Cinelandia (February 1932)

consiste en que Myron Selznick, el agente repudiado, €s hermano de uno de los altos empleados de la Paramount, y la invasión de Myron en los territorios de su hermano, ha obligado a todo Hollywood a sacar a relucir SUS Biblias polvorientas y buscar en ellas la historia tantas veces repetida de Caín y Abel. Esta vez por lo menos, un agente de cine se ha ceñido la corona del mártir. Myron Selznick protesta de que se le acuse de parásito en pago de su genial descubrimiento, de su fé inquebrantable en Ruth Chatodos y cada uno de los habitantes de Hollywood deberían mostrarse agradecidos porque él dignificó la pantalla, expulsando del escenario tantas voces mal amaestradas y rudas como amenazaban a invadirlo entre las rechiflas y el espanto del público. Hollywood parlero y ruidoso ha acogido con vivo interés la guerra desatada entre productores y agentes, lo cual no obsta para que Hollywood siga perforando sus cintas de celuloide y entreteniendo al mundo. Los cerebros superficiales pueden pensar en la posibilidad de destruir la tremenda plaga de los agentes, de acabar para siempre con los “mercaderes de estrellas” borrándolos de sobre la faz de la tierra . . . ¡Todo ello no vale la pena! Vendrán otras plagas peores. Es una vieja historia en el desarrollo de la civilización y si de algo podemos estar seguros es de que un gran mal espera siempre para ocupar el lugar de algún otro gran mal que acaba de ser extirpado, de la misma manera que una nueva estrella de cine espera sonriendo el lugar que ha de desocupar indefectiblemente la gloria marchita de otra estrella. Y así Marlene Dietrich ha venido a tratar de desalojar de su trono a Greta Garbo, de la misma manera que poco tiempo antes Janet Gaynor desalojara a Mary Pickford y Ruth Chatterton a Pauline Frederick. ¡También en las etapas siberianas los lobos se devoran sin compasión unos a otros! Como quiera que sea, los productores se equivocan cuando pretenden arrojar para siempre de los estudios la farsa intolerable de los agentes, y se equivocan, porque sería pretender arrancarse las narices del rostro. ¡Qué absurdo más grande! Demasiadas estrellas han sido incubadas frente al escritorio del agente y demasiados directores también, y ¿qué podría hacer un productor sin directores y sin estrellas, aunque reluciera en sus cajas de acero la mitad del oro del mundo? Se trata de un buen conjunto de vaudeville en que ninguno de los actores podría retirarse sin perjuicio general. Unos divierten al público, otros organizan la diversión, unos escuchan los aplausos, se ciñen los laureles o sufren las risotadas, en tanto que otros en la penumbra preparan el escenarlo y colectan el dinero. El engranaje es demasiado complicado ..... El humilde oficio de agente demanda una gran inteligencia y una especie de cierto sentido que desde luego no todos los agentes poseen, de la misma manera que los productores no parecen muchas veces cortados para su oficio, mi los sastres muestran siempre buena mano en sus confecciones .... Myron Selznick se compara a sí mismo con los labradores que separan el trigo aventando el grano. En la agricultura cinesca— dice—es labor nada fácil separar y libertar el grano y para ello es preciso talento, atención, independencia . . . si no queremos ofrecer al público grano malo y mezclado con paja. (Cosa que más de un agente profesa con desenfado.) El productor no gasta un sólo centavo en 2 manutención del agente y disfruta de sus Uenos oficios a más y mejor, es como aquellos bebedores que arrojan con desprecio el vaso en que acaban de beber. El agente ONSCVVE Su Frescura Juvenil Las mujeres encantadoras saben que para conservar su poder de atracción fascinante, es necesario poseer dientes limpios, sanos y brillantes. Precisa, pues, asear los dientes y encías en una forma apropiada y correcta. Se sabe que la caries dental es generalmente causada por los ácidos que atacan la dentadura en La Línea del Peligro—donde la encía toca el diente. Estos ácidos no pueden ser removidos por el cepillo ní con el uso de dentífricos comunes. Pero la CREMA DENTAL SQUIBB sí protegerá sus dientes y encías, pues contiene más de 50% de Leche de Magnesia Squibb, el antiácido más eficaz e inofensivo para uso bucal. Cómprela, úsela con regularidad y verá los resultados: sus dientes deslumbran, su boca se siente deliciosamente lim pia, su sonrisa fulgura. ¡Le ayuda a conservar su frescura juvenil! CREMA DENTAL SQUIBB