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ESA RUBIA QUE ES JEAN HARLOW
Come poco, para conservar “la línea” y también porque se ha acostumbrado a esa dieta higiénica y apropiada que casi todo el mundo practica en Cal; fornia; dieta a base de legumbres frescas, fruta, pan moreno de trigo
ES voy a contar a ustedes algunas de . Esa rubia que es Jean Harlow debe su re entero, etc., etc. las indiscreciones que están relacioen el cine al productor Howard Hughes, sidas cono “crubia que es Jean quien la escogió para reemplazar a Greta ISE j El $) 2 E Nissen, cuando hiciera “Angeles del infier6 ecto, Jean ari0w, quema; Harlow. no.” Arriba vemos a Jean con Ben Lyon en ciera en Kansas, vino de pequeña Creo que Jean es una de las rubias que una escena de ese famoso film. Abajo la a Hollywood. Su nombre verdadero mas ha ganado en poco tiempo. Su cavemos en carácter en su último film “Fieras es Helen Carpenter. Su padre es un bello ondulado, corto, le forma a la cabede la ciudad” de Metro-Goldwyn-Mayer. médico muy honorable, y su abuelo cita delicada una aureola de ensueño. Es | de donde tomó el actual apellido que de un rubio tan pajizo, tan claro, que casi es de lleva, es un correador acomodado de
plata, pero no tiene esa falta de brillantez que tienen las cabelleras canosas, sino un reflejo metálico que le hace semejar un casco. La génte ha bautizado ese matiz con el nombre de “rubio platino.”
Como es natural, habiendo triunfado en el cine, como ha triunfado ella, todas las muchachas de hoy día quisieran poseer ese tono de cabellos, y aquellas que lo tienen naturalmente, están felices y orgullosas. Las que no lo tienen, hacen todo lo imaginable para transformarlo, por medios químicos de diversa índole. El “rubio de platino” está de moda como antaño estuviera el “rubio de iziano” y la endrina cabellera negra de reflejos azulados como “el ala del cuervo.”
aquella ciudad. La belleza frágil, blonda, sugestiva que posee a manos llenas, le viene de la madre: una mujer aun preciosa, a pesar de su edad.
Jean opina que a pesar de lo halagador que es el haber llegado a escalar las anheladas alturas de la jerarquía del cine, la “profe sión” tiene aspectos muy desagradables. “En estos momentos, confiesa, “en que la popularidad pesa sobre uno, en que lo máis intimo del ser está en tela de
ICEN que Jean se lava la cabeza E en leche, como aquella romana, mujer de Nerón, blanqueaba la tez de su cuerpo sumergiéndolo cada ma«:fana en “leche de doscientas burras escogidas.” Jean ha negado que se dé tratamiento tan costoso.
Tiene un cuerpo esbelto y fino. Fuera de la escena, es decir, cuando no se la ve en los estudios, o en la pantalla, es más fresca, más joven, más seductora.
Es delicada. No es partidaria de una vida deportiva como las demás estrellas. Ella misma confiesa que el tennis la aburre, porque no posee la agilidad y la presteza de “golpe” indispensables para un buen match.
Monta a caballo, como ejercicio.