Cinelandia (November 1935)

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50 En esta lista de artistas que vienen a obtener el éxito después del medio día de sus existencias, Will Rogers, recién desaparecido, merece también un sitio de honor. Ranchero en su juventud, aventurero, viajero, soldado más adelante y artista de circo y de vaudeville entre los veinticinco y los treinta y cinco años, fué alrededor de los cuarenta que se destacó como uno de los hombres más agudamente ingeniosos de su época. Fué a los cuarenta años poco más o menos que el nombre de Rogers apareció en letras luminosas sobre la marquesina del teatro de los espectáculos llamados Ziegfeld Follies, en Nueva York, desde donde con sus chistes y sus comentarios sobre política y actualidad hizo reir a medio Estados Unidos, comenzando así a destacarse como periodista, escritor festivo y humorista, como no ha habido otro posiblemente desde comienzos de este siglo. Fueron los primeros cuarenta años de su existencia los que provocaron en Will Rogers esa viveza espiritual y esa gracia sana y aguda que le hizo convertirse en uno de los hombres más populares de su país. Lo que había visto, lo que había viajado y lo que había leído, ingredientes de su ingenio de sus últimos años, necesitaron de largo tiempo para cuajar y crear un cerebro hábil y despierto como pocos. Realmente para Will Rogers la vida apenas si había comenzado a los cuarenta y quedábale a los cincuenta y seis en que la muerte ha venido a sorprenderle, mucho camino que recorrer y mucha idea ingeniosa que crear. Warner Oland es otro actor característico que ha necesitado de muchos años para establecer su personalidad. Aunque conocido desde hace largo tiempo por sus interpretaciones orientales, se le había venido considerando como un artista de películas de episodios, de aventuras truculentas y de películas de matinée, para impresionar a los niños. Oland se ha establecido ahora como un artista completo, de espléndida sobriedad interpretativa y los más grandes directores comienzan a utilizarle en asuntos de más fondo. Alison Skipworth y W. C. Fields, dos buenos cómicos, especialmente el segundo, han venido a ver el triunfo doblados los cuarenta. La vida de Fields ha sido una constante lucha por el éxito y aunque famoso desde hace años, en los últimos ha tenido la consagración a que todo artista aspira. Y en el mismo caso están Sir Guy Standing, excelente astro inglés y su compatriota C. Aubrey Smith, para quienes la edad y casi la vejez, han sido el mejor galardón y el mejor adorno que han podido aportar a sus interpretaciones cinematográficas. Y por último—pero no último—en esta serie de honor de astros que se acercan al medio siglo, George Arliss, gran actor inglés El can más monumental de la colonia fílmica contempla curiosamente a un cachorrito que Marian Marsh acaba de recibir como regalo de un admirador. Marian acaba de filmar “El misterio del cuarto negro” en los estudios Columbia. CINELANDIA, NOVIEMBRE, 1935 que nos da a menudo excelentes caracterizaciones históricas, merece un sitio especial, Para Arliss la vida ha venido comenzando a los cuarenta, a los cincuenta y a los sesenta . . . Y seguramente seguirá durante muchos años. Pero no menos de veinte años de vida y otros tantos de experiencia en las tablas le costaron el triunfar definitivamente. Pero hay también galanes que actúan en la pantalla en calidad de tales, que una vez maquillados representan edades que fluctúan entre los veinticinco y los treinta y cinco años de edad y que, sin embargo, han doblado los cuarenta. Sería difícil en realidad establecer la edad de: algunos de ellos, que los propios interesados y los estudios ocultan cuidadosamente, sabedores de lo mucho que la edad impresiona para formarse una opinión física de un individuo. Por primera vez en Hollywood se ha puesto de moda el que los hombres se quiten la edad, pequeña y humana debilidad que era, hasta antes del adveniminto del cine, patrimonio del bello sexo . . . No queda otro remedio, en algunos casos, que sacar la cuenta de los años que el astro X o el artista Z vienen actuando en la pantalla, recordar el aspecto físico que tenían en esos tiempos y sacar cuentas con los dedos. Cuando más, el sistema falla por un margen de cinco años No hay que olvidar tampoco que los progresos del maquillaje y de la iluminación cinematográfica han ido “rejuveneciendo” en el set a muchos artistas. Y que si se compara a astros como Wallace Beery o William Farnum tal como les vemos hoy, con las fotografías que se conservan de sus primeras películas, parecen más jóvenes ahora. Pero eso por desgracia es lo que parecen; la realidad es otra, porque la marcha de los años en la cara de sus artistas, fuera del set, es cosa que Hollywood no ha podido resolver aún. El caso de Warner Baxter El caso de Warner Baxter es uno de los más típicos. Nació en Columbus, Ohio, el 29 de marzo de 1892. Tiene, por lo tanto, cuarenta y tres años cumplidos, a pesar de lo cual, aunque su aspecto maduro en la pantalla es indudable, sigue encarnando galanes románticos, enamorando a Janet Gaynor, a Myrna Loy y a otras actrices jóvenes. En la película que actualmente filma, “The Robin Hood of El Dorado,” encarna a Joaquín Murieta, bandolero mexicano cuya Carrera de crímenes comenzó a los veinte años y terminó a los veintitrés a manos de sus perseguidores. No será posible que Warner aparezca de esa edad, pero el maquillaje y la buena iluminación le quitan por lo menos veinte años. También para él la vida comenzó si no después de la cuarenta, muy Ccetca de ellos, a los treinta y siete, cuando fué elegido protagonista de la cinta “In Old Arizona,” que marcó su ascensión al rango estelar. Nadie sabe exactamente la edad de William Powell. Una vieja biografía dice que nació en 1892. Pero está por cierto por encima de los cuarenta. Cosa que por lo demás no preocupa mucho, porque el astro de moda hoy día sobrepasa con su actuación en simpatía y atractivo para el elemento femenino, a muchos otros artistas más jóvenes. Douglas Fairbanks, Herbert Marshall, Charlie Chaplin, Victor McLaglen, Ronald Colman, Edward G. Robinson, Charles Bickford y Boris Karloff, han pasado también los cuarenta, si bien algunos de ellos triunfaron un poco antes de cumplirlos. Habría que llamarlos por eso los astros precoces de la pantalla. Hay otros, como Paul Muni y Charles Lea los anuncios de CINELANDIA. Valiosos e interesantes.