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(viene de la página 46) en “Confesión,” con Carole Lombard, y en “Hollywood Hotel.”
Hay muchos más aun: Henry Armetta, el simpático italiano, nervioso y risueño; Charles Butterworth, tímido y torpe; Alan Hale, rubio y enorme, siempre encarnando malos; Alan Dinehart, tinterillo clásico, rápido en el hablar y deshonesto en todo lo que actúa, el tío de las películas de la familia Jones; Walter Catlett, un veterano de la pantalla, a quien verán nuestros lectores como amigo de Mae West en la película “Todos los días son fiesta” o como comisario de pueblo en la divertida comedia “Bringing Up Baby”, y por último George Barbier, el actor gordo, de agradable y bonachona sonrisa, que hace años hizo una creación en el papel del rey en “La viuda alegre”, y que acaba de repetir su labor encarnando al Gran Kan en “Las aventuras de Marco Polo”.
Muchos se nos olvidan, seguramente, pero hemos incluído en esta reseña aquéllos a quienes el espectador ve más y cuyos nombres, si no los sabía, le gustará conocer para recordarlos mejor.
El Poder....
(viene de la página 24) Imagino que hay aún gran cantidad de nuestras mujeres que no se guían por ellas, considerándolas exageradas en el vestir, pero la gran masa juyenil las admira y las sigue con entusiasmo. El actor de cine de Hollywood es hoy día prototipo del hombre bien vestido. El público admira y celebra los “sets” lujosos y originales de las películas; se entusiasma ante la vida fastuosa que parecen hacer todos los personajes de la pantalla; comenta la envidiable existencia de los ciudadanos norteamericanos y ya no aspira a ir a París como sueña con un viaje a New York y a Hollywood. La romanza italiana y la melodía típica española se han olvidado y se escuchan con fruición los fox-trots, el jazz y las orquestas típicas y estridentes, habiendo una parte de nuestra juventud que se estremece febril y casi histéricamente con la música de las orquestas negras. Y en general, las películas de Hollywood han hecho que la América latina vuelva la cara del este hacia el norte y deje de mirar hacia Europa para fijar su vista, con simpatía, con curiosidad y con admiración, en los Estados Unidos.
Y todo eso lo ha provocado, exclusivamente, la película de Hollywood.
Nada hay en ello censurable. Por el contrario, ese acercamiento de las dos razas y las dos psicologías del continente americano será saludable y provechoso para todos, si Estados Unidos mira, como ya lo está haciendo — y con igual simpatía — a sus amigos del centro y del sur. Ese es problema trascendental, políticamente. Pero lo importante es la obra enorme, de infiltración, de influencia lenta y definitiva, que la película realiza y que debemos tomar como un ejemplo. El cine es hoy el vehículo de
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propaganda más formidable, más que el diario y el libro, siempre que no se le dé, decididamente, el aspecto propagandista. Ese ha sido el gran secreto, el gran talento de los productores de Hollywood. Sería injusto decir que han elevado en el mundo el concepto espiritual de Estados Unidos al crear, por casualidad, películas que muestran un gran país. No, lo han hecho intencionadamente, pero lo han hecho con la disimulada habilidad del comerciante patriota.
Rusia, por ejemplo, es el caso contrario, con sus películas de decidida propaganda, que nadie quiere ver porque aburren y ofenden como lecciones forza
das a la vista del espectador.
Hay dos casos muy interesantes con respecto a la certeza con que Estados Unidos ve en sus películas un medio de propaganda. Durante muchos años, casi desde el comienzo del surgimiento de Hollywood, el gobierno y más especialmente las fuerzas armadas de los Estados Unidos han venido colaborando entusiastamente con la ciudad del cine, permitiéndole el uso de sus tropas, sus barcos de guerra, sus cuarteles, sus aviones y sus institutos técnicos para filmar películas de asunto militar, naval y aeronáutico. Se han hecho cientos de películas en las que han aparecido acorazados, cruceros, submarinos y barcos porta-aviones, lo mismo que dirigibles y máquinas de guerra de toda índole. Se ha mostrado, también, la organización interna de las escuelas preparatorias de la marina y el ejército, pensándose que si algún secreto se escapaba en esas Obras, en cambio se provocaba con ellas una admiración decidida hacia la organización norteamericana y se fortalecía el concepto de satisfacción y de orgullo de sus propias fuerzas en el ciudadano norteamericano.
