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POR ALBERTO RONDON
¿Un nuevo Valentino?
No. . . . El muchacho argentino que conquistó París de la noche a la mañana, y está ahora a punto de debutar en la pantalla hollywoodense, no posee físicamente las características sempiternas del galán de nuestra raza. Es demasiado alto, tiene ojos claros y, sobre todo, su principal cualidad es la franqueza de espíritu, simpatía honda, al lado de una vibrante personalidad.
Rigaud no trae de la pantalla continental ni la obsesión de la pose, ni el exotismo exagerado, de los cuales están libres muy pocos de los astros que Holly
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wood ha importado de Europa. Su magna sonrisa de conquistador satisfecho de la existencia es todo una canción que vibra al compás de la guitarra cuando Rigaud, pese a su nombre parisién, demuestra la pura cepa de su origen argentino.
Las chicas americanas se llevarán una sorpresa “macanuda” cuando vean en la pantalla a un muchacho argentino, embajador de las tierras sentimentales, que reune todas las condiciones de un gran galán del cine universal.
Rigaud me cuenta un chascarro que,
contado por él, tiene un descarado sabor criollo.
A la izquierda, Rigaud, actor de Para. mount y objeto de esta reseña. Abajo, el señor Rigaud en compañía de nuestro repórter, Don Alberto Rondón. El joven argentino hará su debut en Hollywooj oportunamente.
—Ha llegado usted en el mor psicológico — le digo — porque 4 que en las pistas de carreras de An los potros argentinos se han conv en sinónimo del triunfo, la simple; bra “argentino” bastará para qu muchachas sentimentales sufran un cope de admiración.
Y mientras fumamos un cigarillo! te a un gran mapa del mundo que: la oficina un sabor de escuela inf Rigaud me cuenta sus formidables y turas en París, sus impresiones de H wood, lo que es hacer películas en pa al lado de los genios del cine q nental, y nuestro Hollywood, cuya: dadera esencia escapa fácilmente ;
que llevamos demasiado tiempo enf Para Rigaud Hollywood es el pal Canaán, la tierra de la abundancia, l de todos los milagros son posibles. —Un actor europeo no puede nf que quedarse boquiabierto al ingres la mayoría de los sets en que se Í! una película en Hollywood. Con lo! se gasta aquí en unas cuantas escenil director más despilfarrador de Fri haría una superproducción. ... Y nos preguntamos perplejos: | —¿Qué haría una compañía de l' culas allá con un millón de dólares. (va a la página 56)