Cinelandia (December 1937)

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TOMO XI PUBLICADA EN HOLLYWOOD DICIEMBRE, 1937 NO. 12 FRANCISKA GAAL Por Zoro Astro La posibilidad de traer algo nuevo a la pantalla, una personalidad que exceda a todas las que conocemos o a lo menos posea matices aun no utilizados antes, es el sueño dorado de todos los productores de Hollywood. El último gran descubrimiento artístico del cine es una muchacha húngara, de cabellos rubios, de silueta frágil, de ojos garzos y movimientos indescriptiblemente gráciles. Franciska Gaal es una actriz sin aureola fantasiosa de ninguna clase, una muchachita que tiene algo de fábula increíble, luz, inquietud y aquel colorido vibrante que nos describió Brahms en sus danzas húngaras. La muchacha que está a punto de entrar triunfalmente en el libro de los escogidos hollywoodenses tiene voz de música y la facultad de hacer sentir y hacer soñar sin esfuerzo de ninguna especie. La he contemplado de cerca, oculto entre los artefactos fílmicos que simbolizan su nueva profesión, un poco temeroso porque está a mi derecha Cecil B. DeMille, el director cinematográfico de las explosiones iracundas. Cualquier gesto de sorpresa de parte de él es para mí, según se me ha advertido, un sálvese quien pueda. En el remanso de una laguna plateada flota una barca pequeña. A su bordo reman apaciblemente dos seres de aspecto totalmente diverso. Un hombre de mirada fiera y actitud temible y una muchacha ingenua, joven y hermosa. El agua tersa y quieta donde trazan grandes signos las finas ramas del sauce, refleja las siluetas de Fredric March y Franciska Gaal. Una contraposición admirable. Contraste de cuerpos y de almas, de arte y de vidas. Franciska Gaal nació para el teatro, vivió para el teatro Franciska, con "k', es una deliciosa figurita húngara que llega a Hollywood y aun antes de debutar se le augura un triunfo espléndido. La veremos en "El bucanero", de Paramount. y no conoce otra ocupación. Fredric todavía repite asombrado: ¡Qué sorpresa! ¡Haber llegado a ser actor! En el mundo de la fantasía él es el pirata terrible, de alma templada y nervios de acero, el gigante que tenía un punto débil, el corazón. Dominador au daz de los mares, dueño del secreto de vencer, inmortal e intrépido. Franciska, a su lado, es una chiquilla deliciosamente risueña y frágil. Como el sueño increíble de la brisa que gira en torno de la roca surge el romance magnífico. El agua se parte en mil pedazos, los remos se mueven despacio. Comienzan a desfilar por el río inmenso procesiones de ramaje y arboledas, plantas que flotan sobre el agua cristalina y sauces de finos y largos tentáculos. En el marco espléndido de la naturaleza vibra la voz de una muchacha destinada a ser estrella. Por primera vez experimento la certeza de ver cara a (va a la página 56)