Cinelandia (December 1935)

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CINELANDIA, DICIEMBRE, 1935 LA CARA EN LA PORTADA (viene de la página 5) Pero que lo haría sin mayor preocupación y un buen día dejaría la máquina de escribir, los papeles y las gafas y se iría por el mundo en busca de aventuras para convertirse en la esposa flamante de algún millonario. Miss Dvorak es una de ellas. Aventurera, resignada y valiente. Su viaje a California, cuando sólo tenía ocho años de edad, tiene todo el romanticismo de una jira de gitanos. La futura actriz atravesó los Estados Unidos sola y sin un céntimo, porque el dinero que su madre le dió, guardado en una pequeña bolsa suspendida de una cuerda alrededor del cuello, se lo robaron con el mayor descaro durante el primer día del viaje. Esta chiquilla que a los ocho años no se asustó, ni siquiera se admiró de viajar a solas sin dinero, comiendo sólo lo que la caridad de los demás pasajeros la permitía, difícilmente retrocedería ante dificultades en la vida. Hollywood, la ciudad cruel de la cinecomedia trágica, fué para ella una conquista fácil. Porque Ann venía dispuesta a luchar a brazo partido, a arrancarle a la vida lo que la pertenecía, a triunfar, costara lo que costara. —Hay pocas muchachas en el cine que se hayan empeñado tan seriamente como yo en ser consagradas. Mi insistencia venció. Yo no he retrocedido nunca ante caras duras y gestos despectivos. No me he sonrojado cuando una voz recia me gritaba en tono destemplado “no hay nada para usted.” Considerando seriamente, las posibilidades de los principiantes en la industria del cine, uno llega fácilmente a la conclusión de que una voluntad de hierro es necesaria. Y es triste que muchos de los actores, dueños de un temperamento delicado, tengan que luchar más duramente que cualquiera, porque la naturaleza no los ha dotado de suficiente armas para batirse en la gran batalla de la vida. Es una mujer rebelde Ann dice de sí misma: —Yo soy una mujer rebelde. Y me alegro de serlo. Gozo interpretando en la pantalla roles de mujeres malignas, pero mi tipo favorito de mujer es el de aquellas que no se detienen ante nada... Así habla esta visión encantadora de finos labios y bellos ojos trágicos. Esta es la heroína que en Hollywood se abre paso con premura sorprendente. Y es preciso admitir. ¿No es verdad que una mujer cuya personalidad vibrante y fuerte, profiere semejantes palabras, tiene un encanto extraño? Ann se educó en Los Angeles en diversas escuelas privadas. Su madre era actriz de cine y de las tablas y hacia la época en que la niña se graduó, abandonó la profesión teatral y se casó por segunda vez. Ann, la nubil doncella recién graduada, ambiciosa y terrible, salió de la escuela con el empeño de conseguir trabajo en el teatro, Pero era aún muy joven y ella misma dice: —No sabía absolutamente nada .. . Para remediar esta grave dificultad, echó mano de la mentira meticulosa y estudiada. Se valió de historias interminables y falsas y toda clase de reprobables estratagemas. Una bella tarde de primavera en que el sol anunciaba el dulce sabor de la victoria y había en la atmósfera un soplo de impalpable optimismo, las historietas y las menti rijillas de nuestra valiente heroína madura ron en forma sorprendente y dieron fruto. El hombre rudo, que sabía muchísimo de teatro, la miró con un poco de desconfianza. Ann hizo de tripas corazón y soltó el hilo de sus mentiras. El empresario, masticando su puro, la miró con cuidado y meditó un momento, movió la cabeza y creyó a pie juntillas lo que oía. —Fué el primero al que se la pegué—dice ella. —¿ Qué salario quiere usted ? Ann no supo qué responder porque hasta entonces no había cobrado ningún salario. + —Setenta y cinco por semana . . . —balbuceó por fin. El empresario arguyó: —Es mucho. Sesenta y cinco está bien. —Acepto—dijo Ann apresurándose a responder. : Y el momento trágico sobrevino. El tremebundo empresario se caló las gafas y profirió con tono urgente: A —Ahora quiero ver que tal lo hace usted. Haga usted una rutina de baile. —¿Qué clase de rutina? —Cualquiera. Una rutina oriental, por ejemplo. Ann no tenía la menor idea de lo que iba a hacer pero, según ella, tampoco su interlocutor la tenía, porque cuando terminó la prueba, él pareció satisfecho. —Está bien. Es suficiente. El contrato duró sólo tres semanas. La muchacha tuvo que aparecer en un cabaret muy ligera de ropas y con el cuerpo pintado color plata. A las tres semanas la dieron de alta. Pero había aparecido por primera vez en el escenario y la atracción infinita de las bambalinas y las tablas había picado en forma práctica a la joven y deliciosa pretendiente. Todos saben en Hollywood de la influencia decisiva que su primera aparición en público tiene en el destino de una persona. El magnetismo incomprensible de las luces y los espectadores. Extraño sabor de mundo irreal. Tal vez acerbo algunas veces, lleno de rostros enemigos, pero infinita e imponderablemente atrayente. La historia del advenimiento de Ann Dvorak a la pantalla no es menos sorprendente. M-G-M necesitaba doscientas muchachas jóvenes para unos coros de baile. Ann, con el valor y la decisión que le dieron la victoria, decidió desde el primer momento que aunque tuviera que conseguirlo a mano atmada, ella sería utilizada en los coros. El omnibus plateado, de estilo arcaico y duros asientos, no contribuye en nada a disminuir la emoción de los que emprenden el camino de Culver City, con ilusiones de que cualquier circunstancia puede conducirlos al éxito inesperadamente. Ann llegó y fué despedida incontinenti, por el individuo encargado de hacer la selección que con un gesto técnico y displicente la declaró urbi et orbe, inútil e innecesaria, ¡Ah . ..! Pero la muchacha de los cabellos obscuros y de los ojos claros no nació para que cualquier títere con cabeza la hiciera a un lado sin más ni más. —Mi máxima—dice ella—es que la persistencia vence siempre. —Cuando revistaron a las muchachas para la segunda eliminatoria, el individuo detestable que me había echado fuera la primera 47 I. El broche patentado es un disco biselado...no una bola. Sujeta el rizador sin. impedir la ventilación. 2, Los extremos del rizador nunca se cierran, asegurando circulación del aire. Ningún otro rizador posee estas ventajas. 3, Los agujeros aumentan la ventilación. Este sistema permite secar con rapidez. Los rizos se hacen pronto. El peinado toma menos tiempo... y los rizos son más suaves, primorosos y duran más. HECHOS EN HOLLYWOOD, CALIFORNIA, E.U.A. JANE HAMILTON actriz de RKO HOLLYWOOD RAPID DRY CURLER Box 800, Hollywood, California, E. U. A. Adjunto un dolar oro americano por 24 Rizadores Hollywood (24 rizadores bastan para un peinado completo). 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