Cinelandia (August 1938)

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No hacen daño, son suaves y sin embargo, son maravillosas para que el jugo biliar corra libremente. Pida las Pildoritas Carters para el Hígado por su nombre. Rehuse todas las demás. 46 Usted bien los conoce .... (viene de la página 19) camino”; George Stone, otro gangster pequeño y torvo — al que le toca siempre ir a matar a los enemigos de la pandilla — Lionel Stander, el de la voz ronca, que lo mismo interpretó el secretario de Gary Cooper en “La alegría de vivir”, que el jefe de propaganda en “Nace una estrella” y el hombre de confianza de Edward G. Robinson en “El último gangster”; Robert Barrat, alto y fornido, que aparece de malo, encarnando capataces en las películas de Warner Brothers; John Qualen, hombre tímido y narigón, tipo clásico del esposo campesino, habiéndose distinguido especialmente encarnando al padre de las mellizas Dionne en las películas de las célebres niñitas canadienses; Etienne Girardot, viejito calvo y menudo, que se hizo célebre en el papel de un maniático en la no menos celebre película “Siglo Veinte”, pegando etiquetas en la espalda de todo el mundo; John Carradine, que se destacó en el rol del cruel sargento en “La isla del odio” y que de allí en adelante ha hecho caracterizaciones espléndidas, culminando con el papel de Abraham Lincoln en la película “Ingratitud”, y muchos otros más, algunos de los cuales recordaremos por separado. Los actores jóvenes que encarnan tipos de carácter no son comunes. Uno de los casos más interesantes es el de Alan Baxter, que apareció en la pantalla interpretando al bien parecido y cruel esposo de Sylvia Sidney en la cinta “Mary Burns Fugitive”. Desde entonces Baxter, destacándose con una voz opaca y desagradable, se ha venido estableciendo como un canalla joven, habiendo repetido esa labor, no hace mucho, en la película “Big Town Girl”. Y ahora, sorprendiendo a todos, acaba de demostrarnos cuan buen actor es, cambiando totalmente de tipo y dándonos un hombre de edad, casado y vulgar, en la cinta “He vuelto a encontrar mi amor”. Lloyd Nolan es otro de los actores relativamente jóvenes que también encarnan criminales, como el que hizo en “Tifón”, en el papel del extraño personaje que guardaba tesoros en una isla desierta; Berton Churchill es otro actor, maduro y digno de tipo, que se ha especializado en una categoría en la que no tiene competidor: banqueros sin honor, hombres de negocios sin conciencia. Su labor más interesante la realizó no hace mucho en la película “En el viejo Chicago”. Y entre los artistas de carácter que interpretan el tipo clásico del esposo norteamericano, nadie tan exacto, física y espiritualmente, como Jed Prouty, que ya ha filmado media docena de películas encarnando al jefe de la familia Jones — que es como la “familia Perez” de nuestros países — y a quien nuestros lectores habrán visto nuevamente, víctima de las bromas de Eugene Pallette, en la cinta “Cien hombres y una niña”. Pallette es otro tipo clásico del nuevo rico, simpático, despreocupado e inculto. Entre los tipos de carácter que más a menudo vemos en la pantalla nOrteame. ricana, ninguna figura más clásicament popular que la de H. B. Warner, un de cuyos roles más recordados fué q del sacerdote que atiende a los peregri. nos del avión en “Horizontes perdidoy' Warner interpreta amigos honorables doctores, sacerdotes y consejeros, con una habilidad sin igual. En la película antes mencionada aparece también Sam Jaffe, en el rol del gran lama, con m maquillaje que es toda una obra de arte Jaffe no actúa a menudo. Su interpre. tación anterior, totalmente distinta, fué el papel de Napoleón en la película “Adversidad”. Los personajes distinguidos de la pantalla se entregan en Hollywood, cai siempre, a media docena de actores, Si se trata de un general o un noble ex tranjero, C. Aubrey Smith o Henry Stephenson son los elegidos. Si se trata de un juez o un médico, casi siempre s utiliza a Henry O'Neil — el que hiciera el papel del sacerdote en “Adversidad' —oO a George Irving o Jonathan Hal que no hace mucho encarnó a un jue, con gran talento, en la película “Los cien primeros años.” Donald Crisp es el que encarna, a su vez, a los padres o amigos de corte antiguo, de decisión dura y cruel. Su labor más genial fué en el rol del padre de Henry Fonda en la película “Cierta mujer.” Veamos ahora a algunos cómicos que hemos dejado para el final, a quienes él público quiere y recuerda más. Entre ellos debe figurar en primer lugar Ned Sparks, el hombre de la cara de palo inolvidable desde su labor en “Imitación de la vida”, como socio de Claudette Colbert. Sparks acaba de aparecer, tan serio pero tan gracioso como siempre, en la cinta “El llamado de Hawaii”, de la que el niño Bobby Breen es el protagonista. Walter Brennan, actor de carác ter que interpreta viejos típicos, es ot de los buenos artistas semicómicos de Hollywood. Sus dos labores más geniales fueron el papel del botero tuerto en “La reina de la ruleta” y el del amigo d Edward Arnold en “Hijo y rival”. Bill Gilbert, el gordo actor cuya especialidad es tartamudear, estornudar y ponels nervioso tratando de explicar algo, %otro artista que ayuda no poco al éxil0 de una cinta. Lo recordarán los lectores en el rol del dueño del garage en q ensaya la orquesta en la película “Cit hombres y una niña” y hace poco com dueño de un pequeño restaurant tl “Happy Landing.” Franklin PanghoMm especializado en sastres y mayordomo de retorcidos modales, es otro acll popular que estuvo mejor que nuná “en el papel del mayordomo de Adolph Menjou en “Entre bastidores.” Edgl Kennedy es otro actor cómico popllarísimo. Su especialidad es la Y pasarse la mano por la cara, cuando está nervioso, deformándose la nariz] los pómulos. Su última labor cómica 1%; (va a la página 48)