Cinelandia (March 1936)

iunfos y €se algo es magnetismo, simpatía, E que creen que en la pantalla es posile el triunfo mediante la exhibición inconional de la belleza física y mediante espublicidad, están en el más ave error. Bastaría que conocieran y harlaran cinco minutos con Whitey, la rubia Iminante, la secretaria modelo, la amenaza le un hogar feliz, con una muchacha incomSarablemente sincera, un Poco abrupta quizá, Sero consciente de su profesión de actriz y Weliciosamente humana y comprensiva. Y la duda se desvanece. Jean surge plena le simpatía, algo así como una de las pocas deidades del celuloide que están hechas de | hueso. Me. Eecláción es espontánea. El incidente de los cabellos platinados no tiene sino valor Je circunstancia. Rubia, adornada por sus tizos dorados, aureolada de cabellos carminados como el fuego del ocaso, o exhibiendo la famosa cabellera platino evocativa de la edad de las pelucas románticas, intensamente femenina, Jean Harlow es el producto perdurable de su extraordinario magnetismo. M-G-M acaba de iniciar la exhibición de a cinta “Riff-Raff,” en que vemos a Jean en nión de Spencer Tracy, galán prepotente, dios de la fuerza y de la virilidad. En la actualidad está acabando de filmarse la película “Wife versus Secretary” en que Jean aparece al lado de Clark Gable y Myrna Loy. Una conjunción deslumbrante de nombres indelebles. Una verdadera constelación del celuloide. Clarence Brown, maestro eximio de la cinematografía, probablemente hará de esta superproducción una cinta memorable. CLARK GABLE (viene de la página 21) de él que es el único actor de Hollywood capaz de arrastrar multitudes que cierran los ojos al valor objetivo de sus películas para aplaudirlo a él solamente. _ Su reciente divorcio no ha dañado en un ápice esta radiante popularidad. Ni hombres ni mujeres le han censurado, sino más bien han reconocido el valor que se necesita para arrostrar la crítica, siendo su fama un producto exclusivo del aplauso popular. ¿Cuál es el resorte secreto de este fenómeno? Quienes han conocido al actor en su reCliente jira por América del Sur y México, saben perfectamente que la respuesta está dentro del hombre y no en circunstancias exteriores o temporales. Gable ha vivido sus interpretaciones con más verdad que ningún otro actor. Bueno o malo como intérprete dramático, puso desde el principio tal serenidad en sus caracterizaciones, que hizo que hasta la parte más incauta del público se lera cuenta de cuan falsos, vacíos y relóricos eran muchos otros astros de la pantalla. En sus comienzos, cuando era un mortal afortunado, con rudimentos del arte teatral y mucha personalidad, se negó a ensañar al público haciéndole creer en su pericia pantomímica. Como resultado, algunos Sl e admiradores iniciales le volvieron las de as; los “snobs” acostumbrados a juzde A con lo que ellos creen es el o e las selectas minorías, hicieron eco oo e críticos, de esos a quienes la le si y nada el espíritu. Muchos de dale a entender que Clark Gable, a e su personalidad magnética y feno Mm Se . . o? ho viviría largo tiempo en la admiación del público. “No es actor,” “está bien en ciertos papeles que requieren expresión de fuerza, pero como todo aparato monocorde, acabará por cansar,” “fracasará cuando el Estudio lo pruebe en tipos que demanden versatilidad, dominio de la expresión.” Estos y otros comentarios parecidos arraigaron en buena parte del público que había sido electrizado por el dinamismo potente que vibra en los ojos y en la palabra de Gable. Y así, al éxito de “Dance, Fools, Dance” y “A Free Soul,” siguieron los fracasos de “Susan Lenox” y “Peggy of the Circus.” Pero Gable, a fuer de hombre sincero, se contentó con pasar el año que siguió a su elevación, estudiando y buscando la mejor manera de corresponder al favor del público. Su magnífica personalidad le ayudó