lista. 32L.), núm. 9, Old Cavendish Street, LONDRES, W. I. (Inglaterra). NOTA IMPORTANTE.—La señora Hudson pertence a una familia de la alta sociedad y es la viuda de un distinguido oficial del Ejército inglés. Puede usted, por consiguiente, escribirle con entera confianza a la dirección indicada, donde se halla establecida desde 1916. AS Calma el dolor en seguida en el Teatro Lírico de México, y que precisamente en este su último viaje a Nueva York bailó causando verdadera sensación. Está radiante de belleza y de sugestión. Declara que lamenta todo lo acontecido, pero que ha preferido ser sincera y decirle a “ Gary” que todo ha terminado a seguir fingiendo un sentimiento que ya no existe. Ambos lo han sentido, quizá más que ella, pero así es la vida, todo termina, todo se esfuma, todo se va . . . todo cambia. Y no podía haber sido de otro modo porque la actitud de Lupe hacia la vida es totalmente distinta, a la de Gary, y sólo una pasión momentánea pudo hacerla olvidar lo cue ella es: una ave libre y soberana de sí misma. EL PUBLICO ... (viene de la página 9) artistas, muchas veces a trueque de su dignidad y vergúenza como hombres. Los aficionados del cine no quieren que esa pareja observe las pacíficas y domésticas costumbres de todos los matrimonios. Pues “habrá que darles motivo de murmuración y chisme.” Así se habrán dicho entre sí esos funcionarios ladinos, y así se lo habrán hecho comprender a la pareja de estrellas. Tendremos ahora un nuevo tema. El alejamiento de esos dos jóvenes, los escándalos de su conducta en público, la truculencia de sus más mínimas acciones independientes. Quizá entonces venga una reacción, porque así es el público, de caprichoso y veleta. Ellos mientras tanto reirán de tanta estupidez, de caprichos-tan tontos, y en silencio, en lo recóndito del hogar seguirán su vida afectiva y apasionada. Probablemente preferirán esto a aquello, pues lo mismo debe desagradar el ser objeto de una publicidad reiterada y pegajosa respecto a los más mínimos actos amorosos de una pareja de artistas de fama como éstos, que lo contrario; es decir, obligarles a representar aún en su vida ciudadana, papeles falsos. tan sólo para complacer la estolidez de los que pagan en la taquilla de los teatros donde se representan sus películas. En fin de cuentas esta segunda comedia es preferible, pues a nadie debe importarle lo que uno hace o deja de hacer en el recinto sagrado del hogar. Y esta máxima es aplicable lo mismo a tirios que a troyanos, es decir, lo mismo a simples mortales que a las famosas estrellas del mundo del cine. Pero detrás de este asunto, al parecer inocente, hay algo que demuestra morbosidad, hasta cierto punto, El público anónimo prefiere el escándalo, la agitación de los deseos irrefrenados, el pecado, en una palabra, re-: presentado o sugerido en la persona o en los actos de los actores, en la escena del teatro o cinematógrafo. El sencillo y honesto ciudadano, la esposa honrada y virtuosa, a veces, sobre todo entre la masa de un público cualquiera, sienten deseos de hacer “esas vidas,” y como no pueden o no se atreven a confesarse a sí mismos que lo desearían, entonces anhelan ver en otros lo que en ellos está frustrado. De ahí que repugne ver el espectáculo edificante y romántico de una pareja que es fiel entre sí, y que se ama dentro de las convencionales reglas del matrimonio. La gente quiere algo distinto de lo que quizá ve a su alrededor. Quiere un poco de truculencia, un poco de cosas que sepan a pecado. ; Otra razón que me atrevo a aventurar es la de que inconscientemente ciertas gentes comienzan a abominar del casorio «como único modo de establecer el amor sobre bases duraderas. Y que piensan con razón que una cosa es el amor y otra el matrimonio basado sobre consideraciones de orden más su práctico, que sentimental. En la novela, en el teatro y en el cine, se quiere ver esa reno. vación de las relaciones amorosas que todos ansían. Por la tanto en el caso de Doug y Joan, se les quiere admirar independiente mente a cada uno; y hasta abrigar esperanzas de conquista amorosa sobre cada uno de ellos según sea el sexo de los admiradores Pero, por Dios, que no den la lata de tanto acaramelamiento. RECUERDOS .... (viene de la página 39) esperando la orden de que se le permitiera el paso, que se concentró en mi corazón toda la piedad que los libros de su padre habían promovido. ¡Un conde, un ruso .. . UN hijo del gran Leo! : En un lugar donde los carniceros, los camaristas, los mozos de elevador ruedan en sus propios carros, era toda una tragedia haberle visto llegar, venerable con sus espesas barbas, pasajero de un ómnibus en el que se apretujaba toda clase de gente desdeñada de la fortuna, esa que no ha podido sobrepasar el nivel de posición que permite comprarse un carro en donde son tan bara: tos. Cuando sonó su amarga hora en la que un muchachillo salió a avisarle que Fulano de Tal no podía recibirle, me dolió tanto su mueca de disgusto que me atreví a ofrecerle mi automovilillo para conducirle a su casa en Las Palmas Drive, cerca del Chinese Theatre. ¡Y esto pasaba justamente cuando Edwin Carewe se había hecho famoso inesperada mente como si fuera un zorro azul, la noche del estreno de “Resurrección”! Ilya Leonidvich Tolstoy sonreía mente. Su bella figura de anciano viva que me parecía llevar a mi mismo apóstol y novelista ruso. Mi do Leo, el. mujik, el santo. Es el dinero el veneno del cine, el veneno de nuestra época. Así, hablaba Leon Tolstoy. —El dinero que mata al arte, el oro. ¡ Mal: dito oro! Y tenemos que buscar aunque sti un puñadito, una migajita. En su casa, tan humilde, áspera: era tan lado al admira: tan sencilla, atrás, en el patio, rodeada de azahares, Count Ilya me abrió su corazón. —Me creen un advenedizo. Me creen ul inocente en la cinematografía. Y no saben que fué mi padre quien primero se dió cuen: ta del formidable poder de expresión de cinema hace ya más de veinte años y q de hecho él es el fundador de la cinemato grafía rusa, hoy tan estimada no precisa: mente por los rusos sino por los europeos] por los yanquis. Me mostró una revista en la que Dougla Fairbanks declaraba a raiz de su viaje a Ru sia, que películas como “Potemkin” eral estupendas y que en California y Nuevi York no se había producido jamás nadi igual. —“Resurrección” es un buen film, pero PU más que hice no pude lograr que no Y apartaran del espíritu profundo de la no vela. Se me trajo, como “consejero” sóll para dar prestigio al film, pero no se oyero mis consejos en el argumento. Ilya expresó veladamente su opinión: Ca rewe se había hecho grande sin tener la ré* sualidad, por chiripada. En la rugo% frente del viejo se podían leer sus pens mientos. “Resurrección” era buena porq él había influido para que no fuera un de sastre. . ¿Despecho? Cómo.no habría derecho ! ponsabilidad de su grandeza, como por (%.