Cinelandia (November 1938)

Record Details:

Something wrong or inaccurate about this page? Let us Know!

Thanks for helping us continually improve the quality of the Lantern search engine for all of our users! We have millions of scanned pages, so user reports are incredibly helpful for us to identify places where we can improve and update the metadata.

Please describe the issue below, and click "Submit" to send your comments to our team! If you'd prefer, you can also send us an email to mhdl@commarts.wisc.edu with your comments.




We use Optical Character Recognition (OCR) during our scanning and processing workflow to make the content of each page searchable. You can view the automatically generated text below as well as copy and paste individual pieces of text to quote in your own work.

Text recognition is never 100% accurate. Many parts of the scanned page may not be reflected in the OCR text output, including: images, page layout, certain fonts or handwriting.

“¿Qué reserva el porvenir a la industria cinematográfica como obra de arte y pasatiempo?” Esta pregunta que podría aplicarse a los presentes momentos, fué hecha por el gran director Cecil B. DeMille en un artículo escrito por él expresamente para la primera edición de CINELANDIA, publicada en septiembre de 1926. Y como todos los augurios desde que el mundo es mundo, el vaticinio resultante quedó muy por debajo de la inimaginable realidad. Leamos algunos párrafos de dicho artículo. “La próxima década promete cambios de gran trascendencia en diferentes fases de la industria. Yo creo que uno de éstos será un grupo nuevo de estrellas entre los cuales buscaremos en vano aquéllos que hasta ahora han conservado su puesto por tan largo tiempo.” Y revisando esta misma edición de A la derecha vemos algunos autógrafos o copias de firmas auténticas de algunas estrellas de Metro-Goldwyn-Mayer. Al gunas personas coleccionan autógrafos para luego venderlos, el precio variando de acuerdo con la importancia del actor o actriz. 40 POR JUAN, JR. CINELANDIA de septiembre de 1926, encontramos los nombres de estos astros y estrellas: Marion Davies, Lillian Gish, Mae Murray, Antonio Moreno, Harold Lloyd, William Boyd, John Gilbert, Reneé Adoreé, Rodolfo Valentino, Clara Bow, John Barrymore, Estelle Taylor, Mary Astor, Pola Negri, Florence Vidor, Billie Dove, Blanche Sweet, Myrna Loy, Irene Rich, Lillian Tashman, Dolores Costello, Lew Cody, Douglas Fairbanks, Norma Talmadge, Colleen Moore, Gloria Swanson, Esther Ralston, Norma Shearer, Greta Garbo, Anna Q. Nillson Lillian Rich, Jetta Goudal, Vilma Banky. Clive Brook, Lewis Stone, Conrad Nagel Lowell Sherman, Monte Blue, Charles Ray, Evelyn Brent, Mary Philbin Charles Farrell, George Bancroft, Rod LaRocque, Jabyna Ralston, Ronald Colman. Naturalmente que la predicción de DeMille en este caso tenía que llevarse a cabo. Diez años en el cine es un plazo largo y la mayoría de los artistas no duran ni una tercera parte de ese tiempo. Pero tampoco tenía él razón en decir que “buscaremos en vano aquéllos que han conservado su puesto por tan largo tiempo,” pues todavía vemos en la pantalla entre otros a los veteranos John Barrymore, Harold Lloyd, Mary Astor, Myrna Loy, Norma Shearer, Greta Garbo y Ronald Colman, cuya vida cinemática parece no tener fin, dándole así el mentís al ilustre DeMille quien, dicho sea de paso, es uno de los muy contados directores de aquella década que aun mantienen su posición invencible. Sigue DeMille: “En la siguiente década un cambio más significativo tendrá lugar. Con sus establecidas estrellas, los productores se han permitido cierta latitud en los argumentos. En otras palabras, la fama de la estrella es suficiente para llenar el teatro . . . en lo futuro el público se habrá acostumbrado a algo mejor en materia de trama y no permitirá las sandeces y cosas huecas que hasta ahora ha tolerado.” Muy bien expresado, Mr. DeMille, pero lo que usted dijo entonces podría decirse ahora y con no mejores resultados pues, desgraciadamente, la producción presente, multiplicada por diez por razones de programas dobles, competencia y otras causas, contiene un gran porcentaje de argumentos tan necios como los de entonces. Y de qué otra manera podía ser ya que la mayoría son hechas a toda carrera y con el sólo deseo de llenar el programa. Pero sigamos leyendo el artículo de marras. “Otro importante desarrollo del futuro será el rumbo separado que han de seguir el teatro y el cine.” Pero en esto, como en muchas otras cosas, el gran director no tenía el menor concepto de lo que el futuro traería al cine, pues ni palabra menciona de la innovación que habría de revolucionar la industria-arte, el cine parlante como lo