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crito sobre esto. Que yo sepa, no.
Por lo cual resulta picante, simpático, el inquirir cómo se apodan algunos de nuestros “ídolos” del cine.
Claro está que el público que acude en masa a los teatros de cine les ha puesto desde hace tiempo nombres postizos a algunos. Así son conocidos cariñosamente. En Fran cia no se le llama a Charlie Chaplin así, sino Charlot. En Cuba le han llamado siempre los chiquillos “Canallitas* aludiendo a las piernas flacas que se le ven, en sus películas, enfundadas en enormes pantalones. A Harold Lloyd se la llama “Delgadillo' en México y otros lugares de América. Pero a decir verdad los apodos no abundan, y muy a menudo se dan sólo a personajes más o menos cómicos.
Cos que pocas veces se habrá es
N Hollywood sucede
otra cosa. Como aqui tenemos siempre a las estrellas y por consiguiente las vemos en sus casas, en las fiestas, en la intimidad, ha sido fácil averiguar si algunas tienen apodos, y cuales son estos.
Para ello ha sido necesario al que esto escribe el mezclarse en esos lugares, el estar constantemente entre ellos, el identificarse con ellos. Puedo asegurar a los lectores de CINELANDIA que las estrellas, en la vida cotidiana, íntima, suelen olvidarse muy a menudo de la po-. pularidad que tienen, suelen ser como realmente son, simples mortales.
Y entonces se les des
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Estos dos matones que vemos aquí abajo peleando en mortal combate son Joel McCrea que le está hundiendo una flecha a Leslie Banks en la espalda con un gusto que no puede disimular. Esta es una escena de la película “The most dangerous game” de la empresa R. K. O. Es una película de misterio y acción constante y no deja de ser interesante a pesar de su argumento increíble y horripilante.
cubren ciertas aficiones, ciertas debilida. des. Una de ellas es la de tener “un apodo cariñoso” que las haga aparecer más conocidas, más estimadas, más populares si cabe.
Po esto no es tan fácil como parece. Para obtener un apodo es necesario no sólo ser muy conocido sino tener esa simpatia alegre, ese carácter jacarandoso, sociable, generoso, servicial que hace buscar a la persona que ha de llevarlo, seguirlo, estar pendiente de sus labios, de sus actos: la simpatía, en una palabra. Hay apodos, como es natural, que sólo se dan en la intimidad de la familia, o entre amigos.
¿Quien creería que el apuesto y digno John Barrymore tiene uno? Pues así es, Uno de sus amigotes le llama “Pinkham.' He aquí el origen de ese nombre, Cuando John aún no había cobrado fama como actor intérprete de las obras de
A la izquierda vemos a Walter Huston, Conrad Nagel y Virginia Bruce en una escena dramática del film “Kongo,” que es una moderna versión parlante de la película “West of Zanzibar,” que hiciera famosa Lon Chaney en el tiempo de las mudas. Es un drama tétrico, que se mueve lentamente y deja mal gusto en la boca.