Cinelandia (June 1936)

que se hacía en pequeña escala “a mano.” En Estados Unidos esta locura del volumen productivo, consecuencia de la enorme población, ha abarcado todas las actividades. Los automóviles, la ropa, los productos alimenticios, hasta las lavanderías—todo se realiza a máquina, en cantidades formidables. Un auto se hace én doce minutos, una camisa se lava y se plancha en cuarenta y dos segundos . . Pero. naturalmente han aparecido para los clientes de espíritu refinado, para aquellos a quienes les molesta que se les sirva de esa producción al por mayor, pequeños negocios y organizaciones de proporciones pco que, aun cobrando más caro, enen espléndida clientela. Mo Eablendo fábricas en que los Móviles se hacen a mano, pieza por 00 que cuestan diez veces más que db ento; hay lavanderías chia a en que se lava y se plana oh y hasta las tortas de frutas a adoria. ples norteamericanos—que estr A a fabrican por miA ntrando competencia en ricas instaladas en hogares, 68 : —tableciéndose que son hechos a mano 0 SE dueña de casa, como el postre qu a la madre o la esposa. : a está en esa época de prole a volumen,” desgraciadamenestudios O cada vez más películas. Los lito. o hacían de veinte a treinta sesenta el hacen ahora cincuenta o Mente en e algunos que entregan anualtrajo. da e Cien películas de largo meWoducción Os los talleres han dividido su Púa o dos categorías: películas Mas son dh . de clase ““B.” Estas últiastros ni e e programa corriente, sin COn un e rellas de primera magnitud, bajo. ee Supuesto de costo mucho más autores del tema y los adapta Arriba vemos una escena coreográfica del film “The King Steps Out,” que protagonizan Grace Moore y Franchot Tone, y que dirige Von Sternberg para los estudios Columbia. Abajo, Irene Dunne, en “Showboat,” de Universal. dores no son de primera línea; el director no es un nombre famoso; los artistas son también de relleno. Y el resultado es casi siempre mediucre. De vez en cuando una de estas cintas de la categoría ““B” obtiene un éxito extraordinario y merece figurar al lado de sus hermanas mayores de la clase “A.” Pero ese es el caso extraordinario. Y Hollywood está en realidad produciendo más películas de las que debiera. Todas dan dinero naturalmente, pero hay tantas que todos los teatros de los Estados Unidos están exhibiendo programa doble: dos cintas en un mismo programa, sin alterar sus precios. Si la producción se redujese a la mitad, alcanzaría para cubrir los programas, con una sola cinta por noche y ésta recibiría el doble de lo que ahora recibe por arriendo o porcentaje. Además, hay tantas nuevas cintas que salen semanalmente del horno hollywoodense, que ningún teatro puede retener, por buena que sea, ninguna cinta para que no quedarse atrás en presentar nuevos estrenos. Y es lásima, porque la calidad pierde en la cantidad. Mientras más cintas se hagan, más difícil será hacerlas todas buenas. Por otra parte, ya está comenzando a aparecer “la película hecha a mano.” Algunos productores indepen dientes están lanzándose al mercado con | unas pocas películas al año, hechas cuidadosamente, con reparto estelar, con temas de éxito asegurado. Y el público se siente atraído. Londres también ha advertido el error de Hollywood y está lanzando una producción limitada, hecha en casa, que es espléndida en casi su totalidad. La obsesión de ganar es la que ha dañado todas las grandes empresas comerciales en el mundo. Siempre será más 39