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O no creo en el divorcio.
Claudette sonríe. Posee una sonrisa encantadora, esta muchacha cuyo nombre fulgura en todas las marquesinas de Hollywood a menudo, pero también tiene algo de gatita mimosa cuando se hunde en el sofá y cruza las piernas en una postura típica de ella.
Porque Miss Colbert, que no es precisamente un ejemplar irrefutable de evangélica compostura, se permite afirmar a rajatabla su enemistad hacia el divorcio.
—Es preciso arreglárselas de modo que uno no tenga para que divorciarse.
A
—Yo he descubierto un matriMoOnlo suz generis que tiene todo lo bueno, sin tener lo malo de esta institución. Voy a decirle en que consiste.
Ante todo precisa recapacitar en las terribles consecuencias del divorcio. En la forma como se Propaga este bacilo destructivo.
sted ve, Hollywood es víctima € una epidemia de divorcios que vuelve locos a los editores de Tevistas,
En primer lugar, yo creo que el divorcio es dañino. Creo que OS que se divorcian no lo hacen POr gusto, ni por manía. Si
le dice
CLAUDETTE COLBERT
a
LUIS MONTERO
todavía el amor no es un cuento de hadas, el divorcio es todavía una de las fuentes de amargura más comunes para la especie humana.
Claro que la repetición ha trastornado las cosas de un modo que a todos se nos figura el divorcio un acontecimiento sin mayor importancia. Cada día se hace más fácil romper un documento inservible, echar los pedazos de papel al canasto de basura, y con una nueva hoja en limpio echarse a buscar un nuevo firmante.
El divorcio se ha convertido en el sport de lujo que practican con más asiduidad los habitantes de la colonia cinematográfica. Casi puede uno decir que Hollywood sin divorcios sería un lugar aburrido.
N los periódicos de Hollywood casi siempre el último divorcio y la última fuga, porque el divorcio y la fuga trabajan combinados, expulsan del encabezamiento de los diarios los discursos de Mussolini y las conmociones políticas de Europa. Pues (va ala página 52)
Arriba, la bella Claudette, y
abajo, su esposo, el actor Nor
man Foster, con quien está felizmente casada.