mucho a salir adelante. Actor sin los recursos histriónicos de un Leslie Howard, por ejemplo, le lleva tal ventaja en riqueza natural, que sus interpretaciones, por pobres que sean, no molestan. Otro factor ayudó poderosamente a Gable en ese año de lucha y aprendizaje. Su esposa, Rhea Gable, de quien el actor acaba de divorciarse. Vamos a separar ambos factores, que son la explicación de por qué Gable ha mantenido su popularidad por estos últimos cinco años, llevándola a su máxima gloria con “Mutiny on the Bounty,” a tal extremo elogiada, que Metro-Goldwyn-Mayer ha decidido que sea Gable quien acompañe a Greta Garbo cuando haga su próxima película. La gran actriz sueca ha recobrado de un solo golpe todo su interés para el público. “Anna Karenina” le ha devuelto la gloria que tejieran para ella “El Demonio y la Carne,” “Anna Christie” y “La Tierra de Todos.” Se dice que este año, probablemente, la gran estrella recibirá el galardón de la Academia como la mejor actriz de 1935. Así lo hace esperar el consenso de la crítica cinematográfica norteamericana, y principalmente la neoyorkina. Clark Gable conoció a Rhea Langham en Nueva York, cuando él era un joven actor, casi desconocido, que luchaba por abrirse paso entre otros tantos cientos de actores de Broadway. Ella era una interesante divorciada, con dos hijos de quince a veinte años de edad. Pertenecía a una distinguida familia de Park Avenue, mientras él tenía aún mucho del sano muchacho de provincia recién llegado a la gran ciudad. Tras unos pocos meses de románticos amores, se casaron. La cultura, el refinamiento, el gusto distinguido de Rhea, actuaron inmediatamente sobre el temperamento vivo, si bien poco pulido, del guapo actor. Los primeros meses de su matrimonio fueron de no interrumpida felicidad. Hablando de ellos no puede menos de decir Gable que Rhea fué una esposa perfecta, y de haber continuado por un poco más de tiempo aquella situación, no se habría presentado la posibilidad del divorcio. Su situación económica distaba de ser brillante, pero no era mala, además de lo cual, Rhea tenía ciertas rentas, herencia de familia, que les permitían salir adelante cuando el marido pasaba algún tiempo sin encontrar trabajo en el escenario. Así vinieron a Hollywood. Continuaron el mismo romántico entusiasmo y el mismo predominio de los gustos y de las ideas de la esposa sobre el marido, que era arcilla fácilmente moldeable. De pronto se presentó un cambio radical. Gable, que había trabajado en varias películas sin ser notado, se convirtió, a través de papeles secundarios en dos películas filmadas casi al mismo tiempo, en el actor más solicitado de Hollywood. Millones de mujeres en todo el mundo vieron al ídolo como un marido ideal, y le dieron así el cetro y la corona de los corazones que habían estado 47 ¿ES HEREDITARIA LA EPILEPSIA? Nueva York. Recientemente se ha publicado un folleto titulado “¿PUEDE CURARSE LA EPILEPSIA?”, que contiene las opiniones de los más renombrados especialistas europeos, asiáticos y americanos. Este folleto ha despertado gran intéres mundial. Se repartirá gratis un número limitado de ejemplares. Los interesados deben dirigirse a Educational Division, 545 Fifth Avenue, New York, New York, E.U.A., Despacho A-20. ¿INFELIZ en AMORES? Para lograr éxito en la conquista amorosa, se mecesita algo más que amor, belleza o dinero. Usted puede alcanzarla por medio de los siguientes conocimientos : “Cómo despertar la pasión amo rosa.—La atracción magnética de los sexos.—Causas del desencanto. —Para seducir a quien nos gusta y retener a quien amamos.—Cómo llegar al corazón del hombre.— Cómo conquistar el amor de la mujer.—Cómo desarrollar mirada magnética. — Cómo renovar el aliciente de la dicha, etc.” Información gratis. Si le interesa, escriba hoy mismo « P. 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