Cinelandia (March 1934)

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LA CARA EN LA PORTADA Una foto reciente de la pareja Al Jolson-Ruby Keeler, ambos artistas de Warner Brothers. Triunfantes en el teatro, esta pareja triunfo igualmente en la pantalla, sin que esto impidiera que su unión siga siendo una de las más felices de Hollywood ELIZ en amores y feliz en el juego. Keeler. | Esa es Ruby Para ella el teatro y el cine han sido co| mo las cartas en la mesa del jugador afortunado. l Pequeña diáfana, fina como un búcaro, pero con | muchísima suerte. Áma a su marido hasta el extreiimo de que muy pronto dejará el cine para retirarse | a la vida privada y ser la esposa de Mr. Al Jolson, ' retirado también de la pantalla y viviendo vida de tranquilo burgués. | Cuando Ruby Keeler se casó con Al Jolson, éste había ga| nado ya un millón de dólares en el cine. Había tenido la | buena suerte de lanzarse, el primero, a la aventura de “hacer i películas parlantes.” “El cantor del jazz,” “Mammy,” | “Sonny Boy” y otras cintas, dejaron al productor una for[tuna tal que le permitieron entregar a Jolson poco más ide un millón de dólares. Ella había intenY tado hacerse una carrera teatral en Nueva York pero, sin fracasar en el triste sentido de la palabra, no había logrado tampoco desIipertar el interés de ningún agente poderoso, fini menos merecer el comentario de crítico alguno. Jolson quería retirarse del cine y POR JOSE QUIROZ BUSTAMANTE ella estaba ya retirada del teatro. Formaban una pareja fácil de comprenderse y por eso se casaron. Pero pronto perdió él una buena parte de su fortuna y hubo-de comenzar a trabajar de nuevo, ya en trasmisiones por radio, ya en revistas neoyorquinas, ya en películas hollywoodenses. ON él vino Ruby Keeler a Hollywood. No buscaba trabajo en los estudios. No le interesaba ser estrella más de lo que le habia interesado ser actriz en Broadway. Hacia tres años que estaban casados. Tres años invertidos en hacerse el amor, tres años en que sus fotos no habian aparecido en los periódicos ni se había visto a ninguno de los dos en los club nocturnos o en los cabarets, ni solos ni juntos. Los días en que Ruby bailaba en los cabarets de la popular “Texas Guinan y en que ganaba concursos de baile, estaban idos para siempre sin que la pequeña sintiera nostalgia alguna por ellos. Pero aun cuando no vino en busca de los estudios, tropezó con ellos casi recién llegada. Warner Brothers tenía una opción sobre Al Jolson. Habia además la amenaza de un juicio pendiente entre. (va a la página 54)