Pero hace poco, en vista de los peligros de guerra y de la adquisición de nuevo equipo, especialmente aeronáutico, los Ministerios de Guerra y Marina de Wáshington anunciaron que, lamentándolo mucho, se veían obligados a suspender esa cooperación en el futuro, por lo menos hasta que pasase en el mundo el actual momento de tensión bélica. La noticia cayó como bomba en los estudios de Hollywood, que ya tenían en preparación, como siempre, numerosas películas de asunto militar y naval, y fué necesario archivar esos temas hasta mejor ocasión.
Días después, sin embargo, la orden fué revocada. Estados Unidos decidió dedicar un billón de dólares a la adquisición de armamentos y se anunció que, para explicar especialmente a sus conciudadanos la importancia de un país armado el cine era el vehículo ideal y que, por lo tanto, el gobierno volvía a poner a disposición de los estudios todo su material bélico para la filmación de películas. Mil millones reunidos en impuestos cobrados al país van a ser invertidos en armas, aviones y barcos; el gobierno se siente en la obligación de mostrar a sus ciudadanos la inversión de esos fondos, las ventajas de una paz armada. Y elige la pantalla como medio de demostrarlo.
El otro caso no es menos interesante. La asociación norteamericana de fabri
cantes de whisky observó que en ca] escena de película en la que un artista pedía esa bebida decía, casi sin eXcep. ción, “Scotch and soda”, significan que deseaba whisky escocés. Protest organización que en esa forma se ha propaganda al alcohol importado, inc. cándose en el público del país la im. presión de que el whisky de Escocia e el mejor. Y Hollywood ha aceptado ), indicación. De hoy en adelante sy
astros — y sus estrellas, que también suelen ordenar whiskies en la pantalla dirán: “¡Bourbon and soda!” . y
““¡Rye and soda!” . . . que son los dos tipos de whisky norteamericano,
Y el público fanático, que se acostum. bra a repetir lo que oye en la pantalla,
repetirá lo mismo cuando se acerque al
mostrador de algún bar.
Obsérvese la lección y tómenla en cuenta los países nuestros que comienzan a afirmar la producción de pelícylas en gran escala.
Chismes....
(viene de la página 11)
KAY FRANCIS está estudiando cirujía, para su próximo rol en el film “Unlawful”, a manera de continuación de sus estudios para el rol que desempeñó en “Dr. Monica” hace algunos años. Desde luego: que la mayor parte de su estudios consiste en ver películas de asuntos médicos. A propósito de Kay, la última noticia es que piensa volar 4 Nueva York con el Barón Barnekow, y contraer matrimonio en aquella ciudad, para fines de septiembre.
NOTICIAS DE AQUI Y ALLA: Dick Powell y Joan Blondell esperan un bebe muy pronto. . . . Janet Gaynor vuelve a la pantalla en “The Young in Heart, con Douglas Fairbanks, Jr. y Paulette Goddard. . . . Danielle Darrieux pro: clamada la actriz más popular, interne cionalmente, en encuesta celebrada po! la revista “Cinematographie Francais”, en que tomaron parte exhibidores de Europa, Argel y Marruecos. Greta Garbo tuvo el tercer puesto y Shirley Templ el cuarto. . . . Joan Crawford no pud entonar una sola nota cuando Geraldin Farrar le pidió que cantara para ella recientemente, en Nueva York. MiS Farrar, naturalmente, comprendió la stuación, y durante dos horas le sirvió de instructora. Cuando perdió el temo Joan cantó en francés e italiano. .. , La madre de Humphrey Bogart le visito tl el set de “Racket Busters” y cuando pitsenció una “paliza” simulada que és recibió de manos de George Brent tl una escena del film, se retiró diciend que nunca más volvería. .. . Kay Fra!” cis escribió un argumento cinematogl” fico con el título de “Lady Pilot”, Y trata de una aviatriz que se pierde €! un viaje alrededor del mundo, y es P sible que ése sea el tema de su últimi aparición en la pantalla. ... Isa Mirane. hará su debut en Hollywood en “Za que empieza a filmarse el 20 de jun junto a Herbert Marshall, bajo la Y rección de George Cukor....