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ICARDO CORTEZ ha sido reclamado
por veinte naciones. Sí señores. Por
veinte, ni más ni menos. Y todo porque no teniendo patria oficial alguna, en lo que al cine se refiere, el nombre que ha llevado, de indiscutible procedencia hispánica lo ha hecho ciudadano de casi todas las repúblicas hispanoamericanas. Todas lo reclamaban, y sin embargo, como él ni negaba ni afirmaba estas divertidas tentativas de prohijarlo nacionalmente, se hizo sospechoso y entonces dieron en achacarle toda clase de procedencia.
Quién decía que era húngaro, quién que rumano, quién que austriaco, nada menos que de Viena. Pues bien, Ricardo Cortez, ahora que tiene su reputación definitivamente afirmada, es el primero que descubre el velo que cubría su verdadera identidad.
Hace muchos años, cuando por primera vez entró en el campo del cine se cambió el nombre propio por el que ha estado usando todo este tiempo, y que le ha conducido a esta confusión sobre su verdadero origen que—según sus propias palabras— “ya le tiene aburrido.” Su nombre es Jacobo Kranz. Es judio y no lo niega. Al contrario, precisamente hace un mes en la RKO, uno de los magnates de la organización le espetó esta pregunta:
— ¿Le gustaría representar el papel de un judío en una próxima película ?
LO cual Cortez replicó con toda espontaneidad y sin el menor asomo de embarazo: —Naturalmente, cómo no, si yo soy judío.
En esta confesión que le honra—pues la raza judía ha sido y es vilipendiada injustamente—está la clave toda de su origen y de su nombre. Nació en el distrito del este (east side), en la calle Hes
ter, en Nueva York. Su padre era húngaro, su madre austriaca. El padre era rubio como el sol, la madre morena y de raza enteramente judía. De ella es de quien Ricardo heredó esos rasgos que le han hecho confundible con la raza latina, más bien hispánica, porque la raza judía tiene muchos puntos de contacto con las razas que poblaron España y las que fundaron Italia.
Asistió a la escuela en la gran ciudad yanqui, vendió periódicos en las esquinas como todos los muchachitos de: Norteamérica, e hizo todo lo que los niños de
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RICARDO CORTEZ
descubre su origen
POR LORENZO MARTINEZ
Arriba vemos a Ricardo Cortez, en una pose reciente, y a la izquierda en dos escenas del film “Symphony of Six Million,” en que interpreta el rol principal. Al extremo izquierdo lo vemos con Anna Appel, que hace el papel de su madre y abajo con lrene Dunne, su primera dama.
su edad de todas partes del mun do acostumbran hacer. Su padr poseía una tienda de ropa y € solía prestarle ayuda cuando po día. A la edad de diez y sel años—muerto el padre—-tuv que hacerse cargo de la familia
Siempre, desde muy chico, ha bía deseado ser actor. Cuand tuvo oportunidad se alistó comi figurante en una compañía di comedias: Lo único que tenía qu hacer era llevar una bandera 4 hombro a (va a la bágina 45)