Cinelandia (July 1932)

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lugar es lo más propicio para satisfacer al amante de la pesca. Hay enorme tuna y pez espada. En fin, que es el paraiso de un pescador, y muchos de los astros hollywoodenses pertenecen al “Reel and Rod Club” (El club del carrete John Boles, de la Universal, es amigo de casi todos los deportes, entre los que se cuenta la caza en primera fila. Aquí lo vemos con su escopeta y perro perdiguero, disponiéndose a salir en busca de perdices que se dejen cazar. y la caña de pescar). Wallace Beery y Clark Gable (ustedes saben que son camaradas) se lanzaron en una barca, la semana pasada, y cuando regresaron a la isla, Beery traía el pez espada más grande que se ha cogido en las aguas de la isla durante la temporada. ¿Qué si estaba orgulloso? Lo habían de haber visto contoneándose por el muelle, ni más ni menos que un pavo real. Todas las chicas en la isla andaban alborotadas creyendo que tendrían la oportunidad de bailar con el ídolo de la temporada, pero Gable ni siquiera se asomó al salón de baile; todo lo contrario, se fué solo a pasear por la orilla de la playa y cuando empezó «a salir una enorme luna, de brillante color naranja, Gable se paró sobre una roca y la contempló casi por una hora, contento de poder hacerlo fumando su pipa. ENERALMENTE, las no ches de sábado pueden verse innumerables yachts en la bahía. Muchos de ellos son propiedad de gente del cine. Ahí estará Kay Francis en holgados pantalones y un sweater, recargada sobre la batayola de su yacht y charlando, por medio de un megáfono, con Jobyna Ralston, esposa de Richard Arlen. Probablemente le diría: —Vénte y jugaremos algunas partidas de bridge —porque a pocos momentos llegaron en su esquife Richard y Jobyna a visitarlos. No hace mucho tiempo los esposos Arlen tuvieron una experiencia poco agradable. Como a las diez de la mañana de un sábado, enviaron a tierra en una lancha a su cocinero y mayordomo, con la encomienda de traer víveres. A mitad del camino, el motor se paró. No tenían remos y en un momento el oleaje los ha A Donald Cook le gusta la pes> bia lanzado fuera de la ruta que acosca y demuestra sus dotes de tumbran recorrer las embarcaciones enarea Lo hill tre Los Angeles y la isla; por tanto nadie que él prestase la atención necruzó con ellos que pudiera prestarles cesaria a los peces con tanta ayuda. Cuando ya caía la tarde y no distracción como tiene entre regresaban, Jobyna comenzó a preocu manos. parse. Telefoneó a las tiendas a donde se suponía que los sirvientes deberían haber ido de compras. Nadie los había visto. Pasaron cuarenta y ocho horas antes que los encontraran y durante todo este tiempo ni Jobyna ni Dick pudieron dormir de zozobra. Este acontecimiento fué una casi-tragedia de fin de semana. Los que forman la pandilla de gente joven en Hollywood, tienen una diversión favorita para fin de semana. Se juntan y entre todos alquilan, por tres días, un yacht de buen tamaño y se hacen a la vela navegando tranquilamente alrededor de Catalina. Todo el viaje, desde que suben a cubierta, hasta que desembarcan, es un continuo barullo de risas y bailes y alegría. Parejas de jóvenes casados, como Lew Ayres y Lola Lane, o Frank Albertson y su esposa, les sirven de chaperón. Los demás son generalmente (va a la página 49) Ramón Novarro es partidario entusiasta de tennis, y cuenta en su casa con un court donde se pasa bastantes horas jugando con sus hermanos y amigos, el deporte de los afortunados que lo conocen en todo su valor. 23