Cinelandia (March 1938)

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ACTRIZ DOMINICANA La Romana, República Dominicana Mi satisfacción ha sido inmensa al ver en el último número de CINELANDIA el nombre de Margarita Mora junto al del tenor mejicano Tito Guízar, como protagonistas de la cinta “Amapola del Camino”, que distribuirá Paramount. ¿Saben ustedes por qué es grande mi satisfacción al ver el nombre de Margarita Mora unido al del celebrado protagonista de “Allá en el Rancho Grande” y trabajando en cintas cinematográficas? Porque Margarita es dominicana, nacida en tierra de la Hispaniola, la isla que tanto amó el gran Almirante. Margarita Mora nació en Santiago de los Caballeros y lo más que cuenta son veinte años de edad. Yo tuve el placer de conocerla personalmente, en una jira artística que dió acompañada de sus padres por todos los teatros de la república antes de embarcarse para Méjico. Felicito muy calurosamente a Margarita por haber sido ella la primera artista dominicana del cinematógrafo y por llevarse el triunfo de trabajar en su debut nada menos que al lado del simpático cantante mejicano Tito Guízar. Carmen TRIBUTO DE ADMIRACION A DEANNA DURBIN Buga, Valle, Colombia, S. A. Sólo basta ver y oir una vez a esta delicada diosa, para que se grabe indefinidamente en nuestra memoria el don de su voz magnífica y la gracia indescriptible de todos sus encantos juveniles, tales como la expresión de dulzura de sus divinos ojos y la dulce fascinación de Su Sonrisa. Estos atributos le han sido suficientes para captarse la simpatía y la admiración de millares de cineastas de todo un continente. E e Tres Diablillos”, su primera modas o lucir su gran talento, hercited y Teminidad, cosechando muchos bla A laureles y haciéndose tan podo Lily Pons, Grace Moore y pe pe A iout. Hoy, ya consagrada Vas cinta e, no es de dudar que las nueperfecta 7 en que seguirá actuando esta ¿dto ba antante, serán de tan sumo a e ea lucimiento asombroso en de los tin a película, pues es éste uno de a, de gran satisfacción para agradable E que desee pasar un rato : VU argumento deleita; tiene música espléndida, y tanto su representación como el elenco de artistas secundarios es admirable. Pero, más que todo, esa maravillosa voz que como un suceso extranatural transporta al espectador a países ensoñados, por la destreza y el arte con que va formando esos sonidos que se llaman canto. Los estudios de Universal deben sentirse bastante orgullosos y agasajados por infinidad de felicitaciones por presentar a esta chiquilla que continuará causando sensación con su voz celeste, escuchada con bastante admiración; pues, su Canto tan natural, tan claro y tan perfecto, es la reencarnación de la deidad fabulosa. Ojalá que el cultivo de su voz y de su canto sea en el futuro más fervoroso que el que acaba de demostrar incomparablemente en “Los Tres Diablillos”, su primer triunfo excelso de actriz y cantante de gran personalidad. Carlos Holguín H. LOS TITULOS DE LAS PELICULAS México, D. F. Con verdadera consternación veo que cada vez más los títulos de las películas desmerecen; algunos rayan en lo ridículo, no adaptándose muchas veces al argumento. ¿Por qué los productores se fijan en todo, eligen artistas de primera magnitud, seleccionan un buen tema, edifican escenarios grandiosos, se desviven por el maquillaje, las luces, la fotografía, el vestuario, la música, etc., pero no por el título, y a fin de cuentas le van acomodando bonitamente un nombrecito que — ¡Válgame, para qué les cuento! .. . ¿No deberían preocuparse por bautizar su producción debidamente y de un modo atractivo? ¿Acaso el título no es el emblema, el escudo de la película? ¿No es tan importante como los artistas y la trama? ¿Por qué no fundan un departamento cuyo solo objeto sea el de poner nombre a las películas? O, en caso de que éste ya exista, merecen el regalo de un cese inmediato los que hayan llamado a éstas así: “Un Tipo Fresco”, “Rubia Lista”, “Es el Amor”, “La novia que vuelve”, “Los pecados de Teodora”, “La Porfiada Irene”, “La esposa de su hermano”, (en una sola palabra, su cuñada), “Mi Adorada Ex”, “Vino, Mujeres y Caballos”, “Alegre y Feliz”, “Con Besos y Abrazos”, y muchísimas otras cuyos nombres bastarían únicamente para sulfurar a un neurasténico. CINELANDIA pagará un dólar por cada carta interesante que se publique. Dirija sus comunicaciones a Juan J. Moreno, Director. Con estos títulos se vienen a tierra las ilusiones de asistir a una función de cine. ¿Quién va a querer ver a la “Rubia Lista”, al “Tipo Fresco”, en tiempo de invierno, a “La novia que vuelve”, a “La Porfiada Irene”, a la “Adorada Ex”, a los “Tres Hombres y un Caballo” y a “La Cuñada”, y enterarse de “Los pecados de Teodora”? Con los propios sobra y basta. Claro que de no ser porque se fija uno en los nombres de los intérpretes estas producciones se hubieran ido a pique. ¿Pero no hubieran producido más utilidades si se les hubiera puesto un título atractivo? He notado también que el nombre de algunas cintas no coordina con el argumento. Hace poco fuí a ver “La Divina Coqueta” y la esperé inútilmente. Sin duda la coqueta estaba de vacaciones porque no asomó ni la punta de la nariz. La Crawford, que desempeña el papel principal, hace de una muchacha vilipendiada injustamente por la sociedad, ¡no de coqueta! Como este caso podría citar muchos que ocuparían un volumen del tamaño de una enciclopedia de veinte tomos. Ojalá que corrijan pronto esta deficiencia imperdonable y con ello, además de obsequiar al público, obsequiarían a su bolsillo. Además, casi todas las películas que he citado me han gustado mucho, pero estuve a punto de no ir a verlas. ¿Quién va a saber que bajo el nombre de “Mi Adorada Ex” se oculta una cinta interesante, risueña y divertida? Y esto se debe nada menos que... ¡Al Titulito! Manuel Canseco N. NOSTALGIAS DE ANTAÑO Ciudad Trujillo, R. D. No hay un solo aficionado al séptimo arte que no tenga una especie de gratos recuerdos para el cine silente y sus inolvidables interpretadores. Por eso, cuando CINELANDIA, o cualesquiera otras publicaciones, ofrecen en sus páginas trabajos y fotografías relativos a los héroes de dos o tres décadas pasadas, invariablemente la afición devora con mayor avidez éstos que los relacionados con el cine contemporáneo. Todos sentimos sincera nostalgia por tal o cual actor o actriz que fué. Yo, por ejemplo, ¿cómo podría olvidar a mi favorito de aquella época, actor que, sin haber llegado a ser de los más destacados, figuraba, no obstante, entre los más celebrados y admi (va a la página 43) 5