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=wick, Pola Negri, Evelyn Brent, Lois Wilson, “Thomas Meighan, etc., etc.
Hollywood es cruel, no concede esperanza alguna a los caídos. Da más fama y más dinero que a las gentes de cualquier otra ciudad del mundo. Pero de pronto, el día en que cualQuiera de sus favorecidos comete la más ligera falta o deja que el brillo de su strella se torne opaco, le reira todo su favor, todo su dinero, toda su grandeza.
IENTRAS las estrellas están en el primer plano haciendo muchísimo dinero,” on cortejadas por la prensa, por los directores, por los productores, por sus amigos, etc. “El día en que su sol palidece 'se acaban de pronto todos los homenajes. Hace un año, una “escritora yanqui estaba en el cenit de su fama como autora de escenarios. Cobraba dos “mil dólares semanales de sueldo, más un tanto por ciento en las utilidades de sus películas. Vino la noche de Navidad y
los siete salones de su casa fueiS E
JECUÍO
POR
MARCELO ALFONSO
Este trío sonriente lo forman el director, Frank Capra, Claudette Colbert y Clark Gable y tienen razón de estar contentos, después de haber obtenido merecido triunfo en la película “It happened one night,” de Columbia. Abajo, George Bancroft, que según este artículo, ha regresado a la fama en “Blood Money,”” de United Artists.
ron pequeños para contener la profusión de regalos procedentes de sus amigos “de Hollywood.” Un par de meses después expiró su contrato sin que la compañia para quien trabajaba se preocupase de renovarlo. Esta Navidad la ha pasado en su casa de Nueva York sin haber recibido nada más que un regalo de sus amistades de Hollywood.
No importa que se sepa que la estrella adulada puede caer mañana; no importa que se sepa que no puede favorecer y que no ha de favorecer a sus amigos en lo más mínimo. De todos lados llueven sobre ella regalos e invitaciones, exclusivamente “porque ella gana un sueldo fabuloso.” Es ley de la vida humana que quien tiene poco o nada ayude a su prójimo, y quien tiene mucho para nada se preocupe de él. Sin embargo, los pobres, los poderosos, los necesitados y los hartos, adulan a porfía a quien se sabe dueño de sólida fortuna, o a (va a la página 55)
En esta escena de “The Shake
down,” de Warners, vemos de
pie a Charles Farrell y Ricardo
Cortez, dos artistas cuyo re
torno a la pantalla ha sido un
éxito mayor del que gozaran otrora.
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