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POR JORGE LEDESMA
Hace algunos años los artistas que llegaban a escalar el estrellato sólo pensaban en la forma de gastar lo ganado. Hoy han sentado cabeza y buscan la manera de invertirlo para que les produzca utilidades.
¿No ganan bastante en el cine? Mucho, por cierto; pero la vida de las personalidades artísticas de Hollywood demanda muchos gastos. Y además la carrera culminante no dura mucho — cinco años, por término medio — y es difícil vivir cinco años de existencia lujosa y ahorrar para todo el resto de la vida. Se ha puesto de moda entre muchos artistas el establecer una industria o una actividad a la que dedican actualmente algunas horas, pero que tienen de reserva, por así decirlo, para el día en que la profesión cinematográfica comience a flaquear.
El caso más interesante y más activo es el de Bing Crosby. Hace apenas siete años el hoy más famoso crooner de los Estados Unidos formaba parte de la
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orquesta de Paul Whiteman, con un sueldo que no debía pasar de doscientos dólares semanales. Se radicó en Hollywood al recibir una oferta de los estudios de Paramount y un año después ya era astro famoso, ganando varios miles de dólares a la semana. En la pantalla Crosby es un artista discreto, apenas discreto quizás, con una voz espléndida. Pero en la vida activa de Hollywood es un buen amigo de todos, un hombre de mundo y de excepcional buen sentido. Se casó, se compró una residencia en el Lago Toluca y una casa de campo al sur de California. Y como aun le sobraba dinero, decidió invertirlo en algo más productivo. Invitó a sus hermanos a radicarse en Hollywood, les ayudó a establecer una agencia de representación de artistas, y con la ayuda de ellos inició la construcción de un hipódromo a la orilla del mar, en un lugar de indudable belleza natural, llamado justamente “Del Mar”. El local se abrió durante la temporada última y no hubo miembro de la colonia cinematográfica de Hollywood que no asistiera. Una verdadera población de hoteles y residencias se levantó alrededor del hipódromo y al finalizar la temporada el crooner, que ya tiene los bolsillos bien repletos con lo que le producen sus películas, sus programas de radio semanales y sus millones de discos fonográficos, agregó a su cuenta bancaria por lo menos medio millón de dólares más.
Arriba vemos el actor ''crooner'', Bing Crosby, con uno de los potros de su extensa | caballeriza. Abajo, un cuarteto de estrellas-comerciantes: Charles Farrell y su esposa, y Ralph Bellamy y su bella mitad en su Club de Tennis.
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